martes, julio 09, 2013

Un calendario sin demasiadas trampas evidentes

Parece imposible hablar de otra tema que no sea la posibilidad de que Illarramendi deje la Real, pero parece necesario hacerlo también. Ya tenemos calendario de Liga y es inevitable que, aunque sea durante un minuto, atendamos a los designios de la fortuna. Y eso que el azar en esta ocasión iba algo condicionado, porque el club ya había solicitado jugar el primer partido como local (será contra el Getafe y presumiblemente el sábado 17 de agosto para preparar la previa de Champions) para que en la segunda jornada el Athletic juegue en Anoeta porque las obras de su nuevo campo estarán inacabadas. De esa circunstancia, por cierto, se podría comentar lo molesto que es que se venga dando por sentada desde hace tanto tiempo y que las confirmaciones oficiales por parte de los dos clubes, Real y Athletic, hayan brillado por su ausencia.

Las bolas de la Federación han querido ser benevolentes, porque el morbo podría haber deparado un derbi en Anoeta con los bilbaínos como locales y sus gradas teñidas de rojiblanco. Pero el derbi en Anoeta será el regalo de Reyes y el del nuevo San Mamés Barria el último partido de la temporada que se jugará en el nuevo estado bilbaíno. Dejar que la temporada acabe lánguidamente en el caso de que ya no haya objetivos por los que luchar no será una opción esta temporada. Cabe pensar que la Real, que ya se dio el gustazo de ganar el último derbi en San Mamés, a buen seguro tendrá que luchar para hacer lo propio en el primer choque en el nuevo estadio.

Siempre me ha gustado empezar en casa y, mucho más, terminar de la misma manera, aunque en el recuerdo está la victoria en Riazor que nos llevó a la cuarta plaza. Me gusta también que los enfrentamientos contra los dos grandes e intocables no condiciones el comienzo ni el final de la temporada (sexta y vigésimoquinta jornadas contra el Barcelona y decimotercera y  trigésimosegunda contra el Real Madrid), aunque en realidad, cosas del destino, no nos fue tan mal la pasada temporada abriendo el campeonato contra el conjunto culé y cerrando el camino en Anoeta contra el madridista. Y me gusta mucho que en la segunda vuelta la Real tenga un partido más como local que como visitante. Menos alegría me produce que haya dos veces en la que la Real tendrá que jugar dos jornadas consecutivas lejos de Anoeta, en las jornadas octava y novena contra Rayo y Valencia, y para cerrar la primera vuelta y abrir la segunda contra Villarreal y Getafe.

El tramo que se antoja más complicado es el que arranca en la tercera jornada y acaba en la novena. En ese periodo, la Real tendrá que recibir a un Atlético de Madrid que lleva tres victorias consecutivas en Anoeta, visitar al Levante (cinco partidos, cinco derrotas), recibir a un Málaga no europeo y gran incógnita de la Liga, visitar el Camp Nou (donde no se puntúa desde el empate a uno de a temporada 1994-1995), recibir al Sevilla y visitar consecutivamente Vallecas y Mestalla, aunque la pasada temporada estos tres últimos partidos se saldaron con victoria txuri urdin. Además, la complejidad de esa fase se agudiza teniendo en cuenta que se disputa durante los meses de septiembre y octubre, que es precisamente cuando el equipo de Jagoba Arrasate se jugará su futuro en la competición europea que dispute. Y en caso de que la participación, sea en Champions o en Europa League, sea exitosa, hay que recordar que estos partidos coincidirían en la segunda vuelta con el retorno de las competiciones continentales. Ojo a esa fase.

Será precisamente la visita al Camp Nou el primer partido de la Liga que tendrá que jugarse entre semana. Las otras dos jornadas que tendrá que jugar la Real en martes, miércoles o jueves serán las que le enfrenten al Valladolid, en las jornadas undécima y trigésima. Y puestos a buscar fechas especiales, es posible que este año la Real vuelva a jugar en Anoeta en la víspera de San Sebastián, puesto que el 19 de enero cae en domingo, el rival es el Getafe y las competiciones europeas no regresarán hasta un mes más tarde. Eso sí, será imposible que alcance el mismo encanto y trascendencia que aquella memorable e histórica noche ante el Barcelona en ese día de 2013. Más allá de jugar la penúltima jornada de Liga en San Mamés, y teniendo en cuenta que es imposible aventurar quién será rival y por qué objetivo a esas alturas, no parece haber demasiadas trampas evidentes en este sorteo para la Real. Queda poco más de un mes para el arranque de la Liga. Y ya hay ganas, porque así también se irán algunos de los debates que han amargado en parte la felicidad con la que concluyó la pasada temporada.

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