Xabi Prieto celebra el gol de la victoria. |
No hubo sorpresas en el once de Arrasate y la única diferencia con respecto a la eliminatoria ante el Aberdeen tuvo que ver con el estado físico de Zurutuza, que fue sustituido por Canales. El ex valencianista no pudo aprovechar la ocasión y a diferencia de lo que sucedió en la anterior eliminatoria fue de lo más gris en el juego realista, junto con un nuevamente intermitente Pardo, que todavía no ha sido capaz de encontrar su mejor versión en el nuevo esquema del técnico realista. La otra duda, que en la cabeza de Arrasate no parece ser tal, se solventó con la presencia de Elustondo en el centro de la defensa junto a Iñigo Martínez. Con esos mimbres y mucha más movilidad en sus jugadores que ante el Aberdeen, la Real comenzó el partido mordiendo, algo que, por ejemplo, no había hecho con los escoceses delante. Tanto es así que en la primera media hora el equipo txuri urdin pudo encarrilar la eliminatoria con cierta claridad de haber tenido algo más de acierto y de suerte, porque llegadas tuvo de todos los colores, por las bandas y por el centro, a balón parado y en jugada.
La llegada más clara fue la primera, un cabezazo a bocajarro de Markel a la salida de un córner que el guardameta del Krasnodar sacó como pudo y con grandes reflejos. Después fue Xabi Prieto quien no precisó un cabezazo en una posición bastante franca. Chory Castro se sumó al carrusel de ocasiones con un disparo con la zurda que no encontró portería cuando el gol parecía claro. También de cabeza lo intentó Agirretxe y justo a continuación Canales estrelló un disparo contra un defensa casi desde la frontal del área pequeña. La Real exhibía buenas combinaciones, continuas subidas de los laterales, disparos de todas las zonas del campo y movimientos inteligentes en ataque de sus centrales, como evidenció Elustondo prácticamente en la última jugada del primer tiempo con una buena arrancada desde atrás, en una jugada que finalizó con un disparo arriba de Pardo. Pero falta instinto asesino. Mucho. Y sin Vela, más todavía. Agirretxe está todavía lejos de su mejor estado de forma y se nota también la ausencia del llamado a ser ariete de referencia, Finnbogason.
El Krasnodar, a cambio, no mostró demasiadas de las cualidades de las que se habló antes del encuentro, ni mucho menos ser el equipo arrollador de las dos eliminatorias previas o el todavía invicto conjunto de la Liga rusa. Sólo dispuso de una ocasión de gol relativamente clara en la primera mitad, en una jugada en la que Ari conectó un disparo aprovechando que Iñigo Martínez no dejaba de recular pero se encontró con un Zubikarai bien colocado. Un balón llovido del cielo que Eñaut no atrapó a la primera, aún sin oposición de ningún delantero visitante, generó más inquietud que el fútbol de ataque del equipo ruso, aunque al filo del descanso el árbitro, el francés Buquet, anuló un gol al Krasnodar por un fuera de juego inexistente. De la Bella se quedó enganchado, un metro por detrás de la línea defensiva, y habilitó a los dos rematadores rusos. El primer se topó con Zubikarai, pero el segundo marcó a puerta vacía justo cuando el colegiado pitaba, muy tarde además, la infracción.
Quizá también por ese susto, el comienzo de la segunda mitad no fue tan positivo para la Real como el primer acto. Hubo más nervios, más imprecisiones, el centro del campo no conectaba con la delantera y las ocasiones se desvanecieron. El Krasnodar, no obstante, no aprovechó la situación aunque sí dispuso de algo más de balón y más cerca de la portería de Zubikarai, pero sin inquietarle. A los realistas les costó recuperar el dominio, pero poco a poco lo fueron haciendo. El punto de inflexión fue un clarísimo penalti por mano que Buquet, confirmando su mal arbitraje, no sancionó. Este intercambio de errores, en todo caso, benefició a la Real, porque el 0-0 que campeaba entonces en el marcador era sin duda mucho más positivo que el 1-1 que podría haber subido de acertar el colegiado. Aunque la Real comenzó ahí a sumar nuevas ocasiones, de nuevo sin demasiado peligro (un centro de De la Bella al que no llegó Chory, un cabezazo flojito de Markel), fue el Krasnodar el equipo que tuvo la ocasión más clara de la segunda mitad hasta ese instante, en un mano a mano de Joazinho con disparo defectuoso.
Pero a continuación del momento de mayor pánico llegó el gol de la Real. Fue en otra subida de De la Bella, cuyo centro despejó la defensa no demasiado bien para que el balón cayera en los pies de Xabi Prieto y éste hiciera el 1-0 con un disparo ajustado al poste izquierdo de Sinitsyn. El capitán sigue sumando, haciendo historia y, con este gol, siendo ya el máximo goleador en activo de la Real. Para entonces, Arrasate ya había movido el banquillo. Zurutuza y Granero entraron al campo por Pardo y Chory, junto con Canales probablemente los más flojos del equipo, y se notó para bien. Añadiendo la tranquilidad que dio el gol, la Real jugó unos buenos minutos finales, sin conceder ni una sola ocasión al Krasnodar y jugando con inteligencia una eliminatoria europea en la que resulta vital no encajar en casa para que jugar fuera sea más cómodo. Y pudo ampliar el marcador, ya con un peligroso Vela sobre el campo que recibió una gran ovación de Anoeta en su reaparición. Las mejores ocasiones fueron ya en el descuento, con un cabezazo de Elustondo al larguero a la salida de un córner y un centro chut de Zaldua que dio al arquero ruso más problemas de los debidos.
La Real solventó el duelo con más facilidad de la que algunos aventuraban y se encontró con un rival muy por debajo del nivel que había mostrado en sus anteriores partidos oficiales. Pero algo haría bien la Real si ésta es la primera derrota del Krasnodar en la temporada, con nueve partidos ya jugados. Botella medio llena o medio vacía, lo cierto es que la Real no estuvo nada mal. Concedió pocas ocasiones al rival, mostró un buen manejo en el centro del campo, velocidad puntual arriba (la jugada que acabó con remate de Chory tras una gran internada de De la Bella puede ser una buena muestra) y ganó el partido de ida de la eliminatoria sin encajar goles en casa que pueda sumar doble en un empate. Cierto que el rombo sigue en proceso de engranaje y que falta morder arriba, pero es evidente que a la Real le faltaban hasta ahora sus piezas más decisivas en ataque, que son las que tienen que hacer valer el juego de toque entre los medios de calidad (y Xabi Prieto, Canales, Pardo, Granero y Zurutuza la tienen) que quiere imponer Arrasate. Queda la vuelta y el resultado es de eliminatoria abierta, pero la Real, de momento, ya ha demostrado que es superior. Falta corroborarlo.
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