En cualquier caso, no deja de ser curioso que la visita del Real Madrid a Anoeta se vaya a producir en la primera jornada de Liga. Si hay que jugar contra los grandes, siempre es mejor hacerlo pronto, antes de que su maquinaria esté engrasada y con sus estrellas con poco rodaje por las competiciones internacionales. Esa es la primera buena noticia para la Real, pero no la única. Para continuar, el equipo realista volverá a disfrutar de un inicio de Liga asequible. Sería bueno que se hubiera sacado lecciones de su nefasto arranque de la pasada campaña y, esta vez sí, aprovechara que en las seis jornadas que seguirán a su duelo contra el conjunto madridista, sólo jugará contra un rival clasificado para competiciones europeas, el Villarreal, en El Madrigal y en la cuarta jornada. E incluso ahí hay un punto positivo: el Villarreal llegará a ese encuentro después de debutar en la Champions League si supera las eliminatorias previas, o incluso de disputar el primer encuentro de la Europa League si cae rebotado a esta otra competición.
Más buenas noticias, porque así en realidad hay que entenderlo viendo los precedentes de los últimos tiempos: todos los derbis, incluyendo el de Osasuna, se agolpan en las nueve primeras jornadas, con lo que se elimina el miedo a que, una vez más, otros equipos vascos hagan sangre con la necesidad realista, y además aumentan la motivación para ese siempre complicado tramo inicial. Y si Anoeta ha de ser un fortín, el orden de los partidos ha de ser un fuerte apoyo para que así sea. En la primera vuelta, cuando hay que apuntalar esa condición, los partidos serán los de exigencia: Real Madrid, Atlético o Barcelona pasarán por el estadio de Amara antes del ecuador. Y en la segunda vuelta, que es cuando realmente está todo en disputa, sólo dos equipos europeos visitarán el feudo realista y lo harán, además, en el primer tercio del calendario. El Villarreal pasará por San Sebastián en la jornada 23ª y el Athletic lo hará en la 27ª. Tras ellos, cinco partidos de rivales que la pasada temporada no llegaron más que a mitad de la tabla e incluso uno de los tres ascendidos, el Leganés.
Y un aspecto positivo más que tampoco hay que desdeñar. La Real no jugará en toda la temporada dos partidos consecutivos en casa y tampoco jugará dos jornadas seguidas fuera. Ni una ni otra característica del calendario ha venido jugando a favor de los realistas en los últimos tiempos, con lo que hay que considerar como una aparente ventaja que el conjunto txuri urdin vaya a alternar siempre y sin excepción partidos como local y como visitante.
Eso sí, el tramo final esconde una dificultad muy alta en los partidos que jugará la Real como visitante. Los cinco últimos desplazamientos son de categoría: Atlético, Barcelona, Valencia, Sevilla y Celta serán los rivales ante los que cerrará la Liga a domicilio. Ese es el principal revés que ha dejado el sorteo, aunque por ejemplo contra el Barça se jugará entre los dos partidos de los cuartos de final de la Champions League, lo que siempre ayuda a que las rotaciones afecten al equipo que vaya a presentar el conjunto de Luis Enrique para medirse al de Eusebio. Más complicado es que al Sevilla le afecte el virus europeo, ya que la visita realista al Sánchez Pizjuán será entre los dos partidos de semifinales de la máxima competición continental.
Y sí, evidentemente hay que jugar contra todos. Pero, a priori, jugar como lo va a hacer la Real tiene más ventajas que inconvenientes. Ahora toca que, al contrario que sucedió la pasada campaña, los chicos de Eusebio sí entiendan las circunstancias del calendario y saquen todo el partido de sus bondades.
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