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jueves, noviembre 30, 2023

Corazón Txuri Urdin, el podcast. Los primeros derbis triunfales del equipo femenino

Cuando la Real alcanzó la Superliga femenina, el derbi contra el Athletic era un partido muy complicado. Al reto que siempre supone este encuentro, se vivían años en los que el equipo bilbaíno era uno de los 
dominadores del fútbol femenino. Y tiene gracia que la primera vez que la Real sumó los tres puntos contra el Athletic fue en Lezama y no en Zubieta o en Anoeta.

Todo lo que aconteció a ese primer triunfo como visitante en la temporada 2010-2011 (al que corresponde la imagen), cinco años después del debut en la élite, y a la victoria en Zubieta de la campaña 2016-2017, centra el episodio de esta semana de Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad, que podéis escuchar en este enlace.

Una vez más os recordamos que el podcast se puede escuchar en Spotify, en este enlace, y también en Google Podcasts, en este otro enlace. Y si tenéis alguna sugerencia en cuanto a temas, partidos, personajes o anécdotas, encantados de escucharlas.

jueves, abril 13, 2023

Corazón Txuri Urdin, el podcast. Y la Real creó su equipo femenino

Corría el año 2004 cuando la Real decidió que ya era hora de tener un equipo de fútbol femenino, uno que compitiera desde la categoría más baja, con la aspiración de llegar en dos años a la Superliga, que así se conocía entonces a la máxima categoría del fútbol femenino. Y así, Roberto Olabe entregó el mando del equipo a Iñigo Domínguez, un jovencísimo entrenador que solo tenía experiencia en categoría cadete, y la Real, esta Real, la delas neskak, echó a andar.

Todo lo que tiene que ver con su creación y su  debut oficial, con una goleada de escándalo, centra el episodio de esta semana de Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad, que podéis escuchar en este enlace.

Como siempre hacemos, queremos recordaros que el podcast se puede escuchar en Spotify, en este enlace, y también en Google Podcasts, en este otro enlace. Ya sabéis que si queréis que nosdetengamos en algún partido, anécdota o personaje de la Historia de la Real, no tenéis más que pedirlo.

martes, mayo 28, 2019

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2018-2019 (9) Ellas son fantásticas... pero siempre lo han sido


La Real ha sido campeona por primera vez en 32 años, pero no ha sido el equipo masculino el que ha conquistado un trofeo ni el que ha llenado Alderdi Eder con el fervor de la gente txuri urdin. No, la gloria ha sido el equipo femenino, el joven equipo femenino que se fundó en 2004 y que ha ido cubriendo etapas hasta llegar a un título de Copa de la Reina histórico en muchos sentidos. Sobre todo, porque es el primero de la sección, y porque hoy no parece el techo de este equipo sino el punto de partida de algo mucho más grande. Ha sido uno de los momentos grandes de la temporada, el más grande.

Ellas son fantásticas, pero en honor a la verdad hay que decir que siempre lo han sido. El fútbol femenino no se acerca, ni en sueños, al grado de profesionalidad del masculino, y en esto tenemos la culpa todos. Salvo en contadas ocasiones, cuando el club ha cedido Anoeta para encuentros muy especiales como los derbis o la misma semifinal copera, la Real femenina no juega en un gran estadio, sino en Zubieta. No reúne al mismo número de aficionados, no suscita el mismo interés en patrocinadores.

Es por eso las jugadoras no ganan lo que realmente tendrían que ganar, por mucho que hayan sido ellas las que han protagonizado una ola de realismo que el equipo masculino no ha podido generar en los últimos años. La Real, esta Real tiene ahora el dulce aliado de la ilusión, y eso es algo que bien podría ser, como decíamos, un punto de partida maravilloso de algo especial. Tarde o temprano, el fútbol femenino será totalmente profesional y estas mujeres ahora entrenadas por Gonzalo Arconada, que ha tocado el cielo con ellas de una forma que quedo lejísimos de haber con el equipo masculino, han demostrado que se tiene que confiar en ellas. La Real, desde la piedra angular que es la renovación de Nahikari García que se daba por imposible, está obligada a crecer.

La Real finalizó la Liga en séptima posición, pero fue en la copa de la Reina donde logró hacer historia. El torneo cambió de formato esta temporada, jugándose el título los 16 equipos de la máxima categoría desde octavos de final y a partido único. La Copa en su formato más puro, ese que el fútbol masculino ya no quiere por intereses de vaya a saber quién. El equipo txuri urdin superó en octavos al Valencia por 1-2 y en cuartos al Rayo Vallecano por 4-0. Las semifinales, ya con Anoeta como escenario, vieron la clara victoria de las realistas por 3-1. Y en la final se conquistó la gloria contra pronóstico ante el Atlético de Madrid, remontando el gol inicial de las colchoneras con los tantos de Gallardo y Nahikari.

Ellas son fabulosas, sin duda, pero lo han sido siempre, cuando consiguieron los dos ascensos en tres años que llevaron al equipo a la élite, pero también en el proceso de asentamiento en la máxima categoría. Es decir, cuando la Real no era campeona. Todo este fervor generado por la Copa es maravilloso. Pero no olvidemos que antes de ser campeonas ya eran de la Real. Y lo serán siempre, también cuando los mayores éxitos deportivos no lleguen, aunque ojalá estén todavía por llegar.

Sí, ellas son fabulosas, pero ellas ya lo eran desde el otro gran equipo femenino que tiene la Real, el de hockey sobre hierba, que ha protagonizado otro momento glorioso de la temporada, aunque haya pasado algo más desapercibido. Nuestras chicas han sido subcampeonas de Europa. No importa que la final acabara con un contundente 7-0 contra el Amsterdam, anfitrión del torneo y uno de los favoritos, la Real hizo algo grande solo con su presencia y con la formidable victoria en la semifinal ante el Alster alemán, otro de los pesos pesados de este deporte. Ellas llevan años dignificando el deporte y engrandeciendo a la Real, por esfuerzo, por historial y por el orgullo con el que llevan el escudo y los colores blanco y azul.

Desde luego que son fantásticas. ¿Cómo podrían no serlo si cada día nos dan razones para creer en ellas? Son la Real, tanto como cualquier otro estamento del club.

domingo, septiembre 22, 2013

ATLÉTICO DE MADRID 2 - REAL SOCIEDAD 1 Gran esfuerzo sin premio

El once de la Real, posando antes del partido.
La Real se quedó sin premio en el Cerro del Espino, a pesar de dar la cara en todo momento ante un equipo, el Atlético de Madrid, que la pasada temporada apenas perdió dos partidos. No fue ni mucho menos inferior al conjunto madrileño, generó suficientes ocasiones de gol como para no marcharse de vacío y perdió porque le pesó como una losa el primer gol de las colchoneras, que llegó en el minuto tres y en un córner. Ese es el auténtico talón de aquiles del conjunto txuri urdin en este complicado inicio de temporada ante los equipos más grandes de la Superliga. No pudo la Real con el Athletic, subcampeón, tampoco con el Barcelona, campeón, y hoy fue superada también por el tercer clasificado. El Atlético fue capaz de gestionar el 1-0 con el que práticamente salió de los vestuarios en la primera parte, pero en la segunda sufrió mucho hasta el final. Eso fue producto de la garra realista, que no se perdió ni siquiera cuando llegó el 2-0 a apenas seis minutos para que el colegiado señalara el final del encuentro.

Cristina no puede evitar el 1-0 del Atlético.
Recuperando el orden cronológico del partido, la Real no salió ni mucho menos a esperar al Atlético de Madrid. La primera llegada con peligro, de hecho, fue realista, pero Lola Gallardo atrapó con firmeza el primer saque de esquina botado por las jugadoras realistas. Pero fue precisamente desde el córner donde se gestó el primer gol del partido. Un buen remate de Marta Carro cogió una parábola imposible para la estirada de Cristina Cornejo. A pesar del mazazo de volver a ponerse por debajo en el marcador en una jugada de estrategia, como ya sucedió en Lezama ante el Athletic y en Zubieta ante el Barcelona, no reaccionó mal la Real, que pronto tuvo una muy clara ocasión en la cabeza de Aintzane Encinas, pero su testarazo se marchó fuera. Aintzane fue, de hecho, una de las mejores noticias que dejó la primera mitad para la Real, con un incansable esfuerzo recorriendo la banda derecha.

El 2-0 del Atlético.
Poco a poco, la Real fue haciéndose con el dominio del partido, e Idoia Agirre tuvo dos clarísimas ocasiones de gol, que salvó Lola Gallardo saliendo hasta la frontal del área, despejando la primera y agarrando la segunda. Sin duda, su guardameta fue la mejor jugadora rojiblanca en la primera mitad. Ya al filo del descanso, de nuevo Idoia estuvo muy cerca de anotar el merecido empate con un cabezazo, a centro de nuevo de Aintzane, pero no encontró portería. El 1-0 al descanso no era un resultado justo, porque el Atlético marcó en su primera y prácticamente única llegada de peligro al área txuri urdin y la Real generó suficiente peligro ante un rival de nivel como para haber logrado la igualada. El Atlético fue consciente de que el partido no estaba ni mucho menos cerrado y trato de hacerlo en los primeros instantes de la segunda mitad, pero Cristina estuvo acertada y no le duró demasiado la gasolina al equipo local.

La Real volvió a hacerse con el mando del partido y encontró multitud de posibilidades de gol encontrando la espalda de la defensa local. La oportunidad de mayor claridad volvió a estar en los pies de Idoia, que no buscó batir por bajo a Gallardo sin lograrlo. Tanto falló la Real como, ese fue la impresión, uno de los asistentes de Gómez Rodríguez, que señaló numerosos fueras de juego en esos balones a la espalda de la defensa e incluso dejó seguir en una jugada en la que Gallardo pudo tocar el balón con la mano fuera de su área. A la Real se le fueron escapando las ocasiones y los mayores riesgos que estaba asumiendo en ataque se tradujeron en algunas llegadas de peligro, fundamentalmente por la banda derecha de su ataque, una zona del campo por la que el equipo txuri urdin sufrió bastante.

Idoia celebra el 2-1, corto para los méritos de la Real.
Y fue precisamente por esa zona por donde llegó el 2-0. Una muy buena internada de Jade encontró el remate de Amanda Sampedro en el segundo palo, imposible para Cristina. Era ya el minuto 84 y el castigo era muy severo para una Real que lo estaba dando todo pero que le faltó acierto. La espléndida noticia de esos minutos es que el equipo txuri urdin nunca bajó los brazos. Idoia acabó encontrando el premio del gol en el minuto 89, resolviendo una buena jugada iniciada por la banda izquierda y lo celebró con un claro grito de desahogo. Se le habían marchado varias ocasiones y cuando marcó parecía tarde. Pero la Real lo intentó en el descuento y estuvo cerca de conseguir el gol del empate. Al menos consiguió que un Atlético de Madrid pretendidamente superior no tuviera esa sensación en todo el partido y acabó pidiendo la hora. Pero ganó y la Real sumó así su tercera derrota consecutiva. Ésta, aunque ante un rival muy complicado, como en las dos primeras jornadas, injusta.

sábado, junio 18, 2011

La Real femenina hizo historia... y hará más en el futuro

Soñar es importante en el mundo del fútbol. Y soñar con lo insospechado, aún más. Hace apenas siete años, alguien soñó con que una Real Sociedad en categoría femenina era necesaria. Y se puso en marcha, sobreviviendo hasta hoy a pesar de la precariedad económica que ha vivido y sigue viviendo el club. Hace algunos años menos, el sueño era ascender a la Superliga. Y se consiguió. Este año, el sueño fue entrar en Europa. Y no se consiguió pero después de empatar a puntos con el Athletic en la primera fase de la Superliga, ya falta poco para conseguirlo. Mientras tanto, el sueño fue la Copa de la Reina. La Real llegó hasta la final four de la competición. Le tocó en suerte como rival el Fútbol Club Barcelona. Y como el equipo blaugrana sólo había sido capaz de empatar los dos partidos de la temporada liguera contra el txuri urdin, el sueño era pasar a la final. No fue posible. El Barça ganó por 2-0. Pero los sueños siguen vivos, como mostraron las jugadoras con una actitud intachable bajo un calor muy intenso y sus aficionados, que dieron una lección de lo que es animar a un equipo en cualquier condición, ganando o perdiendo, en casa o a cientos de kilómetros, a los chicos o a las chicas.

Me tienen que perdonar nuestras chicas y los asiduos a sus partidos. Es la primera vez que acudía a uno de ellos (siguiendo esa máxima de que siempre intentaré estar donde la Real se juegue algo, y ayer había un título en disputa) y todavía no tengo sobre ellas el mismo conocimiento que de Bravo, Xabi Prieto, Griezmann o Aranburu. Todavía no sé cómo juega esta Real, cuáles son sus puntos fuertes, de qué jugadoras hay que estar pendiente (aunque, obviamente, las noticias sobre la internacionalidad de Marina Agoues ya hacen de ella una futbolista a seguir). A eso contribuímos todos, los que no prestamos a este equipo la atención que merece. Y cuando digo todos, hablo de la Real (que tendría que dar más protagonismo en su web a este conjunto) y de los medios de comunicación (¿por qué no se da más difusión a esta categoría futbolística? Al menos Teledeporte sí ofreció en directo los partidos de semifinales de esta Copa de la Reina), pero también me incluyo. En la distancia, no tengo un fácil seguimiento de los avatares de la Real femenina, pero me han conquistado. A partir de ahora, las citas en Madrid serán tan importante para mí como las del primer equipo. Allí estaré cuando jueguen. Y lo contaré en este pequeño rincón txuri urdin.

Fueron titulares Sokoa Azkarate, Ainara Herrero, Irene Paredes, Sandra Ramajo, Evelyn Santos, Maite Lizado, Larraitz Lucas, Aintzane Encinas, Maialen Zelaia, Marina Agoues, a Itziar Gastearena, y en la segunda parte entraron Ana Magaña, Idoia Agirre y Gurutze del Ama. Poco a poco iré aprendiendo los nombres futbolísticos, imposible no hacerlos con la gran afición que arrastran las chicas. E imposible no tener esa deferencia cuando ellas lo ponen todo en el campo. Absolutamente todo. Luchan desde el primer minuto hasta el último, y lo hacen desde unas condiciones precarias. El suyo no es un fútbol profesional. Tienen sus trabajos, sus estudios. Se ven obligadas a dejan el equipo cuando se marchan a estudiar de Erasmus. Tienen que acoplar sus calendarios de exámenes con los partidos. Le dedican horas al deporte aún después de sus jornadas laborales. Y no sólo las jugadoras, también el equipo técnico. Su esfuerzo por la camiseta que tanto queremos se merece un reconocimiento por parte de todos nosotros. Vaya, desde aquí, el mío. Sólo el primero. El año que viene ahí seguiré.

Porque, en el fondo, no me importa que ayer la Real perdiera. En absoluto. La historia de la Real no se escribe sólo con sus grandes triunfos. Pero, ojo, no perdamos de vista que el de ayer fue también un triunfo. Era la primera vez que la Real, en su todavía corta historia, jugaba esta fase final de la Copa de la Reina. Y plantó cara a todo un Barça. No fue un partido demasiado vistoso ni tuvo grandes ocasiones de gol, pero en la primera parte ese sueño de ganar y acceder a la final no estuvo tan lejano. En absoluto. La Real no llegó a tirar a puerta, y ahí estuvo su principal carencia en el partido, pero supo maniatar en los primeros 45 minutos el juego de toque del Barça. El balón se movió mucho por la franja central del terreno de juego, y apenas llegó a las áreas. A la Real le costó mucho, pero tuvo sus pequeñas opciones de adelantarse en el marcador, sobre todo a balón parado, momentos en los que el Barça sufrió. Atrás, la defensa realista y su centro del campo se bastaban, con mucha superioridad, para cortar todos los centros que las jugadoras blaugranas querían meter hacia las bandas. El partido parecía bastante controlado y el peor enemigo que tenían las nuestras era el calor.

Nadie es culpable de que haga calor y, sin duda, las altas temperaturas las sufren los dos equipos, pero fue evidente que a la Real le afectó más que al Barça. Esto se podría haber solucionado buscando otra hora para el partido, que se jugó a las 18.00 horas (la segunda semifinal, en la que el Espanyol venció al Atlético de Madrid por 1-0, se jugó a las 20.30). Pero la Federación cometió aquí un patinazo que hizo un flaco favor al espectáculo deportivo. En realidad, la organización fue desastrosa. No se permitió el acceso del público hasta quince minutos antes del partido, lo que impidió a los seguidores ver el calentamiento. A los responsables federativos ni siquiera les importó que hubiera niños pequeños aguantando el sol en la explanada de entrada. A los aficionados se les hizo tirar latas y tapones de botellas, cuando junto al campo había una máquina de refrescos que, obviamente, vendía latas y el bar del recinto no tenía orden ni preocupación alguna en quitar los tapones. Todo fue un absurdo. Como que la bandera de la Real le tuviera que traer el equipo, por lo que fue retirada nada más acabar su partido, dejando un solo mastil vacío. Suspenso para la Federación, que debería trabajar más para promocionar el fútbol femenino.

La segunda parte fue un ejercicio de impotencia para todos. La Real se vio pronto en desventaja (el 1-0 llegó en el minuto 51) y no se puede decir que el gol fuera una sopresa, pues el Barça se lanzó a por el partido desde el comienzo de la segunda mitad. El encuentro se acabó en el minuto 73, cuando llegó el 2-0, fruto de una falta directa. No fue, tampoco, una buena jornada para la árbitro, que entre otras perlas no dudó en amonestar a Maite Lizaso en el 92 por protestar, después de tener un buen rato fuera del terreno de juego a Irene Paredes. En el minuto 74, unos minutos antes de anotar el Barça su segundo tanto, se anuló un gol a la Real, por un claro fuera de juego. Ahí se le empezaron a escapar el tiempo y las ilusiones a las jugadoras realistas que, en todo caso, no dejaron de empujar hasta que la colegiada señaló el final. En realidad, en los minutos finales fue el Barcelona el que estuvo más cerca de marcar y pudo ampliar el marcador hasta en varias ocasiones, una de ellas desbaratada espectacularmente por Soko con una buena parada abajo. A pesar de los sangrantes cuatro minutos de descuento (que dilapidó casi en su totalidad la propia árbitro), no hubo mucho más que hacer. Sólo felicitar a los dos equipos. A la Real por su sincero esfuerzo, al Barcelona por el triunfo.

Además de ese esfuerzo de las chicas, los aficionados también lo pusieron todo de su parte. La gente de la Real es una gozada. Lo digo año tras año cuando analizo la temporada de la Real. Y lo tengo que decir también aquí. Porque la afición de la Real no se resume en las 25.000 personas que van a Anoeta cada quince días. No, claro que no. La afición de la Real escribe su historia en días como el de ayer. Cuando toca viajar para animar a quien porta la camiseta txuri urdin, cuando se va a eventos que para la mayoría de la gente no tendrían la menor importancia pero que para nosotros son vitales porque hay alguien defendiendo con su sudor (y ayer también con sus lágrimas) el escudo de la Real, cuando se anima todavía más en la derrota. Lo de ayer, probablemente, no entrará en los libros de historia, de la Historia con mayúsculas de la Real. No se recordará gesta deportiva alguna como el gol de Zamora, pero para los que estuvimos allí fue un momento especial. Por lo vivido durante el partido y por lo de después, cuando el equipo agradeció con creces nuestra presencia. Y no, es al revés. Somos nosotros los que tenemos que agradecer al equipo su dedicación.

Su dedicación y sus detalles para con la gente. Nada más recibir el trofeo que acredita a la Real como finalista de la Copa de la Reina, Larra se acercó a la grada, secundada por todo el equipo. No sé si los seguidores de todos los equipos pueden decir lo mismo, pero en la Real los éxitos siempre son de todos. Siempre. Y estas chicas lo expresaron desde el primer momento, ya desde que saltaron al campo con la mirada agradecida puesta en la grada, en las decenas de camisetas txuri urdin que la poblaron con entusiasmo. Allí, en el lateral del estadio (¿por qué demonios la Ciudad del Fútbol de la Federación Española de Fútbol tiene una pista de atletismo?), la Real ganó por goleada al Barcelona, pero también hubiera ganado al Atlético de Madrid, a pesar de que éste jugó en casa. Y las chicas lo agradecieron. Quizá no se den cuenta, pero elegir el fondo de la afición para su foto posando con el trofeo es un gesto formidable que nos tiene que llenar de orgullo. Porque, sí, todos fuimos parte en el éxito de estas chicas. Éxito, porque la derrota no empaña una trayectoria como la suya en esta temporada 2010-2011 y en los años precedentes.

Quien no esté familiarizado con el fútbol femenino o con este equipo probablemente piense que exagero con estos elogios. Pero quien estuvo allí sabe que no. Quien lo vivió, quien lleva tiempo viviendo el devenir de estas futbolistas, sabe que merece la pena ir a estos modestos campos de fútbol para ver este deporte y a este equipo. No hay enormes y modernas gradas llenas de gente. No hay medios de comunicación, ni portadas, ni minutos de informativos en televisión. Pero lo que tampoco hay es mucho del vicio que ya emponzoña el fútbol profesional. Aquí se juega por amor al deporte, por la camiseta y por la gente. Aquí se juega para ganar, sí, pero también para disfrutar. Y el disfrute se contagia a la grada con mucha facilidad. Allí no hay piques, no hay insultos. Hay una sana convivencia entre las aficiones y muchas ganas de que las jugadoras noten nuestra presencia. Quien me iba a decir a mí que iba a acabar haciendo más de 400 fotografías o que mi garganta se iba a resentir tanto después del primer partido de fútbol femenino que he visto. Y la culpa es de ellas. Porque, para nosotros, aquí está, éste es el equipo txapeldun. Y lo seguirá siendo.


(Ignacio, muchas gracias por tu insistencia y por tu ayer justamente premiado entusiasmo con este equipo)