domingo, diciembre 30, 2018

Diez momentos que marcaron 2018

Estamos a punto de dar carpetazo a 2018, un año que no tiene demasiados recuerdos agradables para la Real, a pesar de que la hemos visto jugar en Europa, de brillantes debuts de canteranos o del salto a un nuevo estadio sobre los cimientos del nuevo, porque tres entrenadores, muchas derrotas y resultados decepcionantes han afectado y mucho al devenir de estos últimos doce meses. Siempre hay momentos que, para bien o para mal, sobresalen, y, además del 20º aniversario del asesinato de Aitor Zabaleta que no queremos dejar de nombrar pero que no queremos que quede solo como un recuerdo puntual, estos son los diez que han marcado 2018.

· La traición que unió al realismo
Que un jugador formado en la cantera decida marcharse al Athletic de Bilbao no es algo nuevo. Nunca es agradable, pero estamos acostumbrados. La forma en la que Iñigo Martínez decidió cruzar la A-8, no obstante. Fue sangrante. Lo hizo después de aceptar una de las capitanías, cuando el mercado de invierno tocaba a su fin, con un mensaje irreal de grandeza en el destino al que se marchaba y confirmando que su cabeza hace tiempo que no estaba en la entidad txuri urdin, cosa que por desgracia se veía en el campo. Su marcha hizo que la Real cerrara filas emocionales. Y al margen de los resultados del ex realista en Bilbao, fue impresionante que en el 5-0 que logró la Real ante el Deportivo Aritz Elustondo, su relevo evidente celebrara su gol, golpeando el escudo en el pecho.

· El domingo de los cristales rotos
La derrota de la Real en Anoeta ante el Getafe desencadenó una de esas jornadas difíciles de olvidar. El club prescindió al mismo tiempo de su entrenador, Eusebio Sacristán, que no había podido remontar el vuelo tras la triste eliminación europea ante el Salzburgo y una victoria en cinco encuentros, y a su director deportivo, Loren Juarros, abriendo la puerta al regreso de Olabe. Fue el 18 de marzo, un domingo que pasará a la historia de la Real por la contundencia de las decisiones tomadas. El técnico enterró su propia obra por no saber adaptarse a su necesario desarrollo, pero, no lo olvidemos, llevó a la Real a Europa con momentos de mucha brillantez, y el director deportivo pagó su alta contestación social, que en las redes sociales parecía abrumadora, y dejó de ser el responsable que más tiempo llevaba en ese cargo en Primera, un larga década que inició en Segunda División y que, también hay que decirlo, tuvo sus grandes aciertos.

· Imanol, el entrenador interino más deseado
¿Cómo es posible que en solo nueve partidos un técnico interino, un ex jugador del primer equipo que hizo su carrera pero no formó parte de la leyenda, se convirtiera de repente en santo de la devoción de todo el realismo? Imanol Alguacil, espléndida labor la suya en el Sanse, se convirtió en el salvavidas, y dejó claro desde el principio que no iba a continuar. Eso no le impidió, en solo nueve partidos, recuperar la ilusión hasta por llegar a Europa, jugando una final en Sevilla en la jornada 36. Lo más importante, no obstante, es que hizo que la Real recobrara la autoestima perdida, se diera cuenta de su calidad y de que estaba capacitada para cosas más grandes. El destrozo que le hizo al Atlético de Madrid con tres golazos, el vapuleo al Girona o que el primer gol encajado llegara al cuarto partido muestran que con Imanol la Real volvió a ser la Real. Esa base es lo que cimentó su regreso al primer equipo para cerrar una etapa de enormes dudas, la de Asier Garitano.

· Se va el récord de imbatibilidad
Durante casi cuatro décadas, la Real ha mantenido el récord de imbatibilidad de la Liga española. 32 jornadas desde el comienzo de una misma temporada, 38 en total. La Real de Alberto Ormaetxea fue más grande en ese sentido que equipos campeones de auténtica antología. El Barcelona batió esa macar. El equipo dirigido por Ernesto Valverde estuvo 36 jornadas sin caer derrotado, hasta que perdió en la 37ª jornada ante el Levante por 5-4, y sumando las siete jornadas finales de la campaña anterior, con Luis Enrique como técnico, alcanzó 43 partidos seguidos sin derrota. La Real permitió también ese récord, porque se dejó remontar ante el Barça en Anoeta, cuando dominaba su partido por un claro 2-0 y acabó perdiendo por 2-0. Estuvo en nuestra mano y lo dejamos escapar.

· Xabi Prieto, la despedida del capitán
El día que Xabi Prieto anunció su retirada, el corazón de la Real se detuvo durante unos segundos. Un One Club Man puro y duro, esencial para entender lo que significa llevar la camiseta txuri urdin. Un jugador que nunca quiso irse de la Real porque aquí lo tenía todo, y uno que se despidió, de la mano de otro jugador muy querido como es Carlos Martínez, en una vuelta al campo antológica y sencilla, al más puro estilo de la Real. Lesionado en su última acción en forma, el lanzamiento, cómo no, de un penalti, suerte en la que ha sido el gran maestro de la última década larga. Se fue con victoria, 3-2 al Leganés, y con sus compañeros llevando su rostro en el escudo. Porque sí, aunque fuera debatible, Xabi Prieto es el escudo de la Real.

· Agirretxe dice adiós
Hay despedidas brillantes y hay otras injustas. Imanol Agirretxe intentó seguir, pero no lo consiguió, por mucho que su esfuerzo y su categoría merecieran un final mucho más feliz. Después de aquella lesión de hace tres años en el Santiago Bernabéu, esa lesión de la que siempre parecía salir y una y otra vez recaía, el delantero realista empezó la pasada pretemporada con la ilusión de ser el mismo de siempre. Pero su cuerpo le impidió lograr ese sueño y le obligó a colgar las botas. Su despedida, siendo el autor del primer gol simbólico del nuevo Anoeta, fue maravillosa. Puede que nunca se haya marchado con tanto cariño un jugador al que le ha costado tanto ser reconocido sobre el terreno de juego. Puede que fuera tarde, pero con su lucha nos dimos cuenta de que él ha sido el auténtico gran 9 de la última década.

· El nuevo Anoeta
El sueño de Jokin Aperribay siempre ha sido la reforma de Anoeta. Le ha costado lo suyo, casi una década de su mandato, pero lo ha conseguido. Ha habido detalles que han alimentado polémicas, desde los precios de los nuevos abonos hasta la visibilidad desde ciertas zonas, pasando por la forma del nombre de "Real Sociedad" en la tribuna superior o hasta el, eso sí, muy criticable estado de su césped, muy lejos de su muy merecida fama de alfombra, pero el nuevo Anoeta ya está aquí. Aún no está completo, pero ya lo estamos viendo, con la Aitor Zabaleta en su fondo acabado, con su cercanía al campo que no teníamos desde hace 25 años. Fue imposible no verlo, antes de su estreno ante el Barcelona, y emocionarse aunque fuera un poquito.

· Enorme victoria en San Mamés
Los derbis son especiales, pero mucho más cuando las victorias que se consiguen en ellos están cargadas de matices. Si Asier Garitano quería ver una Real sobre el campo, es la que se vio en San Mamés. Una, además, en la que no pudieron jugar hombres de tanto peso como Theo, Zaldua, Llorente, Merino, Januzaj o Willian José, una en la que fueron titulares nueve canteranos entre los que estaban Gorosabel, Pardo, Bautista o Sangalli, una que jugó con un corazón inmenso, una en la que Oyarzabal se convirtió en el líder del equipo, anotando con una tranquilidad fascinante dos goles de penalti y en la que Sangalli coronó su brillante actuación con el segundo gol. La Real ganó en San Mamés 1-3 y triunfo de la manera en la que tendría que haber jugado toda la temporada. Aquel día, grande, fue en todo caso una excepción.

· Sangalli nos puso el corazón en un puño
La noticia nos heló a todos el corazón. Tras jugar en el Wanda Metropolitano, un día en el que tuvo visbilidad por una salvaje patada en la cabeza de Saviz que se zanjó con una insuficiente tarjeta amarilla, se informó de que Luca Sangalli había sufrido un ictus leve. Las noticias desde el principio fueron tranquilizadoras. Animó y mucho verle en Anoeta para apoyar a sus compañeros pocos días después. Y nos alegró definitivamente el fin de año verle de nuevo entrenando con el equipo. Pero el fútbol ya ha tenido suficientes tragedias como para que situaciones como esta no nos dejen en vilo. Si el shock por la noticia es uno de los momentos de 2018, su reaparición en los terrenos de juego será, sin duda, uno de los de 2019.

· El debut de Barrenetxea
La última gran noticia del año ha sido el debut de un chaval. Eso no es noticia en la Real, un equipo que está acostumbrado a sacar chavales de su cantera con mucha facilidad. Pero Barrenetxea añade un matiz historia: su edad. Sus primeros minutos en el primer equipo llegaron en el último partido del año, la derrota ante el Alavés, cuando contaba con 16 años y 359 días. En toda la historia de la Real, solo uno jugador puede presumir de haber vivido ese primer día con los mayores con menor edad, Irastorza, que debutó el 4 de febrero de 1934 en un 4-0 en Les Corts ante el Barcelona. Y Barrenetxea, además, se convirtió en el primer jugador nacido en el siglo XXI en debutar en la Liga. Histórico, sin duda, además de ser la última decisión de calado de Garitano en la Real antes de su cese. Y un motivo de orgullo.

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