domingo, septiembre 02, 2012

MALLORCA 1 - REAL SOCIEDAD 0 La misma historia de siempre

Triste Real la que pasó por Mallorca y que cosechó una merecida derrota. Mucho más triste de lo que indica el marcador o de los análisis que se pueden sacar de un equipo en la tercera jornada de Liga, porque los síntomas que dio la escuadra txuxi urdin son continuación directa de los errores no solucionados que se arrastran desde la temporada pasada, la pretemporada y las dos primeras jornadas de Liga. Esta es la misma historia de siempre, la que sirve para arruinar la ilusión y perpetuar el desánimo, la que acaba con toda la capacidad futbolística que encierra este equipo y que su entrenador no es capaz de sacar. Y eso que optó por una alineación con mucho sentido común, pero con ideas completamente equivocadas, que no son las que necesita esta Real para sacar todo lo que lleva dentro. Y eso que el arranque fue bastante bueno, pero cual azucarillo el equipo acabó completamente diluido. 1-0 y a casa, sin nada que oponer a un equipo, el Mallorca, que sólo exhibió pelea y un buen gol de Víctor Casadesús, un jugador que pasó por la Real y no escuchó más que críticas.

Tras conocerse el descarte de Zurutuza, y ante el temor de que el entrenador lanzara el mensaje de que Pardo es el sexto centrocampista del equipo, llegó la buena noticia de la alineación. Por fin, Pardo e Illarramendi iban a jugar juntos de inicio. Una gran noticia, pero que es necesario matizar. El sueño de muchos aficionados realistas es que lo hagan junto a Zurutuza, es decir, con Illarra de 4. Y Montanier tiene una fijación a ese respecto, la de no colocarle en esa posición. La pasada temporada andaba por ese lugar un tal Mariga y las dos lesiones de Illarra le dieron cobertura para que Elustondo, discutido pero eficaz con Aranburu como escudero, se acomodara en esa posición. A falta de Elustondo, en Mallorca el puesto lo volvió a ocupar Markel, un jugador que no ha dado el salto de calidad que se podía esperar cuando era un habitual en las categorías inferiores de la selección española. Por delante, con un Griezmann dudoso en el banquillo, jugaron Xabi Prieto, Vela y, noticia, Agirretxe, que seguía en el once después de ser goleador. Los mimbres, quitando el detalle del centro del campo, eran buenos y la Real salió dominante al césped del Iberostar.

La clave de ese centro del campo soñado es que tiene presión arriba, tiene calidad con el balón y tiene salida desde atrás. Con Markel, ese equilibrio se pierde porque la tercera características no existe. Además, Markel tiene la tendencia de irse hacia atrás, abriendo un hueco demasiado grande con sus compañeros de línea. O ellos lo ven a tiempo o el rival tiene auténticos océanos en el centro. Como la Real salió presionante y rondaba el área rival, dio la impresión de que este podía ser el partido que marcara la diferencia con respecto a la Real visitante del año pasado, de que los problemas en la medular quedaban solucionados con la inclusión de Pardo e Illara. Pero no, nada más lejos de la realidad. Los dos canteranos dejaron más detalles que una actuación sólida e inquebrantable y la gasolina le duró a la Real poco más de diez minutos. Sólo dio para generar una ocasión de gol clara en las botas de Agirretxe, que mandó arriba y en postura forzada una falta botada por Pardo. Tras rondar el área en un par de jugadas más, con Illarramendi mandando más o menos bien en esa zona, se acabó lo bueno para el conjunto de Montanier.

En la primera parte hubo dos fases más que siguieron a ese dominio txuri urdin inicial. La primera estuvo igualada porque el partido se rompió en el centro del campo. En ella, la Real nunca conseguía superioridad en ataque porque una de sus armas esenciales, la subida de los laterales, estaba cercenada desde el vestuario, y sufría en las contras porque el repliegue de los hombres ofensivos era inadecuado o inexistente. Markel tampoco acertó en el posicionamiento, lo que obligaba a un esfuerzo mayor de sus compañeros de línea. Tras continuas demostraciones de que esta Real no tiene absolutamente nada trabajada la estrategia, ni en ataque (¿por qué esa persistente manía de que dos jugadores acudan a sacar un córner que será botado en largo?) ni en defensa (¿cómo es posible que nos rematen siempre en córners y faltas?), el Mallorca pasó a dominar los últimos minutos y tuvo la ocasión más clara precisamente desde la esquina. Afortunadamente, el cabezazo de Conceiçao fue al cuerpo de Bravo y el chileno pudo atrapar el balón en dos tiempos.

Al descanso, 0-0. Quizá justo, aunque a los puntos ya mandaba el Mallorca sin haber tenido que hacer nada del otro jueves. La primera parte fue muy aburrida porque estaban sobre el campo dos equipos que no gustan de tener el balón. A los equipos de Caparrós se les admite su gusto por un fútbol más director, pero hay un mito muy extendido sobre la Real, que procede sin duda del desconocimiento, y es que gusta de un fútbol de toque. Los que vemos sus partidos todos los fines de semana sabemos que es una creencia falsa, que donde juega verdaderamente cómoda la Real de Montanier es con espacios y en jugadas que se construyan en dos toques. Rapidez sí, paciencia no. El Mallorca de Caparrós, no obstante, supo adaptarse mejor a la situación del partido por una sola circunstancia: corazón. Le pone corazón a los partidos. Se enfunda el mono de trabajo y saca petróleo de donde no hay nada. Caparrós, con ser un entrenador que no me entusiasma por su amplio dominio del fútbol subterráneo (el Mallorca dobló en faltas a la Real sin poner en peligro la expulsión de ninguno de sus jugadores), entiende mucho mejor las situaciones en las que Montanier sigue perdido y supeditado al acierto individual de sus jugadores.

Ese acierto no llegó, en buena medida porque tampoco se buscó demasiado. Esa es la responsabilidad que tienen los jugadores en esta segunda derrota de la temporada. Vela ha entrado en esta temporada como lo hizo en la pasada, muy desacertado y fallón, eligiendo mal (se perdió una buena ocasión de gol por su lentitud) y con poco físico. Y da miedo pensar que Xabi Prieto está en una situación parecida, aunque el capitán txuri urdin estuvo muy presente en todas las jugadas de ataque ante el Celta y lo de hoy puedo no ser más que un mal partido. A Pardo, que dejó detalles muy interesantes en la primera mitad, se le desaprovechó una vez más (lo que, probablemente, será una buena coartada para no volver a verle en el once en un tiempo largo; veremos...) y sólo Illarra trató de encontrar su sitio. Y Agirretxe. Debió marcar la primera ocasión que tuvo, pero luego fue el único que pensó en la posibilidad del 0-1. En la segunda parte lo intentó desde lejos sin suerte y ante la ausencia absoluta de apoyos se jugó un tiro muy complicado desde la banda izquierda. No se le puede pedir mucho más.

El Mallorca ya tenía el dominio del partido, pero apenas generaba peligro. Eso sí, rondaba el área de Bravo y asustaba a balón parado. En esas llegó el primer cambio de Montanier. No podía ser de otra manera, fue en el minuto 70. El francés va cumpliendo con sus minutos alternativamente y hoy le tocaba lo del minuto de los relevos. La apatía o el desacierto de muchos jugadores realistas en Mallorca demandaban una reacción mucho más temprana que con el francés nunca se produce. Montanier no lee los partidos con acierto y suele llegar tarde casi siempre. Hoy no del todo, porque hizo su cambio del minuto 70 con 0-0 en el marcador, pero con una clara disyuntiva que sirve para juzgarle. Griezmann iba a entrar y la duda era quién saldría del campo. La opción ofensiva hubiera sido recuperarle para la posición en la que destrozó al Celta siete días atrás, quitando a Markel Bergara, que además tenía tarjeta, y colocando de 4 a Illarra. De esa forma, la Real habría atacado con Griezmann, Vela, Xabi Prieto y Agirretxe, guardando la bala de Ifrán en la recámara. Pero Montanier volvió a mandar otro mensaje decepcionante y el sustituido fue Vela. Es decir, nada cambió. Más de lo mismo. Ninguna reacción. Hombre por hombre y a ver si la actuación individual de Griezmann nos salvaba de la derrota.

Apenas cinco minutos después del primer cambio txuri urdin, y a quince del final, llegó el gol del Mallorca. Sin necesidad de haber creado docenas de ocasiones de gol, hay que reconocer que se veía venir. Víctor remató espléndidamente con la cabeza un centro de Javi Márquez (y lo celebró quitándose la camiseta; no veo polémica alguna, en los seis meses que pasó en la Real recibió más palos que cariño y no creo que tenga nada que corresponder o por lo que pedir perdón). Cuando llegó el 1-0, justo castigo a los miedos de la Real, Montanier tenía preparado a José Ángel en la banda. Me quedo con las ganas de saber quién sería el sustituido y cómo pretendía gestionar Montanier esos veinte minutos finales con 0-0 en el marcador, pero los precedentes apuntan a que sacaría del campo a Agirretxe, para colocar a Griezmann como falso delantero y al propio José Ángel, de nuevo, de extremo. Fichar al añorado lateral izquierdo para esto. A renglón seguido, la primera internada de De la Bella en el campo rival en todo el partido generó una clara ocasión de gol, de las poquitas de las que gozó la Real, demostrando que ahí estamos disminuyendo el valor del equipo. Estrada no subió ni una vez. Quizá por eso Carlos Martínez tampoco tiene sitio ya en la Real de Montanier.

Jugando ya a la desesperada, pero sin ningún plan claro, Montanier introdujo en el campo a Ifrán y, ahora sí, a José Ángel, marchándose Pardo e Illarramendi. Me es imposible descifrar cómo se posicionó la Real sobre el campo en los últimos minutos, pero en el caos, ese que no es tan perjudicial para este equipo precisamente porque no tiene planes que romper, llegaron tres opciones de empatar el partido. La primera la mandó fuera Griezmann, la segunda fue una falta directa que Ifrán colocó no demasiado lejos de la escuadra de Aouate, y la tercera fue un disparo muy lejano de Xabi Prieto que buscó la colocación tras una salida del portero mallorquinista y ni siquiera acertó con la portería. Y así concluyó una nueva derrota de la Real como visitante, la segunda de la temporada, continuando con la triste sensación que dio el equipo a domicilio la temporada pasada. Si uno de los objetivos era mejorar lejos de Anoeta, llegamos al parón liguero con muchísimo trabajo que hacer. Y como ya tenemos el precedente de la pasada temporada, las esperanzas de mejora han recibido hoy un severo hachazo.

Montanier no ha tenido la culpa de la derrota de hoy. Pero hagamos un ejercicio de ficción deportiva. ¿Habría perdido hoy la Real este partido si Caparrós fuera su entrenador? Mi respuesta es que no e insisto en que no soy fan del entrenador del Mallorca. Pero da rabia que un equipo como el txuri urdin, que tiene recursos y posibilidades a espuertas, no sea capaz de oponer algo más a una victoria sencilla de un equipo local que apenas genera ocasiones en su propio campo. A la Real le falta corazón, le falta entusiasmo, le falta garra. Y puede que de eso tengan la culpa los jugadores (aunque eso también se contagia, leed lo que dicen los jugadores del Atlético de Madrid de Simeone). Pero le falta un plan, le falta trabajo, le falta táctica y estrategia. Eso lo pone el entrenador y en la Real no se ve por ningún lado en cuanto que las cosas van un poco torcidas. A favor de corriente cualquiera gana partidos. Cuando las cosas se complican, hay que hacer algo más. La Real duerme en la decimotercera posición con los tres puntos que ganó el Celta y acabará la jornada mucho más cerca del descenso que de las posiciones punteras de la clasificación. Pero a tiro de la cabeza siempre que se gane en Anoeta para olvidar esta derrota. ¿Os suena? Es la misma historia de siempre.

2 comentarios:

Campanilla dijo...

Lamentablemente, de lo poco que llevamos de liga, solo he podido ver jugar a la real la segunda parte contra el Mallorca y la verdad es que no me convencen nada de nada, tienen muchisimo que mejorar.
Y si tal y como dice Bravo (que no lo pongo en duda) «Tenemos equipo para estar entre los ocho primeros», creo que hay que demostrarlo en el campo y con lo visto en Mallorca veo al equipo más entre los 8 últimos que entre los primeros. Ojalá que no tarden mucho.
El "amigo" Montanier la verdad es que ya me esta cansando bastante, espero que no tengamos que arrepentirnos (aunque yo ya empiezo a estarlo) de tenerlo hasta final de temporada.
Hablando de Monty el año pasado se empeño en poner a un tal Mariga de titular partido si y partido también y esta temporada parece que esta haciendo lo mismo con Markel.

Buuf cuantas cosas hay que mejorar para que esto funcione.

Gora Erreala

Saludos

Juan Rodríguez Millán dijo...

Campanilla, pues yo habiéndolo visto todo pienso lo mismo, hay mucho que mejorar. Tenemos la capacidad pero no veo a Montanier sacando rendimiento de su plantilla. Estamos muy de acuerdo...