miércoles, septiembre 23, 2015

GRANADA 0 - REAL SOCIEDAD 3 El delantero de la Real es Agirretxe

La Real, celebrando uno de los tres goles de Agirretxe
Han pasado tantos años desde que Imanol Agirretxe debutara en el primer equipo de la Real Sociedad, que el que se orquesta en torno a su persona tendría que ser un debate agotado, pero el caso es que el 9 realista sigue sin serlo del todo. Nunca ha tenido la confianza plena de sus entrenadores. De ninguno, ni siquiera de Montanier. Y no paran de llegar delanteros a la Real, todos ellos en teoría para jugar por delante de él. De toda clase y condición. Hasta algún canterano tuvo esa suerte antes que él. Sin embargo, y hay que decirlo a voz en grito, es Agirretxe. Él es el delantero de la Real, el que necesita, el que mejor entiende su fútbol, el que mejor resultado saca a los minutos que tiene en el campo, La Real ganó al fin por primera vez en esta temporada, lo hizo 0-3 en Granada, y los tres goles los hizo Agirretxe. Es su primer hat trick como profesional y se convierte en el sexto jugador de la Real que consigue uno a domicilio en toda la historia de la Liga. Casi nada. Y sin embargo, el debate seguirá. Pero él también seguirá marcando goles.

Antes de que arrancara el balón y Agirretxe firmara su gran noche, el partido ya dejó elementos que analizar en las muchas decisiones importantes en el once de Moyes. En primer lugar, la portería, ocupada por Oier, lo que implica que Bardají no va a contar de momento con la confianza del técnico, algo que parecía evidente con la cesión del ex del Granada pero que la peculiar situación que abrió la expulsión de Rulli ha terminado de confirmar. Por otro, Moyes zanjó los debates mediáticos de los últimos días con dos decisiones contundentes. Zurutuza y Vela sacudieron la sala de prensa y los dos jugaron, lo que en el primero era noticia por ser sus primeros minutos, y el segundo ejerció de capitán ante las ausencias de Xabi Prieto y Mikel González. Pardo parece ser el jugador que está pagando el mal inicio de temporada del equipo y dejó su puesto a Granero, y los laterales se mantienen como al principio de temporada, aunque lo normal es que Aritz Elustondo ceda el puesto en cuanto Zaldua y Carlos Martínez estén para jugar.

Con este once, en el que había cinco canteranos y seis jugadores del equipo tipo de la temporada de la Champions, la Real dio el paso adelante que necesitaba: el que le permite controlar los partidos. Su juego no enamora, no es un vendaval ofensivo ni genera ocasiones de gol de forma continua, pero si tiene la firmeza que demostró en Los Cármenes la Real es un equipo muy complicado de vencer. Lo extraño es que hayamos tardado cinco jornadas en ver esta cualidad, con tanto trabajo en teoría ya hecho desde la pasada temporada, en la pretemporada real de Moyes en el banquillo txuri urdin. No parece casualidad que esto se haya visto con Zurutuza en el campo, de nuevo como el mejor termómetro posible del juego realista. O con un Canales muy activo, al menos en la primera mitad y como siempre de más a menos. E incluso con Granero acompañando a Illarramendi en el centro del campo. Y es que, se mire como se mire, es increíble que con los centrocampistas que tiene la Real, no controle un mayor número de partidos con más facilidad.

Es verdad que, por una vez, la Real se ha encontrado todo de cara desde el principio. Marcar en el minuto 7 ayudó mucho a tranquilizar los ánimos y que el equipo pudiera aspirar a ese control del juego. El recital de Agirretxe comenzó en ese minuto con un golazo de delantero centro. Un espléndido pase de Zurutuza desde la izquierda encontró el toque justo para que el balón se alojara en el interior de la portería de Andrés Fernández. Si la toca menos, el remate es flojo; si la toca más, se marcha fuera. Lo que hizo el atacante realista fue exactamente lo que tenía que hacer. Golazo precisamente por eso, porque no era una jugada nada fácil de rematar. A partir de ahí, la Real mantuvo un control perfecto del partido. Hizo que no sucediera absolutamente nada dentro de las áreas. Con una defensa espléndida, en la que siempre se nota la presencia de Iñigo Martínez, el Granada era incapaz de acercarse a Oier. Y a la Real le bastaba con controlar el centro del campo para que los minutos fueran pasando y los locales se desesperaran.

En esas apareció de nuevo Agirretxe para certificar su reinado en la noche. El atacante realista se anticipó a un pase atrás de Doria, que cometió un gravísimo error por no mirar si había alguien cerca de su portero. Ese inteligente movimiento ya le puso en disposición de hacer el 0-2, algo que logró a placer después de tener un poco de suerte en la salida del portero, que estrelló en el cuerpo del realista el balón en su intento de despeje. Pero la suerte, que la tuvo, ya se la había buscado con su movimiento de pillo. Hasta el descanso, la única jugada relevante fue un disparo de El Arabi desde la frontal que supuso la primera intervención de Oier. Era el minuto 43. No hay, por tanto, mejor demostración de que el control del partido era txuri urdin de arriba a abajo. En la segunda parte ese control no fue tan férreo, e Iñigo Martínez, capitán de facto sobre el campo aunque el brazalete lo llevara Vela, llamó la atención de sus compañeros en varias ocasiones para que mantuvieran la tensión.

El Granada, en todo caso, no estuvo nunca cerca de meterse en el partido. De hecho, las ocasiones fueron todas para la Real, que pudo lograr en Granada una goleada de escándalo a poco que se lo hubiera propuesto. Agirretxe continuó el festival con un espectacular pase al hueco al que Vela, mucho más lento que de costumbre y que quizá se podría beneficiar de algún partido en el banquillo, no pudo llegar. Poco después fue Canales el que culminó un envío de Zurutuza estrellando el balón en el cuerpo de Andrés Fernández. Para entonces, Moyes ya había apostado todavía con más firmeza por el control, sentó a un Granero con tarjeta amarilla y devolvió a Pardo el mando del equipo. Cerrando el primer cuarto de hora de la segunda mitad, Vela, en una de sus pocas apariciones inspiradas, puso un balón de oro a Agirretxe, que dejó pasar una primera oportunidad de firmar el hat trick por un mal control antes de que su disparo saliera lamiendo el palo a la izquierda de Andrés. Y en el 77, el guardameta local sacó una falta de Pardo que buscaba la escuadra, aunque, sorprendentemente, Estrada Fernández no pitó córner.

Ya con Xabi Prieto por Canales en el césped, Agirretxe sí consiguió firmar el tercero. Lo hizo en una jugada individual, recogiendo un despeje de la defensa, con un control magnífico y una jugada de crack, en la que sacó el manual de colocar el cuerpo y regatear dentro del área, antes de finalizar su carrera con un balón picado que dejó boquiabierto a Andrés Fernández. Y pudo ser mucho más abultado el resultado. El Granada, que en muchas jugadas apenas defendía con un par de jugadores, bajó los brazos y aceptó la derrota, ya bastante contundente. Quizá Jonathas hubiera demostrado más hambre para aumentarla y podría haber aprovechado esa situación para que la goleada adquiriera tintes históricos, pero Moyes apostó por Bruma, que entró en el campo por Vela. Precisamente Bruma tuvo la última gran aproximación de peligro, en la que no supo ver un pase clarísimo para que Agirretxe hiciera el cuarto de la Real y de su cuenta particular y culminó una jugada con un mal pase a Pardo, que llegaba a la frontal.

Los Cármenes vio la primera victoria de la Real en este curso y al mejor Agirretxe, a uno que sabe jugar al fútbol y marcar goles, uno que presiona y que forma parte de un esquema de juego, tanto en defensa como en ataque. No siempre acierta, por supuesto, como demostró con su cabezazo fallido ante el Espanyol el pasado sábado o con el gol cantado que le dejó Vela en Granada y no supo convertir. Pero su valor es incalculable, a pesar de que nunca se le ha llegado a reconocer como uno de los nombres más destacados de este equipo. Y él, pico y pala, siempre se hace hueco. Con él, desde luego, la Real siempre parece tener mejor pinta. La victoria en Granada fue solvente. Nada espectacular, pero al menos lo que se tiene que esperar de la Real de Moyes. Ha tardado en aparecer, pero si está aquí para quedarse no podría haber llegado en mejor momento, en vísperas del derbi y todavía en los primeros pasos de una temporada que aún puede dar muchas alegrías. La primera, desde luego, es esta.

No hay comentarios: