Imanol, abajo y en primer plano, aquel día en el Bernabéu. |
La Real llegó aquella temporada al Santiago Bernabéu en la decimotercera posición con 31 puntos, dos por encima de la zona de promoción que cerraba el Rayo Vallecano y con ocho puntos todavía en juego. Es decir, todavía había que garantizar la permanencia. Y el equipo txuri urdin venció. Después de aguantar las acometidas blancas durante toda la primera mitad, en la primera jugada de la reanudación, Kodro culmina en carrera un jugadón sensacional de Alkiza con sensacional asistencia al hueco. El Madrid lo intenta, lanza incluso dos balones a los palos. Imanol fue quien cerró el marcador, después de dos regates sobre la línea de la frontal del área y un disparo seco con su pierna derecha. Fue uno de los siete goles que hizo con la camiseta de la Real.
Imanol podría haber tenido otro papel en el partido, porque mediada la segunda mitad tuvo una ocasión inmejorable para haber sentenciado mucho antes el encuentro. Llegó hasta el punto de penalti, donde recibió un pase de Kodro totalmente libre de marca, pero lanzó el balón fuera, a la izquierda de Buyo. El realista falló lo fácil y convirtió lo difícil, cosas del fútbol. "Menos mal que he metido en esa segunda o tercera ocasión, porque mi orgullo estaba dolido. Mi gol ha servido para ganar el partido y me marcho muy contento", decía entonces el realista, que salió del Bernabéu convencido de que "estos dos puntos nos van a dar mucha tranquilidad para afrontar los ´últimos partidos que nos quedan sin tanta presión". Ahora hay más partidos y más presión. ¿Pero y si sus frases del próximo día 6 se parecen a estas...?
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