Jonathas debutó en Riazor, pero no marcó. |
Si se presta atención al
detalle, es verdad que hay en la Real que ha comenzado la temporada
2015-2016 en Riazor algunos rasgos diferentes a aquella que dirigió por primera
vez David Moyes en el mismo campo hace ya unos cuantos meses. Los hay, negarlo
sería absurdo, aunque se quieran limitar a la aportación de las incorporaciones
de este verano, destacando a Jonathas y Reyes. Pero si la conclusión de aquel
primer día del escocés en el banquillo txuri urdin fue que tenía mucho trabajo
por delante, la que se puede extraer ahora, tantos meses y partidos después, es
básicamente la misma. Obviando ese largo tramo de la pasada campaña, la Real de
Moyes sigue en pretemporada. Sigue sin tener un patrón de juego definido, sin tener claras cuáles son sus mejores vías para explotar las
cualidades de sus futbolistas y sin generar peligro porque
apenas prueba al guardameta rival. Cierto, como aquel primer día de Moyes en Riazor,
que el análisis se hace más cómodamente con un punto, porque el
marcador se quedó como empezó, pero es también cierto que hay que exigir
más, personal y colectivamente, si no se quiere pasar otra temporada en tierra
de nadie.
El primer once de Moyes lo formaron Rulli bajo palos, con una defensa formada por Zaldua y De la Bella en los laterales, Reyes e Iñigo Martínez en el centro, Markel Bergara y Rubén Pardo por delante, con una línea de tres mediapuntas formada por Vela, Xabi Prieto y Bruma, y con Jonathas en punta. Y dos descartes, Zurutuza y Héctor, que al igual que Oyarzun, que se quedó en Donostia, no pudo celebrar jugando su salto al primer equipo. Esto sirvió para confirmar algunas cosas. La primera, que la pugna en el lateral izquierdo de momento la gana De la Bella. La segunda, que Granero y Canales se perfilan como los grandes damnificados de los malos resultados de la pretemporada. Y la tercera, que Moyes confía en un grupo cerrado incluso por encima del estado físico. No hay que olvidar que Vela no ha jugado ni un solo minuto en los partidos preparatorios por molestias en la rodilla y que Prieto se lesionó en su última aparición, contra el Atlético de Madrid, y ambos fueron de la partida en Riazor.
La sorpresa fue ver a la Real formando más bien un 4-4-2, con Bruma y Xabi Prieto abiertos en las bandas y Vela y Jonathas en punta, aunque el dibujo cambio con los minutos para configurar un 4-2-3-1 más habitual, en el que Xabi Prieto ocupó la mediapunta. Como el equipo txuri urdin fue de menos a más, parece evidente que estuvo más cómodo en este segundo esquema. La primera mitad fue típica de un partido inaugural de la temporada, con ritmo bajo, poca presión en el centro del campo y mucho balón largo. Con el paso de los minutos, la cosa fue mejorando pero Depor y Real tardaron lo suyo en entrar en el encuentro. Tanto, que las primeras acciones destacadas fueron una tarascada de Jonathan ante Lopo para demostrar que el nuevo delantero de la Real no se va a andar con chiquitas, y la primera amarilla de un Mateu Lahoz que tiene la costumbre de no dejar pasar una cuando anda el equipo realista de por medio. El damnificado, Zaldua. Menos mal que Vela recuperó ese papel de provocar amarillas e hizo lo mismo con Mosquera.
Así transcurrió el primer cuarto de hora, sin ninguna llegada de peligro a las porterías de Rulli y Lux. Y poco a poco fue la Real el equipo que se acercaba al bando rival con alguna claridad. Lux sacó primero un buen centro de Xabi Prieto y Jonathas trató de marcar de chilena, pero su disparo se marchó a la derecha de la portería del Depor. La ocasión más clara la tuvo Jonathas, que cazó a la carrera un balón largo de Iñigo Martínez para plantarse solo delante del guardameta deportivista, pero este le adivinó las intenciones de trazar una vaselina saltando antes del disparo y cerrando los espacios al realista. La Real buscó los centros desde las bandas con insistencia, aprovechando el generoso esfuerzo sobre todo de Zaldua pero también de De la Bella. El lateral zurdo estuvo a punto de conectar con Vela en uno de sus envíos, pero la defensa despejó y abortó el remate del mexicano. Y el propio Vela metió otro espléndido balón que Jonathas no picó para controlar por muy pocos centímetros.
El Depor respondió en los últimos minutos de la primera mitad con un desviadísimo disparo de Lucas y uno de Mosquera con mucho más peligro, la mejor ocasión de los locales, que obligó a Rulli a rectificar su estirada para atraparlo con seguridad. Como la Liga española es de todo menos profesional, la segunda mitad comenzó con retraso. Se soltó uno de los enganches de la red de la portería que defendió Rulli en la segunda mitad y hubo que engancharla con una brida. Cosas que suceden en España, qué se le va a hacer. No pareció sentarle demasiado bien ese retraso a la Real, que dio un paso atrás y dejó que el Depor dominara territorialmente. Incluso que llegara con peligro a la portería de Rulli, que tuvo que estirarse para evitar que un disparo de Borges desde la frontal se convirtiera en el 1-0. La Real, no obstante, respondió bien, y Jonathas, en una pelea solitaria, y Vela, en un contragolpe que no culminó bien con un pase largo a De la Bella, mostraron que los visitantes tenían peligro.
Pero con el problema habitual desde hace ya alguno meses: la Real no tira a puerta. No provoca acciones de los porteros, ni siquiera para aprovechar que el sol que lució en la segunda mitad era un obstáculo para Lux. Así es difícil marcar. Muy, muy difícil. Y eso que por momentos el equipo de Moyes sí pareció dominador del juego. Pero sólo por momentos, porque ni Depor ni Real fueron mejores que su rival durante demasiados minutos. El momento más tenso fue un desvío de cabeza de Iñigo Martínez a un disparo de Juanfran que no parecía coger portería y que con ese toque se convirtió en un córner. De ese córner, Lucas Pérez marcó pero lo hizo en una clarísima posición de fuera de juego. Esa acción defensiva de la Real fue muy buena, algo a tener en cuenta viendo el pobre resultado en la defensa de la estrategia que ha venido haciendo el conjunto txuri urdin en los últimos tiempos. Y prueba también de que las mejores noticias las dejaron Iñigo y Reyes, muy solventes en todo momento.
Rulli sacó con seguridad una falta directa lanzada por Faycal. Esa falta, por cierto, fue una temeridad de Markel un empujón al mismo deportivista que parecía innecesario por la llegada de Reyes e Iñigo y que además le costó la tarjeta amarilla. El guardameta realista tuvo que volver a intervenir casi a renglón seguido, a disparo cruzado de Lucas Pérez. Un despiste del Depor casi le permite a Vela adelantar a la Real, y Jonathas se confirmó como el mejor txuri urdin del partido con una espléndida jugada individual y un pase de la muerte que el mexicano no pudo convertir en el 0-1 por la intervención de la defensa, que despejó a córner. Sin necesidad de grandes ocasiones de gol o de extraordinarias intervenciones de los porteros, las dos áreas vivieron llegadas de peligro. En la más clara del Depor en ese tramo, Iñigo Martínez despejó a córner un balón que parecía que Rulli cogería con comodidad y provocó cierta inquietud a las filas realistas.
Fede Cartabia tuvo varias opciones, sobre todo el rechace de una falta que él mismo había tirado y que estrelló en el lateral de la Real. Viendo que el partido estaba en el aire, lo que sorprende es que Moyes no reaccionara para solventar la intermitencia de su equipo. El primer cambio del escocés no llegó hasta el minuto 85. Bruma, que fue de más a menos y que no fue capaz de encarar ni una sola vez, dejó su puesto a Canales. Dos después retiró a Vela para dar entrada a Chory, justo después de que el mexicano forzara una nueva tarjeta.Y no hubo más. Quizá es una forma del escocés de llamar la atención sobre la necesidad de refuerzos, pero cuesta entender que no sepa aprovechar lo que ya tiene de otra forma. Aún así, en esos minutos finales, la Real pareció estar más cerca del gol que el Depor, y algo tuvo que ver sobre todo Canales, mucho más móvil de lo que le habrían permitido esos cinco minutos que le dio Moyes en condiciones normales. Los cambios llegaron muy, muy tarde y sin que hubiera justificación para ello.
Si atendemos a lo de la media inglesa, la que obliga a puntuar fuera y ganar en casa, habría que decir que el inicio de la Real no es malo. Pero como en tantos partidos de la pasada temporada, el equipo txuri urdin no dio la sensación de saber imponerse ante un rival que no pareció mejor y que simplemente jugó con la inercia que siempre tiene un equipo local para, al menos, hacer que el portero visitante sí tuviera trabajo. Lux sólo tuvo que sacar el intento más claro de Jonathas, que pide a gritos un refuerzo mayor para convertirse en un peligro más certero. El centro del campo sigue sin tener una identidad clara, Pardo no encuentra el mando absoluto que hay que exigirle por calidad y Markel no es la ayuda que necesita, a pesar de que una vez más el paso de los minutos hizo que su actuación pareciera mejor de lo que fue. Prieto y Bruma dejaron detalles pero no una actuación esperanzadora. Y con un Vela que sí está claramente de pretemporada, las mejores noticias están donde se esperaban, en la seguridad de Rulli, en la firmeza defensiva que promete la dupla que forman Iñigo y Reyes, en el esfuerzo inagotable de sus laterales y en la pelea de Jonathas. Con un punto, sí, que ya mejora el inicio de hace un año pero todavía con mucho por hacer.
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