lunes, noviembre 15, 2010

HÉRCULES 2 - REAL SOCIEDAD 1 Injusto castigo para una buena Real

La maldición del Rico Pérez con el Hércules como rival seguirá vigente un año más después de una derrota de la Real, una más en ese escenario, que ha llegado de forma injusta y, la verdad, sin que se le puedan reprochar muchas cosas al equipo de Martín Lasarte. El conjunto txuri urdin, hoy estrenando una camiseta verde, fue muy superior al Hércules durante una espléndida primera mitad en la que el gol de Griezmann hacía justicia a los méritos y también a las intenciones de uno y otro contendiente. Poco más de cinco minutos de difícil explicación al comienzo de la segunda mitad supusieron que el marcador diera la vuelta, con dos goles de los locales. Y en el resto del partido la Real recuperó nuevamente el mando y mereció de nuevo marcar. Derrota, sí, pero con un sabor muy diferente a las cosechadas en Pamplona o Mallorca, por recordar dos actuaciones muy deficientes de la Real fuera de casa. Dos jugadas muy puntuales dieron al traste con un gran trabajo táctico en la pizarra del técnico uruguayo, con más de una notable actuación individual y con uno de los mejores, si no el mejor, partido como visitante que finalizó con un resultado muy injusto.

La alineación que presentó Lasarte no deparó sorpresa alguna. El uruguayo, teniendo a Ansotegi ya recuperado, volvió a su defensa predilecta y, ante la baja de Zuturuza adelantó la posición de Aranburu para dar cabida a Elustondo en el doble pivote. La apuesta no pudo salir mejor. Los primeros 45 minutos de la Real fueron, seguramente, los mejores disputados a domicilio en lo que llevamos de temporada. Mejores incluso que los de Málaga, aunque aquella actuación fue muy alabada y la de esta jornada seguramente quedará sepultada en el olvido que suele generar una derrota. La magnífica presión arriba y en el centro del campo y el espléndido trabajo del entramado defensivo sirvieron para desactivar por completo el juego del Hércules, que veía con impotencia como la Real le estaba pasando por encima. La maravillosa actuación de Griezmann, en combinación con un inteligente Xabi Prieto, estaba provocando la zozobra de la defensa alicantina. Y ellos fueron protagonistas en el gol. El 10 sacó un córner que Carlos Martínez (por fin aprovechado en los saques de esquina) remató con garra. La defensa sacó bajo palos el cabezazo del bravísimo lateral navarro, pero Griezmann recogió el balón, tras rebotar éste en el larguero y lo introdujo de cabeza en la portería local.

El propio Griezmann pudo hacer el segundo en un par de ocasiones, pero en la primera otra vez repelió el balón el travesaño y en la segunda cruzó demasiado el esférico. Y Ansotegi también tuvo su ocasión. No eran ya las ocasiones, muy claras algunas aunque es cierto que tampoco provocaron grandes actuaciones de Calatayud. Es que la Real, esa Real cuya capacidad técnica se suele infravalorar, estaba jugando francamente bien al fútbol. Hay dos o tres combinaciones en el centro del campo que mueren en la frontal del área del Hércules, incluso con algún disparo desviado, que las hubieran podido firmar equipos con mucho más renombre que el nuestro. Pero, mal sempiterno de la Real, no llegó el segundo gol que supusiera un punto y aparte en el partido y la puntilla para los locales. El público del Rico Pérez estaba ya presto a silbar a los suyos, y de hecho lo hizo en algún lance de la primera mitad, pero los herculanos se marcharon vivos a los vestuarios. La Real, ya se sabe, es un equipo de marcadores cortos. En Anoeta sabe gestionarlos con precisión pero fuera siempre parece suceder algo que acaba echando por tierra las muchas virtudes de este equipo, que son más de las que muchos creen.

Y así, el Hércules marcó dos goles en los cinco primeros minutos de la segunda mitad. Cierto es que los locales intensificaron el ritmo del partido, pero los goles no fueron resultado de ese fútbol frenético. Al menos no llegaron sólo por eso. No se puede considerar casualidad que ambos tantos nacieran en la banda derecha del ataque herculano, la que defendió un De la Bella que parece estar acusando no tener relevo en el primer equipo txuri urdin y haber jugado casi el cien por cien de los minutos de la temporada (y hasta ahora a un gran nivel). En el primer gol le cogen la espalda con mucha facilidad para meter un centro que Trezeguet introduce en la portería de Bravo. En el segundo, De la Bella falla al cubrir su banda, obliga a Mikel González a salir y cortar en falta un peligroso avance del rival. Esa falta acaba en gol directo de Drenthe. Dos errores puntuales acabaron con el gran trabajo de la primera mitad. El resto del partido supuso un regreso a los cauces de la primera parte, pero a la Real le pesaron el cansancio, la precipitación y, sobre todo, el mazazo anímico de ver cada minuto más cerca otra derrota, y además inmerecida, en su escenario más maldito. Sus ocasiones, tan numerosas o más que en la primera mitad, no fueron tan claras.

Lo cierto es que, resultado al margen, son muchos los aspectos positivos que deja el partido. Para quienes pensaban que las muchas intervenciones de Bravo eran un demérito de la defensa, hoy el chileno apenas ha tenido que actuar en el partido. Carlos Martínez sigue personalizando el generoso esfuerzo que esta Real derrocha en cada partido. Mikel González y Ansotegi secaron por completo a las estrellas ofensivas del Hércules. Diego Rivas cortó una impresionante cantidad de balones, e incluso, muy bien secundado por Elustondo, se permitió el lujo de sacarlo jugado y en largo (suyo es el envío a Griezmann que éste convierte en el corner que acaba en el gol realista). Xabi Prieto controla los tiempos de los partidos como nadie. Llorente, aunque sea en partidos como el de hoy en los que no goza de ninguna ocasión de gol, trabaja a destajo como el primer pilar de la presión que permite tantos robos de balón. Griezmann demostró un estado de gracia que, como dijo Lasarte en la rueda de prensa, le convertirá en el líder de la Real dentro de no demasiado tiempo. Incluso los cambios, metiendo a Xabi Prieto por dentro y a Sarpong en la banda, fueron buenos. Y la Real murió en campo ajeno, como demuestra que Tamudo, ya recuperado transformara, aunque en fuera de juego, la única ocasión que tuvo, ya con el partido agonizando en su descuento.

Y con tantas cosas buenas, ¿por qué demonios ha perdido la Real? Como decía, la principal expliación, si no queremos hacer caso a maldiciones (aunque dos en una semana, la de la Copa y la del Rico Pérez, son muchas maldiciones), está en dos fallos puntuales. Y la pena es que los fallos puntuales le cuesten tantos puntos a una Real que tampoco tiene suerte en los momentos decisivos. Si el larguero de Griezmann entra, igual hablamos de un paseo en la segunda mitad. Pero no entró. Igual si el primer gol del Hércules es en la primera mitad, un linier fino para pitar fueras de juego (el que anula el tanto a Tamudo en el minuto 93), invalida también el de Trezeguet (adelantado como podía estarlo Llorente hace una semana en su gol ante el Racing). Igual es porque le falta malicia en demasiadas acciones. O tener arbitrajes tan favorables como el que ha brindado Undiano Mallenco hoy al Hércules. Cuánto le cuesta a la Real lograr tarjetas en sus rivales (el colegiado se permitió el lujo de ignorar piscinazos en el área, manos, reiteración de faltas de un jugador herculano y sobre algún realista, zancadillas con mala leche o incluso, al borde del descanso, una alevosa agresión de Peña a Griezmann que le produjo una brecha en la ceja), y con cuánta facilidad se las muestan a los jugadores txuri urdin (¡la Real acabó con más amonestaciones que el Hércules!). A veces parece que se ríen de nosotros.

Lasarte dijo que, si hay que perder, prefiero hacerlo como lo ha hecho hoy la Real. Estoy totalmente de acuerdo con él. Hoy el equipo txuri urdin ha salido al Rico Pérez a jugar al fútbol, y por momentos lo ha hecho francamente bien. Pero el fútbol, como todos sabemos, no es un deporte en el que siempre gane el mejor. A la Real le faltan cosas, sí. Más puntería, más control del descontrol que a veces viven los partidos y pulir ciertos detalles. Pero es mejor equipo de lo que muchos creen. Quizá hasta de lo que los propios jugadores creen. A pesar de la derrota, la Real está en la novena posición de la tabla y se queda a tres puntos de la zona europea y seis por encima de la de descenso. Es una pena haber desperdiciado en parte un tramo de la Liga en el que las salidas eran asequibles y permitían soñar con haber arañado algún punto más que, sin haber llegado al primer tercio de competición, acercara ya a casi la mitad de los puntos necesarios para garantizar la permanencia. Ahora empieza un calendario mucho más exigente. Pero, ojo. Los mejores partidos de la Real han llegado contra los de arriba. Que nadie se olvide de que Villarreal y Espanyol, tercer y sexto clasificados, perdieron en Anoeta y que el todopoderoso Real Madrid sufrió lo indecible y ganó con un gol de fortuna. Sigo teniendo plena confianza en esta Real, que jugando así va a lograr muchos puntos fuera de casa que sumar a su fortín de Anoeta.

3 comentarios:

payo yanguas dijo...

Querido Juan, no estoy de acuerdo en valorar tan positivamente la actuación de Antoine.
El comienzo de la segunda parte fue una muestra de la ingenuidad de los blanquiazules.
Vamos a por todas con el At. Madrid, un partido que a mi me motiva especialmente.

cityground dijo...

Nos paso parecido al día del Almería en Copa, todo el buen trabajo de la 1ª mitad tirado por la borda por unos minutos donde perdimos la concentración y eso contra equipo como el Hercules con gente resolutiva como Trezeguet se paga caro.

Todos los equipos tienen su campo maldito y el nuestro de siempre es el Rico Perez de Alicante.

Tengo ganas de ver el partido contra el At. Madrid, espero que sigamos en la buena línea de los últimos partidos.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Payo Yanguas, la discrepancia siempre es bienvenida, ya lo sabes. Yo sí vi a Antoine muy, muy bien. Y creciendo. Y, sí, probablemente pecáramos de ingenuidad, pero me temo que ese es un problema que tardaremos años en resolver. Yo también estoy motivadísimo para este fin de semana, sin duda.

Cityground, sí, pero aquí fueron muchos menos minutos que contra el Almería, que a los andaluces les dimos casi una hora de partido regalada. Yo creo que se va a seguir la buena línea. En función de lo bien que cuidemos esos despistes, sumaremos más o menos puntos, pero al equipo lo veo muy bien.