viernes, mayo 25, 2007

Injustas suspicacias

Estamos viviendo estos días en una polémica desde mi punto de vista un tanto absurda y, sobre todo, interesada, levantando suspicacias injustas. La prensa de Bilbao y de Valencia teme que Osasuna se deje ganar el partido contra la Real. Entran en juego dos factores muy distintos. La afición de Osasuna parece que quiere la victoria realista, y está en su derecho de animar a quien quiera (parece que algunos nos quieren hasta el derecho de animar a quien queramos). Por otro lado, los jugadores osasunistas van a salir a ganar porque son profesionales. Y que a nadie se le olvide que no están matemáticamente salvados, aunque casi nadie piensa en que con 40 puntos se pueda bajar este año.

Se está faltando al respeto a Osasuna con tanto comentario, que llega también de personas que no se juegan nada en este partido. Sorprende leer a Albelda, jugador hoy del Valencia, decir "ya sabemos cómo son los equipos vascos". A mí no se me ocurriría acusarle de que se haya dejado perder en Bilbao, por ejemplo, y es un resultado que perjudicaba a la Real. Y si ahora Osasuna gana el partido ante la Real, ¿qué pasa? ¿Quién va a pedirle perdón por todas las chorradas que se están publicando? ¿Y porque no va a ganar la Real, si Osasuna no ha ganado ningún partido en su campo en todo 2007?

Porque se habla mucho de esa complicidad entre los equipos vascos, pero hay ejemplos abundantes de que no hay tanta complicidad. A la Real se le ha cantado "A Segunda, a Segunda" en los años más complicados que hemos tenido en campos como Mendizorroza o San Mamés. Y Osasuna, sin ir más lejos, el año pasado nos metió en puestos de descenso a ocho jornadas del final con un aplastante 2-0 que supuso el despido de nuestro entonces entrenador, Gonzalo Arconada. Antes de aquel partido también se habló de estas mismas suspicacias y no hubo después disculpas ni restificaciones.

El partido al que se agarran todos estos lumbreras del fútbol es el Alavés-Real Sociedad de la temporada 98-99. Era la última jornada, la Real no tenía opciones de nada y el Alavés necesitaba ganar. Todo el mundo recuerda que De Pedro hizo un gesto a la grada pidiendo perdón cuando marcó el 2-1. Pero pensad bien en esa acción. Pide perdón por marcar un gol, no por meterse un gol en propia puerta para que gane el Alavés o por dejar al equipo vitoriano que jugara tranquilo. Metió un gol. Curiosa forma de dejarse perder. Kühbauer y Sa Pinto tuvieron ocasiones clarísimas de marcar el 2-2. Y a quien ahora lanza comentarios interesados sobre aquel partido se le olvida que el Alavés marcó dos goles ilegales, el primero Salinas con la mano y el segundo Magno con falta a Olabe. El portero realista, que se retiró aquel día del fútbol, protestó airadamente ambos goles. Cuirosa forma de dejarse perder.

Otra cosa es que la afición de la Real aquel día quisiera que el Alavés se quedara en Primera, que lo quería, como parece que ahora la del Osasuna quiere que la Real no baje. Los medios de comunicación, ni siquiera los nacionales (que los provinciales uno entiende, por desgracia, que se juegan mucho con la permanencia de sus equipos en Primera), no están respetando ni a Osasuna ni a la Real. Y respeto es lo mínimo que se debe tener. Si pasa algo raro el domingo, ya se denunciará. Pero se está condenando a dos equipos por un partido que todavía no se ha jugado. Y se está haciendo con informaciones sin rigor alguno.

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