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miércoles, noviembre 27, 2013

SHAKHTAR DONETSK 4 - REAL SOCIEDAD 0 We are not Champions League

Goleada y eliminada. Adiós a la Champions.
La aventura europea de la Real ha llegado a su fin de una forma triste y con una explicación muy evidente: el equipo txuri urdin jamás ha creído en sus posibilidades de hacer algo bonito. Nunca ha pensado que tenía nivel para jugar la Champions League. No ha jugado ninguno de los cinco partidos, incluso aquellos en los que mereció mucho más de lo que le dio el marcador final, pensando en que era mejor que el rival. O que, incluso siendo inferior, podía plantar cara. La Real se pasó dos años sin creer en sus posibilidades reales desde que regresó a la Primera División y pasado el entusiasmo de aquella primera vuelta inicial con Lasarte. Cuando creyó, ya con Montanier y año y medio después de su llegada, se salió de las tablas. Eso es lo que hay que lamentar. La fe mueve a la Real. Así ha escrito su gloriosa historia, con fe. Pero en esta competición la fe se acabó contra el Olympique. Y lo más triste es que con una actuación tan pobre como ésta, se han llevado por delante uno de los cánticos más bonitos que se han escuchado en los últimos meses. Porque así we are not Champions League. No lo somos y ya no lo seremos. Adiós a Europa. Y sin la cabeza alta.

Repasando los cinco encuentros de la Real en Champions, y el de hoy no ha sido ninguna excepción, no hay apenas un solo jugador que haya mostrado su verdadero nivel. Un Griezmann que encadena cinco jornadas consecutivas en Liga marcando y un Vela que es capaz de meter cuatro en un solo partido han pasado con más pena que gloria por los partidos europeos. Un central de enorme categoría como Iñigo Martínez ha demostrado un nivel pobrísimo, regalando dos goles clave en Old Trafford y hoy en el Donbass Arena. De la Bella, uno de los jugadores más en forma del primer tercio de la temporada, no sólo ha pasado desapercibido en este torneo, sino que a veces ha dejado auténticas autopistas en su banda. La eficacia goleadora de la Real ha muerto en la Champions, con un solo gol, y de rebote de un penalti, en los cinco primeros partidos. Pardo no ha mostrado nunca su enorme categoría. Ninguno de los jugadores que podía dar un paso al frente lo han dado, ni Chory, ni Cadamuro, ni Ros, ni Elustondo. No, en esta Champions no se ha disfrutado lo más mínimo. Porque disfrutar es competir y luchar por algo. Y no se ha hecho.

Sólo Bravo ha tenido grandes momentos europeos después de que Vela coronase con brillantes aquella maravillosa jugada en el descuento del partido de vuelta contra el Olympique de Lyon. A partir de ahí, absolutamente todo ha sido un quiero y no puedo. Porque la Real ha querido, esto tampoco se debe dudar. No ha sido un problema de actitud o de entrega. Ha sido un problema de fe y de confianza. De las dos cosas. Ambas han faltado en el campo, en las declaraciones previas, en la forma en que se ha encarado la competición. Se podía hablar de errores cuando la Liga era un reflejo de la mala marcha en Champions, incluso aunque justo entonces fue cuando más se mereció en Europa. Pero ahora no. Después del ejercicio de fe ante el Celta o la goleada al Osasuna no basta con eso. Y sí, se puede uno lamentar de los paupérrimos arbitrajes que ha sufrido en Champions, aunque hoy lo más grave sólo haya sido la actitud de Benquerença y que perdonara algunas tarjetas claras, incluyendo probablemente la segunda a Rakitskiy. O que la Real haya sumado más palos que goles en estos cinco partidos, algo inaudito. Pero el fallo clave es la ausencia de fe.

Porque este equipo, y para eso hace falta fe, no ha sabido aprovechar sus mejores momentos. Hoy en Ucrania arrancó así. Dominante. Con fuerza. Tocando la pelota con soltura y llevando el juego al borde del área del Shakhtar. Y eso se prolongó durante unos diez minutos y con el único bagaje de un disparo de Vela no demasiado peligroso para Pyatov. Pero ahí acabó todo. La enorme desidia de Cadamuro, incomprensible a este nivel y más teniendo en cuenta de que estaba jugando en el lateral derecho que normalmente ocupa en la selección argelina, llevó la tensión a la defensa realista. Algún despeje errado de Elustondo también. Pero paradójicamente a la Real no se le abrió la herida mortal por culpa de ninguno de los dos, por mucho que vayan a protagonizar muchos debates sobre la alineación que hoy presentó Arrasate. En el minuto 35 llegó el primer aviso serio del Shakhtar, con una falta que Srna estrelló en el larguero, y dos después Griezmann regaló un corner que ningún jugador de la Real defendió con la mínima tensión exigible. No hubo marcas. No hubo presión. Ni siquiera hubo carreras desesperadas al ver que el equipo ucraniano lo botaba en corno y con rapidez. Y Luiz Adriano hizo el gol.

Se suele decir que ese error es propio de juveniles, pero hoy no se puede usar esa expresión, porque los juveniles sí han dado la cara por la Real en su versión de la Champions y se han clasificado para los octavos en la misma jornada en la que sus mayores se han despedido de la competición. Ese gol, impropio de un equipo de primer nivel, sentenció a la Real. Porque esta Real de Champions no cree en las remontadas. El Shakhtar es indudablemente un buen equipo, como lo son los otros dos rivales de un grupo en el que cabía pensar tanto en esta posibilidad de acabar en la última plaza como haberlo hecho en la primera. Sobre el papel, el equipo txuri urdin no tiene menos potencial que sus rivales. Ni mucho menos. Pero no se ha atrevido a creer en su fuerza para plantar cara, apenas sí para sobrevivir en Anoeta ante el Manchester, para buscar el primer triunfo contra el Shakhtar en San Sebastián o para mostrar algo de orgullo en Alemania. Pero nunca bastó para ganar. Y el partido acabó con el 1-0. No había ninguna duda, a pesar de que fue justo después, y antes del descanso, cuando Iñigo Martínez tuvo la mejor ocasión para marcar, al rematar pegado al larguero un córner botado en corto que Cadamuro acabó poniendo dentro del área.

Dio la impresión de que Jagoba, habitualmente lento a la hora de hacer los cambios, iba a alterar su ritmo habitual para poner a Seferovic sobre el césped, pero nada más arrancar la segunda mitad llegó el 2-0, en otro clamoroso error de la defensa realista, esta vez de un Iñigo Martínez, que dio un insensato pase atrás de cabeza que impidió cualquier respuesta de Ansotegi o Bravo en la internada de Alex Teixeira. Como la actitud no fue el problema cuando aún quedaba un soplo de vida, fue después del 2-0 y con la eliminación ya como una certeza clarísima cuando el equipo txuri urdin hizo su mejor jugada. Un sensacional pase de Xabi Prieto por encima de la defensa lo dejó de pecho Vela para Griezmann enganchara un buen disparo que Pyatov alcanzó a desviar lo suficiente para que el balón se estrellara en el poste. No, tampoco ha llegado a tener suerte la Real en esta competición, porque siempre se ha estrellado con los palos cuando luchaba por meterse en los partidos. Como no entró esa jugada, todo acabó. Arrasate no vio la forma de insuflar vida a su equipo y los jugadores se desinflaron con enorme facilidad. Con más de media hora por delante, la única posibilidad de cambio era una goleada. Y se produjo.

Fueron cuatro y pudieron ser más si el Shakthar los hubiera necesitado, porque la Real se encontró con una doble muralla. En primer lugar, bajo los brazos. Y en segundo lugar, por las razones que sea, el estado físico de sus jugadores no fue el mejor para un encuentro de alto nivel. De ahí al final todo fueron malas noticias. En el minuto 68 cayó el tercero, un golazo de Douglas Costa con un poderoso zapatazo que se coló por la escuadra derecha de Bravo. En el 70 Pardo se marchó probablemente lesionado tras un choque de trenes en el que había dado la sensación de que el peor parado había sido el balón, pinchado por los tacos agresivos de un jugador del Shakhtar en una jugada en la que, por supuesto, tampoco se señaló falta. Vela y Griezmann se marcharon en el 74 sin que Europa, más allá del Olympique, sepa de su nivel. Dejaron su sitio a Seferovic y Agirretxe, que apenas tuvieron una tímida ocasión de gol cada uno. En el 87, Douglas Costa hizo el cuarto en una jugada defendida ya con la desidia propia de un equipo que se sabía derrotado. E incluso la Real acabó con diez porque un Chory Castro tocado se retiró con los tres cambios ya realizados.

La Real jugaba hoy en dos campos. El Manchester United le insufló vida porque cumplió con creces lo que se esperaba de él. Ganó 0-5 en Alemania, e incluso marcó el primero cuando el marcador del Donbass Arena registraba aún el 0-0 inicial. Pero como la Real no creyó jamás en su sueño, no desde que el Shakhtar anotó su primer gol en el ya lejanísimo primer partido de esta fase de grupos, el otro partido que jugaba el equipo realista, el suyo, sólo podía acabar en derrota. Y de esta forma, la Real cierra la que seguramente la historia acabará calificando como la más decepcionante, triste e insuficiente participación europea de toda su centenaria existencia. Porque pocas veces se habrá presentado la Real en Europa con tantas posibilidades de hacer algo tan bonito y se habrá marchado sin demostrar absolutamente nada. Quedan en el recuerdo esos días felices en los que la afición cantaba y probablemente seguirá cantando con orgullo aquello de "we are Champions League". La afición sí lo creyó, apoyó en masa en los viajes más apetecibles e incluso estuvo presente hoy en la gélida noche de Donetsk. Pero el equipo no creyó. Nunca. Y así es imposible. Dentro de dos semanas, el funeral al sueño europeo que así, de repente, se ha convertido en una pesadilla.

martes, noviembre 26, 2013

PREVIA Shakhtar Donetsk - Real Sociedad. ¿Cree la Real en una gesta europea?

Vela y Griezmann, ante el Manchester United en Anoeta.
La Real creyó el sábado en ganar un partido que perdía por 1-3 con poco más de media hora por jugar. ¿Cree ese mismo equipo todavía en el milagro europeo? Sólo tiene dos oportunidades de demostrarlo y la primera (miércoles, 20.45 horas, Donbass Arena, Canal + Liga de Campeones) es ineludible si se quieren tener opciones en la última jornada. Y sólo vale ganar. Después de haber sumado apenas un punto en las cuatro primeras jornadas, todas las opciones, tanto las de seguir en la Champions League como la de acceder a la Europa League, pasan irremediablemente por sumar los seis que quedan y que el Manchester United preste su ayuda para la gesta europea de la Real. Con bajas pero con ánimos renovados por la remontada lograda ante el Celta, el equipo de Jagoba Arrasate ya no tiene más oportunidades en Europa. Es ganar o ganar. Y es el día de que esta generación demuestre, aunque luego la diosa fortuna le dé la espalda, que quiere seguir creciendo.

Arrasate tomará sus decisiones sobre el terreno, ya que ha decidido llevarse veinte jugadores a Ucrania, incluyendo como es habitual en los partidos de Champions a tres porteros. Dos son los jugadores que se caen de la convocatoria contra el Celta, Zaldúa y Markel. El primero acabó agotado en su debut con el primer equipo pero con un espléndido sabor de boca y el segundo está sancionado para este encuentro. Las novedades, a la espera de conocer el descartado que se unirá al tercer portero en la grada, son cuatro: Royo, Elustondo, Cadamuro y Gaztañaga. El último podría ser el primer canterano en debutar esta temporada en competición europea (ya jugó en Liga los minutos finales del encuentro ante el Getafe), pero también ser el descartado, como ya le sucedió en Lyon en la previa. Carlos Martínez no ha superado las molestias que le impidieron jugar ante el Celta y se queda en casa, ocupando la enfermería junto a Granero, Ifrán y Estrada.

El once que saque Arrasate en el Donbass Arena depende de dos decisiones clave, las que apuntan al lateral derecho y al mediocentro defensivo. Bravo, Mikel González e Iñigo Martínez son seguros, y es más que probable que De la Bella estará en la izquierda. Ros jugó en el lateral derecho los minutos final del partido ante el Celta, pero Cadamuro parece tener más opciones. José Ángel a banda cambiada es otra opción. Por delante, la vuelta de Elustondo podría ser arriesgada tras su lesión pero en absoluto se puede descartar. Si no jugara, Gaztañaga o Pardo podrían ejercer de cuatro, aunque Arrasate ya ha mostrado en público sus dudas sobre colocar ahí al riojano en ese puesto, el que ocupa en la selección sub-21. Xabi Prieto y Zurutuza estarían por delante. Griezmann y Vela son seguros y puede ser que haya más opciones de ver a Agirretxe o Seferovic en punta que la repetición del esquema ante el Celta con Chory Castro por una banda y el francés y el mexicano alternándose en punta. Zubikarai y Ansotegi son los únicos suplentes claros

El punto que sumó en Anoeta ante el Manchester United no impidió que la Real siga ocupando la última posición del grupo A. Tiene a su rival, el Shakhtar, cuatro puntos por delante, mientras que el Bayer Leverkusen es segundo con siete y el Manchester es líder con ocho. En esta quinta jornada, pase lo que pase, sólo un equipo podrá certificar que estará en el sorteo para los octavos. Manchester y Bayer pasan ganando y no haciéndolo el Shakhtar. Si la Real no gana, se acabó su aventura europea. Si lo hace y el equipo inglés no gana en Alemania en el otro partido de la jornada, pierde todas las opciones de seguir adelante en la Champions. Para la Real no hay más cuentas que esa. En cambio, si le vale el premio de la Europa League, lo que en realidad conviene es lo contrario, que gane el Bayer, se clasifique por tanto para los octavos de la máxima competición y llegue de vacaciones a Anoeta. Eso convertiría el Manchester - Shakhtar de la última jornada en una final por la segunda plaza, que de acabar con el triunfo de los ingleses dejaría en manos de la Real la consecución de la tercera posición. Pero hay que ganar en Ucrania.

Este Shakhtar - Real Sociedad será un duelo de equipos en forma. El conjunto ucraniano es líder en su Liga con 38 puntos, aunque apenas le saca un punto al segundo clasificado, el Dnipro. Como local, no conoce la derrota: ocho victorias y un empate en los seis partidos, aunque en la Champions empató sus dos partidos en el Donbass, a uno con el United y a cero con el Leverkusen. En casa, el Shakhatar no ha perdido sus últimos 31 encuentros. La Real, con su goleada al Celta, se ha encaramado a los puestos europeos de la Liga, concretamente a la sexta plaza. Como visitante, suma dos derrotas en Champions y una victoria en los siete partidos ligueros disputados a domicilio (1-2 en Valencia). Nunca ha jugado la Real en este país en sus anteriores andaduras continentales, aunque sí ha visitado otras repúblicas ex soviéticas. En Bielorrusia empató a cero y cayó eliminada contra el Dinamo de Minsk en la Recopa de la temporada 1987-1988, mientras que en Rusia ganó 2-3 al Dinamo de Moscú en la UEFA de la 1998-1999. En Copa de Europa y Champions, la Real ha jugado X partidos como visitante, con dos victorias, un empate y seis derrotas.

miércoles, septiembre 18, 2013

REAL SOCIEDAD 0 - SHAKTAR DONETSK 2 Muy injusto

El penalti no pitado sobre Xabi Prieto. 
Una injusta derrota ha saludado a la Real en su regreso a la Champions. Como una bofetada seca y contundente. Sin tener en cuenta sus muchos méritos para adelantarse en el marcador, y para hacerlo con claridad. Menospreciando sus ocasiones de gol y regalando a su rival, un Shaktar con mucho oficio, una ventaja que no mereció y que llegó en el que fue prácticamente su primer acercamiento de peligro. Y con el añadido de un arbitraje que muchos califican de europeo por no atreverse a decir la verdad: malo y perjudicial en todo momento para el equipo de casa. Es verdad que a la Real le faltó temple para organizar su acometida para la remontada y que tras el ecuador de la segunda mitad perdió toda la fortaleza defensiva que caracteriza a este equipo, pero eso no invalida todo lo anterior. Y eso dictaba una clara superioridad txuri urdin en un duelo de mucho nivel y muy disputado. El 0-2 es un argumento para el resultadismo que tanto impera en el fútbol actual pero hoy, se mire como se mire, no ganó el mejor equipo en Anoeta.

El resultado pesará sobre las elecciones de Arrasate porque el fútbol actual está montado así, pero su once daba plenas garantías y quienes repitieron tras jugar ante el Levante no evidenciaron cansancio, incluso en sus peores momentos. Mantuvo la defensa que jugó en Valencia, colocó a Markel como pivote, a Pardo y Xabi Prieto para completar el centro del campo y al tridente previsto en ataque: Griezmann, Vela y Seferovic. Ninguno de estos tres viene de protagonizar sus mejores partidos en el cortoplacismo que marca con fuerza el análisis, pero teniendo en cuenta las circunstancias pocos dudarían antes de que el árbitro señalara el comienzo del encuentro que era lo mejor que podía elegir el técnico realista, tanto en ataque como en el resto del campo. Se olvida que no podían estar sobre el césped tres pilares del equipo, Carlos Martínez (cuyo relevo, Estrada, no es precisamente uno de los mejores jugadores de la plabtilla), Zurutuza y Agirretxe, que al menos debutó en el tramo final del choque, cuando las opciones de puntuar ya se habían comenzado a desvanecer.

La Real tenía delante un buen equipo, pero fue mejor, sobre todo en una primera parte en la que hizo todo lo necesario para marcar. La Champions es la Champions, pero incluso la Champions sigue siendo fútbol. El arranque de partido fue espléndido, con la concentración necesaria a este nivel, y antes de los cinco minutos de juego la Real ya había acumulado dos claras ocasiones de gol. Primero fue Griezmann con un potente disparo desde dentro del área que Pyatov mandó a córner. Y tras ese saque de esquina, el cabezazo de Xabi Prieto pudo también convertirse en el 1-0. Pardo se movía a gusto en el centro del campo y las ayudas de Griezmann, aunque muy puntuales, siempre estaban presentes en las mejores jugadas de ataque del equipo txuri urdin. Así llegó la segunda tanda de ocasiones. Un enorme pase en profundidad del francés estuvo a punto de convertirlo Vela en gol, pero un defensa llegó a tiempo de rozar la pelota y enviarla a córner. De nuevo en jugada de estrategia, muy bien ejecutada hoy, Xabi Prieto aprovechó una pantalla para disparar solo, aunque el balón se marchó por arriba. El árbitro, el rumano Hategan no vio un córner clarísimo en esa jugada.

Y hubo una tercera oleada de opciones de gol, más que suficiente para que llegara el merecido 1-0. Primero Pardo estuvo cerca de adelantar a la Real tras una pared dentro del área, pero le faltó instinto asesino como en otras ocasiones. Pocos instantes después, una falta bien botada por Griezmann rozó en la barrera y se fue de nuevo a córner. Esa falta, en todo caso, fue una de las claves del encuentro. Xabi Prieto fue derribado sobre la línea, lo que tendría que haber supuesto penalti, pero el colegiado rumano decidió sacar la infracción del área. Su decisión cambió radicalmente el curso del partido. La Real tendría que haber encontrado un penalti, lo que en los pies de Xabi Prieto o Vela es casi un seguro de gol, y eso habría premiado su muy buena primera mitad ante un equipo rocoso y con experiencia. El árbitro forma parte del juego y como tal tendría que ser analizable. Tenemos un problema si sólo aceptamos que se le evalúe a conveniencia o apenas en los partidos contra los grandes, si creemos que es de perdedores evaluarle o si dejamos que esté más allá del bien y del mal quien debe impartir justicia sobre el terreno de juego. Su decisión, y no fue la única aunque sí la más decisiva, condicionó el resultado y el devenir del partido.

Con ese mal sabor de boca para la Real se fueron los dos equipos al vestuario. El escenario cambio ligeramente en la segunda mitad. Si en la primera el Shaktar tuvo bastante balón pero no fue capaz de hacerlo llegar a la portería de Bravo en ningún momento, en la segunda el equipo ucraniano optó por replegar filas y buscar el gol en salidas rápidas. La Real se amoldó a la nueva situación, aunque su defensa empezó a sufrir algo más, sobre todo porque Markel estuvo muy intermitente y porque Estrada no es una garantía en la derecha. Algunos robos de Markel, no demasiados (los mismos que Pardo, que tiene otras funciones sobre el campo), fueron sensacionales pero en muchas jugadas quedó en evidencia que defendían cuatro. Pardo tuvo que hacer más kilómetros de los que le benefician y eso le fue restando protagonismo en el juego del equipo. Sin tantos espacios en ataque, y aunque tienen peligro porque son muy buenos, Prieto, Griezmann, Vela y Seferovic evidenciaron que no pasan por su mejor momento. El juego se convirtió en una partida de ajedrez en la que ninguno de los dos equipos quería arriesgar demasiado y ninguno de los dos entrenadores se atrevió a mover ficha.

Y aunque se pudiera tener la sensación de que el Shaktar había dado un paso adelante, Bravo no lo sintió y, además, la primera ocasión clara de gol fue para la Real. Un precioso pase largo dio a Seferovic su única ocasión del encuentro, pero Pyatov cerró bien los espacios y evitó de nuevo que la Real se pusiera por delante. En la jugada siguiente Taison marcó en un clarísimo fuera de juego, pero la jugada fue un aviso: el Shaktar tocaba muy suelto en las inmediaciones del área de Bravo. En todo caso, fue un mazazo que su primera llegada de peligro, su primer disparo entre los tres palos, se convirtiera en el 0-1. Puede que la línea defensiva no recibiera suficiente ayuda del centro del campo para cerrar huecos, puede que Mikel reaccionara algo tarde para intentar evitar el disparo de Teixeira, pero que el Shaktar se pusiera en ventaja en este partido era una injusticia deportiva. No por la ejecución del tanto, precisa y modélica, sino por los méritos contraídos por uno y otro equipo.

Era el minuto 65 y la Real reaccionó de una forma algo alocada. El partido se rompió. E incluso así pudo sacar algo positivo del partido, ya que supo arrinconar al Shaktar en su área durante bastantes minutos. Lo que no supo es parar los contragolpes del equipo ucraniano y por eso acabó encajando el 0-2 en el minuto 87. Pero es difícil negar que la Real también mereció el empate entre ambos goles visitantes. Primero Griezmann consiguió marcar al aprovechar un enorme pase de Pardo, pero estaba ligeramente adelante y el árbitro acertó anulando el tanto. Después, un centro chut de De la Bella estuvo a punto de tragárselo Pyatov y se estrelló en el larguero. Y luego Vela cabeceó un córner de nuevo al larguero. En el rechace el colegiado pudo pitar juego peligroso dentro del área, pero Iñigo Martínez exageró demasiado. Todo esto sucedió en apenas doce minutos. ¿Y el Shaktar? Apenas un disparo centrado que se convirtió en la única parada que tuvo que hacer Bravo en todo el partido.

Es igualmente cierto que la Real no dio esos pasos para tratar la igualada con inteligencia. Se olvidó de su centro del campo y Arrasate desde el banquillo tampoco supo encontrar soluciones. Sus cambios insistieron en un plan que con el 0-1 ya no podía seguir funcionando. Agirretxe suplió a Seferovic, pero no llegó a encontrar ninguna ocasión de gol, sorprendió que retirara a Griezmann (mucho más enchufado en el partido que Vela si lo que quería era retirar a uno de los de ataque) para dar entrada a Chory y retiró a un ya muy cansado Pardo para dar entrada a Granero. Era el minuto 82 y a partir de ahí sólo llegaron malas noticias. El árbitro cambió la expulsión de Luiz Adriano por una amarilla a Markel por pedirla para su rival, un choque dentro del área de Pyatov e Iñigo en busca del balón lo convirtió el árbitro en una falta que impidió luchar por anotar a puerta vacía, el Shaktar consiguió el 0-2 y, para colmo, Granero se lesionó de gravedad en la rodilla derecha.

El marcador final.
Lo que tendría que haber sido un día feliz para la Real devino en una pesadilla. Y todo llegó de forma bastante injusta. Por supuesto, las interpretaciones son libres y más en el deporte, pero hay poca justicia en que la Real pierda por 0-2 un partido en el que ha generado ocho ocasiones clarísimas de gol, ha estrellado dos balones en el larguero y ha provocado un penalti que ni el árbitro ni su asistente supieron señalar donde correspondía. Y lo ha hecho ante un rival de Champions. ¿El más flojo del grupo? Quizá, esa medida nos la dará dentro de quince días el Bayer Leverkusen, pero minimizar el nivel de los rivales no tiene mucho sentido. El Shaktar es un equipo que sabe lo que es jugar una final europea y que sabe jugar al fútbol. Hoy lo hizo peor que la Real durante 65 minutos sin ninguna duda, y algo tendrá que ver en eso la Real, pero en este deporte los merecimientos no suben al marcador. Lo hacen los goles. Los ucranianos marcaron dos y se llevaron los tres puntos. Era importante comenzar ganando, pero quien piense que esta liguilla está acabada se puede bajar del barco cuando quiera. Quedan cinco partidos, quince puntos y la Real, incluso con las bajas que merman su potencial, tiene capacidad para ganarlos todos y dar la vuelta a las críticas que, sin duda, escuchará tras su derrota.

lunes, septiembre 16, 2013

PREVIA Real Sociedad - Shaktar Donetsk. La importancia de empezar ganando en Europa

Vela celebra el 2-0 al Olympique en Anoeta.
Sin tiempo para digerir la manera en la que se consiguió el empate ante el Levante, la Real vuelve a la competición (martes, 20.45, Anoeta; Canal + Liga de Campeones). Y lo hace con el partido por el que tanto se luchó la temporada pasada y en la eliminatoria previa que enfrentó al equipo txuri urdin con el Olympique de Lyon, con la primera jornada de la fase de grupos de la Champions League. El rival con el que se abre esta ronda es el Shaktar Donetsk, campeón de la pasada edición de la Liga ucraniana pero que no está pasando por el mejor momento en su competición doméstica. Ganar el primer partido en Europa es importantísimo para que el objetivo de alcanzar los octavos de final no se complique desde el principio. Anoeta tiene que ser clave para que los realistas puedan sorprender a los gallitos de Europa. La Real se está mostrando apabullante en Europa y algo dubitativa en la Liga. ¿Qué versión del equipo de Jagoba Arrasate se verá ante el Shaktar?

La convocatoria del técnico realista para el partido deja movimientos más que interesantes, que complican todavía más anticipar sus planes para esta importante cita. Aunque al principio eran dos las novedades con respecto a su última lista, la del encuentro del sábado en Valencia, finalmente fueron. Entran, y además lo hacen por primera vez en la temporada, José Ángel y Agirretxe. Y los que se quedan fuera son Cadamuro y Elustondo. En el caso del central, parece que eso le coloca por detrás de Ansotegi, aunque habrá que esperar para saber si Arrasate rota entre sus suplentes. Y en el del centrocampista indica que el técnico tiene en mente más de los dos jugadores previstos para el puesto de cuatro, Elustondo y Markel. Javi Ros entró en la lista en sustitución de Zurutuza, lesionado de última hora. A los ausentes hay que sumar a los dos únicos jugadores que permanecen en la enfermería, Carlos Martínez y Diego Ifrán. Se esperaba que el lateral llegara para este partido, pero finalmente su recuperación se está demorando más de lo previsto.

Viene a ser difícil adelantar el once que presentará Arrasate, algo complicado además por no conocer si el bajo rendimiento ante el Levante pasará factura a algún jugador. Lo que sí es seguro es que Bravo estará bajo palos y Mikel González e Iñigo Martínez serán la pareja de centrales. En los laterales, podrían mantenerse De la Bella y Estrada, aunque tampoco parece descabellada la idea de que José Ángel juegue por la derecha, más aún teniendo en cuenta que Estrada no se ejercitó el domingo al mismo ritmo que sus compañeros por precaución. Markel tiene plaza segura en el centro del campo. A priori, Pardo y Granerose juegan un puesto, más aún si Xabi Prieto juega en el centro del campo. En ataque, todo parece indicar que se recuperará el 9 en el esquema, y lo normal es que Seferovic juegue de inicio, aunque tampoco se puede descartar que Agirretxe vuelva entrando al once. La lógica por su categoría indica que Vela y Griezmann completarían el once, pero su mala actuación en Valencia abre la puerta a Chory Castro. Zubikarai, Ansotegi y Ros se espera que sean suplentes.

La Real afronta este encuentro europeo tras la mala actuación en Valencia ante el Levante, pero habiendo perdido sólo uno de los seis partidos oficiales que ha disputado en lo que llevamos de temporada, de los cuales tres acabaron con triunfo txuri urdin. En Anoeta los registros de los de Arrasate son bastante interesantes: tres partidos, dos victorias y una derrota, con cuatro goles a favor y uno en contra. La Real suma dos victorias en los dos partidos europeos que ya acumula esta temporada, 0-2 y 2-0 ante el Olympique de Lyon. El Shaktar ha entrado directamente en esta fase como campeón de la Liga ucraniana la pasada temporada, algo que logró con trece puntos de ventaja en una competición de sólo 16 equipos. Pero en la presente no ha arrancado con tanta fuerza. Con nueve partidos jugados, ya ha perdido dos, uno más que en la 2012-2013, y es cuarto a cuatro puntos del líder. De hecho, ha sumado sólo uno de los últimos nueve puntos en juego. Anoeta presentará una espléndida entrada y sumará como jugador número 12 como en tantas otras ocasiones. El otro partido del grupo enfrenta a Manchester United y Bayer Leverkusen en Old Trafford.

No hay ningún precedente histórico entre Real Sociedad y Shaktar Donetsk. Es más, el equipo realista jamás ha visitado ha tenido un rival ucraniano en sus anteriores 58 partidos de competición europea. El único referente equiparable a este partido que se puede consultar es el debut del conjunto txuri urdin en la única fase de grupos de la Liga de Campeones que ha disputado, en la temporada 2003-2004. Como entonces, se enfrentaron en Anoeta los grupos que salieron de los bombos 3 y 4 del sorteo, entonces Olympiakos y Real Sociedad. Los pupilos de Raynald Denoueix arrancaron la competición con bastantes nervios, pero ganaron con toda justicia al conjunto griego. El gol no llegó hasta el cuarto de hora final, cuando Kovacevic forzó y transformó un penalti, con un colocado disparo hacia su derecha que despistó completamente al partido. En aquel debut en Champions, por cierto, la Real tuvo que vestir su segunda equipación, la negra. El último partido europeo en Anoeta es todavía un recuerdo muy fresco y sumamente alegre, el ya mencionado 2-0 ante el Olympique de Lyon, con dos tantos de Vela.