Agirretxe, gol y asistencia ante el Córdoba. |
Moyes apostó por tercera semana consecutiva por los mismos once jugadores, buscando una continuidad que haga que sea el equipo el que crezca, más allá de sus individualidades, una lección necesaria tras la lesión de Vela. Pero como el partido cambió radicalmente a los cinco minutos, es difícil saber cuál habría sido su respuesta. Agirretxe, de lo mejor ante el Córdoba, hizo que el partido cambiara. Estando muy vivo en un mal control de Pantic al borde del área, hizo que el defensa cordobesista le agarrara para evitar que enfilara la portería de Carlos. Falta y expulsión. Por supuesto, la falta no sirvió para romper esa maldición ya superior a los cinco años y la Real sigue sin marcar de libre directo, el disparo de Canales se fue muy arriba, pero el partido ya había cambiado. Y, en realidad, para mal. Porque si el ritmo de juego del equipo txuri urdin ya es lento, resultó evidente que los jugadores de Moyes vieron el partido más que ganado con la perspectiva de afrontar 85 minutos en superioridad contra el colista de la categoría.
Ese garrafal error de planteamiento de los realistas provocó que el Córdoba le echara arrestos y se fuera arriba. Y le valió para hacer algo más que asustar. En menos de diez minutos a partir de la expulsión, el equipo visitante se puso por delante con un buen gol de Florin de cabeza tras un córner (aunque dio toda la impresión de que se libró de la marca de Zaldua con un empujón), provocó una tarjeta amarilla para Ansotegi e hizo que Rulli tuviera que intervenir en una doble ocasión, también tras un saque de esquina, evidenciando que la estrategia le sigue doliendo a la Real. Para el guardameta argentino, la mejor forma de celebrar su convocatoria para la selección. Para la Real, la peor de las noticias, porque demostraba que las circunstancias anómalas siempre le perjudican, hasta siendo tan favorables como la expulsión de un jugador de un rival sumido en dudas y problemas. El equipo realista tardó muchísimo en reaccionar, lo que provocó que el Córdoba viviera muy, muy tranquilo durante demasiados minutos y que en Anoeta hubiera algo más que murmullos procedentes desde la grada.
Al juego de la Real es bastante obvio que le falta ritmo y continuidad. Pero analizando las jugadas más trascendentes de la primera mitad es igualmente evidente que tiene calidad de sobra, por mucho que cueste sacarla. Hubo detalles de Agirretxe, de Chory, de Xabi Prieto o de Canales, signos que evidencian una capacidad de generar peligro al alcance de pocos equipos, pero en realidad le cuesta un mundo generar ocasiones claras de gol. Tanto es así que no es descabellado decir que, dejando al margen dos cabezazos prácticamente idénticos de Canales a la salida de dos córners consecutivos, su primera opción de verdadero peligro fue el empate, gol de Agirretxe que llegó ya en el minuto 34. Y fue un auténtico golazo. Una buena maniobra de Chory Castro le sirvió para habilitar a Canales, cuyo centro encontró un formidable cabezazo de Agirretxe casi de espaldas. Y otra vez parecía que el partido ya se encarrilaba, pero nada de eso. Casi a renglón seguido, Bebé hizo temblar el larguero de Rulli con un fantástico disparo.
El once inicial que presentó Moyes ante el Córdoba. |
Pareció que la Real de la segunda mitad no quería que el partido se le torciera demasiado, pero la primera ocasión de la segunda mitad fue del Córdoba. ¿Y cómo llegó? De nuevo en un córner. El cabezazo de Luso fue tan claro como cruzado y sembró de incertidumbre el partido. Pero a partir de ahí la Real ya despertó definitivamente. Con su ritmo cansino, haciendo de la posesión y el toque sus armas más que el vértigo que había llevado a este equipo a lo más alto hace no tanto tiempo, pero dominando abrumadoramente al Córdoba. Zaldua se erigió en un auténtico puñal por la banda derecha, Yuri no subió menos pero sí lo hizo de forma más alocada y con menos peligro, Agirretxe comandó el fútbol ofensivo del equipo dando todo tipo de soluciones. Pero el problema era el de siempre: falta de claridad. ¿La solución para Moyes? Vela, Pero el mexicano notó la inactividad, en su primera intervención no se atrevió a buscar su clásico disparo de rosca y sus primeros pases fueron pérdidas.
Aún así, el dominio era tan claro que el gol parecía cuestión de tiempo. Mucho más teniendo en cuenta que Moyes tocó la corneta y puso a Vela por Granero, dejando en el campo toda su artillería. Lo curioso es que ese gol, definitivo al final para ganar, llegó justo cuando la Real se vio cerca de perder. Rulli tuvo que salvar el 1-2 en una brutal contra del Córdoba. Y ahí es cuando el equipo txuri urdin se dio cuenta de que el Córdoba estaba con diez y de que correr era garantía de peligro. Con al menos cuatro jugadores visitantes sin fuerzas para defender tras su contra, la Real dio por fin velocidad a la transición y se plantó en el área visitante con poca oposición. Por eso, Agirretxe pudo redondear su buen partido metiendo una buena asistencia al interior del área y Chory Castro tuvo tiempo de sobra para marcar de un buen disparo a la media vuelta. Es sólo el segundo tanto del uruguayo en la Liga, pero su valor fue grande por cómo se estaba poniendo el partido.
Con quince minutos por delante, Moyes decidió reequilibrar el equipo, retiró a Chory, que no estuvo bien a pesar del gol, y colocó a Markel junto a un Pardo omnipresente, que ha cambiado la frescura con la que irrumpió en Primera por una capacidad pulmonar más que interesante. Iñigo López decidió contribuir a la tranquilidad de la Real autoexpulsádose con un placaje a Yuri que le costó la segunda amarilla. En esa falta, Pardo no anduvo lejos de romper el maleficio en los libres directos, pero el balón se estrelló en el lateral de la red con Carlos ya batido. Y para terminar de redondear el triunfo, ya en el descuento, Vela añadió un número más a su brillante hoja de servicios dejando un gol en bandeja a Finnbogason, que no tuvo más que empujar el balón al fondo de la portería para estrenarse, por fin, como goleador realista en Liga. La jugada nació de la habilidad de Vela para meter el cuerpo a un defensor y ganar el espacio, y eso provocó las protestas de Pinillos, que vio una roja directa que Velasco Carballo se podría haber ahorrado sin problemas.
La Real debía ganar y ganó. Una hora larga de partido ahondó en la desesperación en la que a veces vive el equipo txuri urdin por su ritmo de juego y su incapacidad para ver opciones claras, una sensación acrecentada por la inferioridad cordobesista, pero al final el partido dejó buenas noticias y prolongó la racha victoriosa, aunque con más sufrimiento del que seguramente se esperaba. Con 36 puntos, la salvación es ya un hecho. Puede sonar casi a broma, pero no hay que olvidar que durante la temporada ha habido tramos en los que esa posibilidad era algo más que un fantasma blandido por agoreros, pero hay que valorarlo porque va a permitir un final de temporada como poco tranquilo. Y quizá, si la Real se sube a una ola de ilusión, mantener un bonito duelo con el Athletic, y puede que con algún equipo más, por una octava plaza que, dé o no plaza europea, al menos acerca al equipo txuri urdin a un entorno que no tendría que haber abandonado. De tres en tres, todo se ve mucho mejor.
2 comentarios:
Lo más importante es seguir sumando y acabar la temporada. El rival daba para lo que daba...
Antonio, yo creo que en la peor de las perspectivas la temporada ya está acabada. Pero luchar por lo que ahora parece imposible, el séptimo puesto, o por quedar delante del Athletic también son objetivos interesantes. ¡A por ello!
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