domingo, noviembre 01, 2015

REAL SOCIEDAD 2 - CELTA 3 No hay manera

Vela no consiguió marcar ante el Celta.
Nueva derrota de la Real, que llegará casi a mediados de noviembre sin haber conseguido todavía una sola victoria en Anoeta, algo que, viendo el asequible inicio de temporada que tenía, resulta inaceptable. Porque ahora, cuando la temporada se ha endurecido, está pasando factura. El Atlético ganó, con toda la ayuda arbitral que se quiera, pero ganó. Y el Celta, en un partido que pudo decidirse en favor de la Real también, se llevó los tres puntos y dejó a la Real con la miel en los labios en el último minuto. Desaprovechar el espectacular momento de Agirretxe empieza a parecer algo ya gravísimo, y no conseguir victorias ni cuando se ven elementos positivos en el juego del equipo empieza a ser preocupante. Porque si tu delantero está tan en forma y vuelve a marcar dos goles, hay que conseguir un resultado mejor. Y la Real no los consigue. Preocupante, porque no hay manera.

Moyes apostó por la continuidad total. Lo más noticioso, que Mikel González mantuvo su puesto de titular en el once en lugar de Diego Reyes. Markel también permaneció, y los dos tocados, Zaldua y Vela, se sobrepusieron a sus molestias. Con esa propuesta, el técnico escocés dejó claro que apostó por las virtudes de su equipo para contrarrestar las del Celta. Eso es valiente, dado que el equipo gallego llegó a Anoeta con una vitola de gran equipo en forma, con sólo una derrota en lo que llevábamos de temporada. Y el resultado fue exactamente el que se esperaba, un partido de un ritmo altísimo y de mucho peligro en las dos áreas. La sensación, de buen espectáculo, lo que es casi una novedad en lo que llevamos de temporada, sin duda en Anoeta.

No es mala la sensación de que en un intercambio de golpes contra el Celta la Real no sólo pareciera viva en el partido sino que siempre llevara la ventaja en el marcador. La primera ocasión clarísima, de hecho, fue realista. Un fantástico centro de Zurutuza lo cabeceó fuera Vela, pegado al palo a la derecha de Sergio Álvarez. La respuesta del Celta no sólo fue inmediata, sino muestra de por dónde iba a proceder el peligro del equipo gallego: por las bandas, sobre todo por la izquierda de su ataque, con un Nolito en forma. Su disparo lo rechazó Rulli, con el pie. El argentino vio pasar un centro chut que buscaba su escuadra a renglón seguido.. La siguiente opción fue el 1-0. Otro sensacional centro de Zurutuza encontró la cabeza de Agirretxe, otra vez Agirretxe que está en el mejor momento de su carrera y convierte cada balón que toca en oro. Su remate, mucho más complejo de lo que parece a primera vista, sorprendió por completo al guardameta celtiña.

En el intercambio de golpes, la Real pudo cobrar más ventaja si Vela hubiera aprovechado la segunda gran ocasión que tuvo en el partido, pero esta la mandó junto al palo opuesto a la de la primera tentativa, esta vez con más portería libre a su favor. Pero el Celta siguió explotando las bandas, y martilleando a Yuri y sobre todo a Zaldua. Fruto de esa insistencia, Zaldua derribó a aspas en su carrera y el penalti pareció clarísimo, aunque Fernández Borbalán no señaló nada. Casi sin tiempo, llegó el empate. Un disparo desde fuera del área lo desvió Aspas, dejando a Rulli con el molde y sin capacidad de reacción. Pudo ser peor, si la tijera de Aspas hubiera encontrado, apenas un minuto después, un ángulo más complicado para el guardameta realista.

El partido entró en su fase más pausada hasta que Yuri la rompió. El lateral izquierdo realista, más activo que nunca, estaba errando casi todos los pases finales. Cerca de la media hora, metió un buen balón al que no pudo llegar Vela, y justo después protagonizó una espléndida arrancada que, esta vez sí, acabó en una asistencia precisa para que Agirretxe, otra vez Agirretxe, estuviera en el sitio justo para hacer el 2-1. La Real, en este partido de rachas y vaivenes continuos, pudo aprovechar esos minutos finales de la primera mitad para dar una estocada definitiva al partido. Iñigo Martínez, tras un rechace en un córner y con un disparo a la media vuelta, tuvo la mejor ocasión, pero Sergio estuvo muy atento y evitó el gol. A la Real se le fue la fase más clara de dominio y el partido volvió en la segunda mitad al toma y daca de los minutos más igualados, incluso con un dominio algo más claro del Celta.

Pero las ocasiones se produjeron en las dos porterías, aunque tras el descanso tardaron en llegar. La primera, de hecho, fue el empate. Un centro perfecto de Wass desde la banda derecha lo cabeceó Aspas a placer, tras un desmarque que ni Mikel ni Iñigo supieron leer. Tras el gol, Zurutuza, de nuevo de lo mejor del equipo, tuvo que salir del partido y Moyes aprovechó para buscar la velocidad de Bruma, que se mostró muy activo pero sin demasiado acierto. Yuri estuvo a punto de coronar su buena actuación con un fantástico zapatazo desde fuera del área que encontró una espléndida actuación de Sergio. A partir de ahí, el partido se complico y Moyes falló a la hora de leerlo, porque no vio lo que necesitaba el equipo tras la marcha obligada de Zurutuza. Nolito se plantó delante de Rulli y si no pudo disparar fue por una heorica acción de Iñigo Martínez. Aspas primero y Guidetti después pudieron hacer el 2-3. La Real sufría y Moyes no reaccionaba.

La mejor opción de la Real en esos minutos la tuvo Bruma, pero su disparo se marchó desviado. La primera opción táctica de Moyes fue el cambio limpio de delanteros, Agirretxe dejando su puesto a Jonathas. Quedaban sólo cinco minutos para el final, y esa norma no escrita de no sacar nunca del campo al delantero en un partido que no se va ganando pasó factura. Pablo Hernández enganchó un formidable zapatazo de la frontal del área, que cayó con la misma intensidad que cogía una curva imposible para Rulli. El único pero de la jugada fue la facilidad con la que el jugador del Celta pudo disparar, muestra quizá de que el equipo necesitaba la gasolina que había perdido con Zurutuza. El cruel castigo encontró la rápida e inefectiva respuesta de completar los cambios, Chory Castro por Markel, algo que no tuvo efecto ninguno porque la Real ni siquiera tuvo la opción de empatar.

La Real necesitaba la confirmación de ganar al Celta para empezar a creer en sus posibilidades y no lo consiguió. Pudo hacerlo, eso es cierto, porque fue un partido de poder a poder y con oportunidades para los dos equipos. No hubo control, pero hubo un fútbol vivo y valiente por parte de los dos equipos. Con los problemas que obviamente hubo en la ejecución realista, al menos sí hubo una intención clara de ganar el partido, y mostró armas para hacerlo. No fue suficiente, pero al menos fue algo interesante. El Celta fue algo mejor, y con la jugada del penalti de la primera mitad jugando además en su favor se hizo acreedor a la victoria. Lo malo para la Real es que ha desperdiciado tantas opciones favorables y partidos asequibles que ya cada oportunidad de sumar es casi obligada para creer que esta temporada hay tiempo de hacer algo grande. Ganar era la filosofía de Moyes y no terminan de encadenarse esas necesarias victorias. No, no hay manera.

1 comentario:

Antonio R. dijo...

Lamentable. Yo es que el final ya me olía cual iba ser. Les hemos ganado a sólo dos equipos que son lo peor de la categoría. Temporada perdida...y lo que nos queda todavía.