La Real celebra el gol de Vela, que dio los tres puntos. |
El equipo que dispuso Arrasate, con un centro del campo formado por Markel, Pardo y Canales estrenando titularidad, estaba pensado para mandar y la Real salió mandando. Pocas veces lo habrá hecho con más comodidad que en los primeros veinte minutos del encuentro de Málaga. Pardo se imponía deliciosamente en el campo con y sin balón, robando como ya es bastante habitual más balones que Markel, que siempre mejora sus números en las segundas partes y con los partidos más rotos (un balón cortado al descanso, seis en total). Canales se mostraba con mucho acierto en una parcela de campo muy amplia y la conexión con Vela era notable. El Málaga, en cambio, salió asustado, quién sabe si por lo que demostró la Real desde el primer minuto o porque su situación en la tabla clasificatoria ya empieza a apretar. Bravo fue un espectador de lujo en esos minutos, pero incluso la línea defensiva txuri urdin veía el partido con una placidez bastante inusual.
La Real buscó el primero a balón parado, y Seferovic mandó arriba un córner botado por Pardo a la frontal. Era el minuto 2. Para el 7, la Real ya había decidido que quería ganar el partido por la vía rápida. Una sensacional asistencia de Canales, casi de espaldas, dejó a Vela presto para encarar a Caballero, pero estorbado por la defensa conectó un disparo muy flojo que atrapó sin problemas el guardameta argentino. El gol no tardó más que tres minutos más en llegar y fue un jugadón extraordinario. Pardo lo inició con un sensacional cambio de juego que atrapó Griezmann en la banda izquierda. Tras controlar el balón, su pase por arriba a la carrera de José Ángel encontró el magnífico desmarque de Seferovic hacia dentro, llevándose a dos defensas, y la magnífica entrada de Vela desde el segundo palo para rematar así a placer. Lo dicho, un gol extraordinario, de esos que si marcan los intocables adalides del tiki-taka se ven una y otra vez en los informativos. Y Vela pudo ser aún más decisivo, pero por algún extraño motivo la patada que le dio en el minuto 39 Antunes ya en el suelo, después de ganarse la amarilla con la falta, se quedó sin sanción.
La superioridad de la Real alcanzó más o menos hasta el minuto 20. No es que el Málaga bordara el fútbol a partir de ese minuto, ni mucho menos, pero con un mejor posicionamiento en el campo y una presión algo más acertada consiguió que el equipo txuri urdin se olvidara del magnífico trato que le había dado al balón en el primer cuarto del partido. Pero la virtud realista en Málaga fue que cerró por completo los caminos al equipo local, que no fue capaz de disparar sobre la portería de Bravo hasta pasada la media hora. El autor del disparo fue Iakovenko, que acabó el partido con un turbante que le tuvieron que retocar tres veces tras un choque fortuito con Iñigo Martínez, y sorprendentemente sin la tarjeta amarilla que merecieron sus cinco faltas. Bravo estuvo seguro en esa acción y en todos los balones que le llegaron. En la primera parte el chileno sólo tuvo que intervenir en esa jugada y en otro disparo centrado de Darder, en el último minuto, que atrapó en dos tiempos.
En la segunda mitad, la Real renunció ya por completo a la pelota, abrazó el sufrimiento que ya se intuía en el tramo final del primer acto y se encomendó a la heroica para sacar los tres puntos de La Rosaleda. Por lo que hizo la Real, bien pudo ser así, pero lo cierto es que no hubo más épica porque el Málaga no fue capaz de generar demasiadas ocasiones de gol y la seguridad de Bravo bastó para conjurar el peligro que rondaba la portería txuri urdin. Eso y el partidazo de Ansotegi, un auténtico mariscal en el centro de la defensa, que cumple cada vez que juega, además de la mejoría de Zaldua, que sufrió mucho en la primera mitad pero que en la segunda no sólo se entonó sino que fue el más valiente al ataque. El arrojo del lateral canterano estuvo a punto de darle el premio del gol, en una contra que montó junto a Vela a los diez minutos de la reanudación. Poco después, Seferovic disparó desde la frontal pero Caballero atrapó sin problemas en dos tiempos.
Para cuando llegaron esos dos ataques consecutivos de la Real, ya había avisado el Málaga con un disparo cruzado de Amrabat que no cogió portería. Los locales trataron de intensificar su dominio con los cambios, y poco a poco lo fueron consiguiendo. En respuesta, Arrasate trató de apuntalar el centro del campo. Colocó sobre el césped a Zurutuza y Xabi Prieto por un Canales muy interesante pero de más a menos y un Seferovic que sigue protagonizando actuaciones ingratas (no sólo por su responsabilidad, aunque es obvio que Arrasate quería algo más de la presión que aporta el suizo). Los cambios no funcionaron porque el control del partido estuvo siempre lejos de los méritos de la Real. En todo momento dio la impresión de que Pardo tenía que trabajar por tres, y ese sobreesfuerzo es lo que le convirtió en el tercer cambio del técnico realista, que dio minutos a Elustondo.
Duda, que entró en el descanso, y Roque Santa Cruz, la última bala del sancionado Schuster, fueron quebraderos de cabeza constantes para la defensa realista, el primero a balón parado y el segundo en los balones largos. Estos dos jugadores gozaron de las más claras ocasiones para el equipo local, pero Bravo estuvo segurísimo, atajando primero con firmeza una falta lanzada por Duda que le botó justó delante y sacando con las manos abajo un disparo cruzado de Santa Cruz. Ya en el descuento, de nuevo Santa Cruz pudo nivelar el partido, pero Iñigo Martínez se lanzó al suelo como un jabato para interceptar su disparo desde la frontal del área y conjuró el peligro. El partido acabó cuando Xabi Prieto tiró de oficio para forzar la amarilla de Duda en un despeje.
La Real sacó de Málaga tres puntos valiosísimos, que tenían un valor añadido viendo cómo había transcurrido la jornada antes de que el partido de La Rosaleda supusiera su punto final en el infame horario de los lunes. No lo hizo jugando un buen partido, porque hubo demasiados jugadores desconectados, ausentes o por debajo de su nivel. Seferovic sigue sin aportar lo que se espera de él e incluso se lo llegó a recriminar Griezmann en una jugada, a Markel le pasó por encima el partido (especialmente la primera mitad, aunque en la segunda sí ayudó mucho colaborando con los centrales), José Ángel estuvo dubitativo, Zaldua tuvo que pelear demasiado para que no le hicieran peligro por su banda, Griezmann estuvo desacertado en las pocas ocasiones en que pudo conectar con el balón y Zurutuza, clave para el juego realista, no llegó a entrar en el partido. Pero todo el equipo sufrió, corrió y presionó como tiene que hacerlo en los partidos en los que el fútbol no aparece. Eso que no normalmente no es suficiente en este partido es lo que le permite a la Real sumar tres puntos más y llegar a los 40. A cuatro de la Champions y escalando.
3 comentarios:
Partido muy trabajado, aunque no es bueno dejarse llevar y encerrarse esperando una contra como hizo la Real, porque es jugártela. El Málaga no marcó pues por que por algo están donde están.Sufriendo sabe mejor la victoria.
En cuanto a Seferovic, no me convence este jugador. Hay que dejarlo ir tras esta temporada. Demasiado acelerado. No marca goles, que es para lo que está un delantero y lo más grave,creo que no crea buen ambiente en el grupo.
Antonio, nos la jugamos, cierto, y salió bien. Pero no por el 0-1 hay que dejar de analizarlo. Y en lo de Seferovic, es complicado. Es joven y puede explotar. Me resulta difícil pensar que un jugador que empezó tan bien no valga para nada. Ojalá sea una mala racha, aunque, eso sí, ya muy prolongada. Veremos...
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