miércoles, junio 26, 2019

Una cantera de porteros que apenas pasa de Segunda B

Toño Ramírez, Sisniega, Royo, Mandalúniz y Bardají.
Con el fichaje ya confirmado de Remiro, y a la espera de ver si es Rulli o Moyá quien finalmente abandona la plantilla del primer equipo, la Real afronta una nueva temporada en la que no habrá un portero del Sanse como auténtico competidor del puesto que otrora era la envidia de todo el fútbol español. Lejos quedan aquellos años en los que arqueros formados en Zubieta ocupaban nada menos que cuatro porterías de Primera División al más alto nivel (Arconada, por supuesto, en la Real, Urruti en el Español, Artola en el Barcelona y Esnaola en el Betis), incluso aquellos en los que Alberto, el último canterano que puede haber presumido de una larga carrera con la camiseta txuri urdin, daba el relevo a Asier Riesgo. La realidad es que Zubieta ya no da porteros de nivel. No los ha dado desde que la Real volvió a Primera División en 2010.

Desde entonces, solo un guardameta del Sanse ha debutado en el primer equipo, Toño Ramírez, y su historia evidencia que las cosas no se están haciendo bien ni están dando los resultados esperados. Toño salió de la Real al finalizar la temporada 2011-2012, con Claudio Bravo y Eñaut Zubikarai (el último en debutar en Segunda) cerrándole el paso. Buscó su suerte en Segunda, en el Guadalajara, con el que disputó 16 partidos, y después en Segunda B, en la Cultural Leonesa, donde llegó a jugar en 17 ocasiones. Donde hizo y sigue haciendo carrera es en el AEK Larnaca chipriota, equipo con el que ha saltado al campo ya en 100 encuentros en sus dos etapas. La primera finalizó, precisamente, con su regreso a la Real, donde apenas apareció en siete partidos, todos ellos en la segunda de las dos temporadas en las que estuvo en su regreso a Donostia y con actuaciones no demasiado afortunadas.

Al margen de Toño, solo uno de los otros nueve guardametas que han tenido presencia en el Sanse ha fichado por un equipo de cierto nivel, y no precisamente en España. Se trata del mexicano Pablo Sisniega, que esta misma temporada dejó el Sanse con 38 partidos disputados para fichar por Los Ángeles FC, el mismo equipo en el que milita Carlos Vela, y donde ha jugado apenas dos encuentros. Más allá de eso, la Segunda División B española es el techo que los guardametas formados en Zubieta no han sido capaces de traspasar. De hecho, no muchos pueden presumir siquiera de tener una presencia destacada en sus equipos desde que salieron de la Real.

Enrique Royo, que estuvo en el Sanse hasta la temporada 2013-2014 y defendió su camiseta en 52 ocasiones, es quien más fortuna ha tenido en su carrera, siempre en 2ªB y siendo titular en sus equipos, Mallorca B, Guijuelo y Badajoz. En estas cinco temporadas ha jugado un total de 181 partidos, y en la temporada recién finalizada ocupó la portería del Badajoz en 37 encuentros. Javier Mandaluniz, que fue portero del filial realista hasta la temporada 2011-2012 y tiene 52 partidos en su trayectoria como realista, ha llevado su carrera a caballo entre Segunda B y Tercera, firmando contratos con hasta siete equipos diferentes. En Segunda B ha alcanzado los 131 partidos tras su etapa de txuri urdin. La última temporada ha militado en el Somorrostro, de Tercera, donde apenas ha jugado once partidos.

Tras Toño, que fue titular con el filial realista en 82 partidos, el portero que más veces ha estado en la portería del Sanse es Asier Bardají. Disputó 74 encuentros en Segunda B, ninguno con el primer equipo. Y no ha sido capaz de hacerse con otra portería después de salir de la Real. En las dos temporadas que siguieron a su marcha del club, que tuvo lugar al final de la 2016-2017, solo ha jugado siete partidos. Uno con el Huesca en Copa en la primera de esas campañas y seis más en el Fuenlabrada en la siguiente (dos, respectivamente, en Liga, en Copa y en la fase de ascenso que ha terminado con el equipo madrileño a Segunda División).

Una de las espinas clavadas con fuerza en el club dentro de este grupo de arqueros que no han dado el salto esperado es Tanis Marcellán. Con 16 años rechazó una oferta del Barcelona y apostó por la Real. Y después de dos cesiones a Berio y Peña Sport para tratar de darle experiencia, nunca llegó a debutar, ni siquiera fue convocado con el primer equipo txuri urdin. Salió del club al acabar la temporada 2016-2017 y no ha encontrado estabilidad. Ha militado en los filiales de Granada y Valladolid, en el Melilla y la pasada campaña en el Murcia, donde apenas ha estado en el césped en tres encuentros.

Jon Tena, realista hasta la campaña 2013-2014, ha tenido una presencia aceptable primero en el Real Unión y después en el Amorebieta. Ha jugado 70 partidos lejos de la Real, no llega a una media de quince por temporada, pero la pasada alcanzó 20 con el equipo vizcaíno. Gorka Giralt y Juanjo Garrancho, ambos con once partidos en el Sanse, tampoco han destacado. El primero sí ha tenido relativa suerte lejos de la Real, 24 partidos cedido en el Portugalete y otros 20 la pasada temporada en el filial del Oviedo. El segundo, ha jugado 16 partidos en su cesión al Gernika.

El siguiente en afrontar el reto de dar el salto al primer equipo es Andoni Zubiaurre, que lleva 52 partidos en el Sanse, 28 la pasada temporada. Con el fichaje de Remiro, no parece que lo vaya a tener fácil. La cantera de la Real no para de producir jugadores. Zubieta funciona. Pero en la portería no. Sus guardametas apenas pasan de Segunda B, ese es el nivel habitual que dan y en el que se han movido lejos del paraguas de la casa madre, y en un club con una portería tan mítica como la de la Real eso es algo que hay que remediar.

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