Odriozola marcó ante el Salzburgo su primer gol en la Real. |
Eusebio, como ya hizo la semana pasada, ha convocado a todos sus hombres disponibles. Hasta 21 futbolistas viajan a tierras austriacas, con lo que el técnico txuri urdin tendrá que hacer tres descartes antes del encuentro. Además de todos los jugadores del primer equipo que están en condiciones, incluyendo a un Pardo que más que probablemente será uno de los descartes, Eusebio se ha llevado a Zubiaurre como tercer guardameta y a Gorosabel, que repite después de haber jugado los minutos finales del encuentro liguero ante el Levante. Los cuatro jugadores que no pueden formar parte de la convocatoria por lesiones son Carlos Martínez, Héctor Moreno, Xabi Prieto y Willian José. Dos bajas más con respecto al pasado fin de semana, ha pagado una factura alta la Real por su última victoria liguera.
Dada la importancia decisiva del partido, cabe pensar que Eusebio se acercará lo más posible a su once de gala. De esta manera, Rulli estará bajo palos. La defensa la formarán Odriozola por la derecha, presumiblemente De la Bella por la izquierda, y con Llorente y Elustondo por el centro. No es nada descabellado tampoco pensar en Navas para el once. Con Illarramendi y Zurutuza fijos, es lógico que el partidazo de Canales le garantice plaza en el centro del campo para suplir a Xabi Prieto. Y en ataque hay muchas posibilidades, pero por todas ellas pasan también por que juegue Oyarzabal. Januzaj también apunta a la titularidad y la gran duda está en cuál será la apuesta como 9, si el recuperado Agirretxe o un Bautista que ya sabe lo que es marcar en esta Europa League, lo hizo ante el Vardar, y que mojó en el último partido como visitante, en el Bernabéu. A la espera de los descartes, Toño, Zubiaurre, Kevin, Pardo, Zubeldia, Guridi y Juanmi parecen tener menos opciones.
Con el 2-2 de la ida, las cuentas son claras. Para pasar la eliminatoria, la Real tiene que ganar o empatar a más de dos goles. Cualquier otro resultado deja a los de Eusebio fuera de la Europa League. Dicho de otra manera, al equipo txuri urdin le valdrían dos de los tres resultados que ha logrado a domicilio en esta competición, el 0-6 que logró ante el Vardar y el 0-1 ante el Rosenborg. El reto es evidente, puesto que el Salzburgo todavía no ha perdido un partido en casa en lo que llevamos de temporada. En Liga ha ganado nueve partidos y ha empatado tres, dos de ellos a cero y el restante a uno; en la Europa League ganó dos y empató uno, pero no encajó ni un solo gol. También es cierto que la Real ya le hizo dos goles cuando eso solo lo había logrado el Rapid de Viena en los dos partidos de la Liga. Eso sí, a los austriacos no les sirvió para ganar ningún partido, ya que empataron a dos en Viena y perdieron en Salzburgo por 3-2.
Si miramos a la historia, el reto para la Real adquiere tintes épicos. El equipo txuri urdin nunca ha remontado una eliminatoria en la que fuera perdiendo tras el partido de ida en casa. Esta es la sexta vez que se produce esta circunstancia y las cinco anteriores acabaron con la eliminación realista. Como ahora ante el Salzburgo, en dos de ellas fue con igualada en la ida, en la 1982-1983 ante el Hamburgo, con 1-1 en San Sebastián y el 2-1 con el gol en fuera de juego que impidió llegar a la final de la Copa de Europa en tierras alemanas, y en la 1987-1988, cuando el Dinamo de Minsk arrancó un 1-1 para hacerlo bueno con el 0-0 de la vuelta. Solo hay un precedente de empate en la ida como local en la que la Real pasó de ronda, el 0-0 de la Recopa 1987-1988 con el que finalizó el primer partido con el Slask Wroclaw, que sucumbió ante la Real por el 0-2 de la vuelta. Y solo dos remontadas europeas, el 2-0 con el que se levantó el 1-0 del Sporting de Lisboa en la Copa de Europa 1982-1983 y el 1-0 que bastó para superar al Lausanne tras el 3-2 de la ida en la UEFA 1990-1991.
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