martes, mayo 27, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-2025 (2) Un atraco para reforzar la herida europea

La Real y Europa viven un continuo desencuentro, que duele más precisamente por lo habituados que nos ha dejado Imanol en su etapa en el equipo a viajar por el Viejo Continente. No será esta temporada 2024-25 una que recordemos con una sonrisa en la cara por lo que ha hecho el conjunto txuri urdin en la remozada Europa League. Al contrario, queda como una oportunidad perdida más y como el recordatorio más doloroso de que la Real está lejos de tener la influencia que le gustaría tener. El resumen más crudo habla de una clasificación para dieciseisavos de final con más penurias de las esperadas, de una eliminatoria superada (sin ser previa) por primera vez desde 1988 y por primera vez en la era Imanol y de una eliminación, se mire por donde se mire, provocada por un árbitro prevaricador que cedió al poder del Manchester United en lugar de juzgar con ecuanimidad lo que sucedió en Old Trafford.

Quien más, quien menos esperaba que la Real luchara por clasificarse en la fase de grupos como uno de los ocho primeros equipos y así esquivar la eliminatoria de dieciseisavos, y lo cierto es que el equipo de Imanol nunca estuvo cerca de lograrlo y estar cómodo en el desarrollo de este tramo de la Europa League. Es cierto también, y así hay que decirlo, que hay un punto de inflexión claro: el partido en Anoeta ante el Anderlecht. La Real perdió ese segundo partido de la liguilla, el primero en casa, después de lograr un buen empate en Niza, y perdió por la influencia, justificable o no, de la acción de los ultras del equipo belga. Pablo Marín marcó su primer gol con el primer equipo al poco de arrancar el partido, pero antes del descanso el Anderlecht remontó. Eso sucedió mientras la desbocada afición visitante destrozaba la zona habilitado para ellos y lanzaba objetos sobre el anillo inferior de Anoeta con un árbitro al que no le dio la gana detener el juego, a pesar de los requerimientos de unos jugadores realistas que estuvieron en esos minutos más pendientes de la grada que del terreno de juego.

Si la Real hubiera sumado aquel día los tres puntos que se llevó al Anderlecht, habría logrado al final de esta fase un total de 16 puntos, suficientes no solo para estar entre los cuatro primeros, sino incluso para empatar en la quinta posición con el Eintracht alemán. Tras ganar fuera al Maccabi Tel Aviv, en el partido del destierro israelí y sufrir una muy injusta derrota ante el Viktoria Plzen, un resultado que solo se puede interpretar como un accidente, el equipo vivió el mejor momento de la temporada con dos victorias consecutivas en Anoeta, 2-0 ante el Ajax y 3-0 ante el Dinamo de Kiev. En ese punto, a y pesar de las dos derrotas, el equipo de Imanol seguía en disposición de pelar por los ocho primeros puestos, pero el sueño de quitarle dos partidos al recargado calendario murió en Roma.

La Real vivió una media hora infernal en el Olímpico romano, encajando tres goles, que pudieron ser más, y con una expulsión por doble amarilla de Aihen que, siendo aceptable con el reglamento en la mano, resulta inverosímil por su nula aplicación, no ya con los famosos arbitrajes europeos, sino en general en el fútbol actual. El partido le sirvió a la Real para practicar ejercicios de supervivencia ante equipos en superioridad, cierto es que ante una Roma que levantó el pie, y al menos esa parte del partido acabó con un esperanzador 0-1. En el último partido de la fase de grupos, la Real ganó bien al Paok y se garantizó una decimotercera posición envenenada para el sorteo. Si bien su rival en dieciseisavos fue el Midtjylland danés, en octavos solo cabían dos posibilidades, las dos de equipos de la Premier, Manchester United y Totenham, casualidades del fútbol los dos equipos que se clasificaron para la final del torneo, en otra muestra más de que los sorteos europeos tampoco han sido del todo benévolos nunca con la Real.

La eliminatoria con el Midtylland se cerró con un 7-3 global para la Real, una victoria en tierras danesas por 1-2, mucho más corta de los merecimientos de uno y otro equipo, y el partido en Anoeta con un 5-2 que se convirtió en el primer partido europeo jugado en casa en el que el equipo txuri urdin marcaba cinco goles, lo cual lo manda directamente a los libros de historia, pero a la vez muestra de la fragilidad de un conjunto que, con 2-0 a favor en el minuto 18, llegó al descanso con un empate en el marcador que abría un escenario de incertidumbre en la eliminatoria que no se zanjó hasta que en el minuto 69 el equipo danés se quedó con un jugador menos y en el 73 Oyarzabal marcó de penalti el que entonces era el 4-2 del partido. En la quinta participación continental, siempre superando las fases de grupos con cierta brillantez además, Imanol lograba por fin superar una eliminatoria, una en la que en todo caso la Real era clara favorita.

Ese sorteo endiablado al que conducía esta eliminatoria devino en el único resultado posible: un nuevo enfrentamiento contra el Manchester United. La Real no lo encaró con optimismo y, sin embargo, estuvo más que viva hasta el minuto 170 del duelo a doble partido. Lo que el equipo txuri urdin sufrió en Old Trafford fue uno de los mayores escándalos arbitrales de la historia de la Europa League, no sería incluso descabellado hablar del más grande, porque fue el colegiado el que desniveló una eliminatoria que fue bastante pareja. Fue superior durante muchos minutos en Old Trafford en Anoeta, se adelantó en el minuto 57 por medio de Zirkzee y por momentos se temió que, como en la anterior eliminatoria que vivieron ambos equipos en la segunda competición continental, esta quedara sentenciada en el primer partido. Pera la Real tuvo un gol de suerte, VAR mediante, y Kruzliak señaló una mano dentro del área inglesa en un córner, mano que muy poca gente había advertido. Oyarzabal no falló y la Real, con ese 1-1, tuvo incluso ocasiones de darle la vuelta al marcador y viajar a Old Trafford con ventaja.

La consiguió a los diez minutos del partido de vuelta, también de penalti... y también impulsado por el VAR. Benoit Bastien había pitado falta en un ataque en un clamoroso penalti sobre Oyarzabal, y desde la sala del videoarbitraje le corrigieron. En la primera ocasión que pudo, en el minuto 16, pitó un penaltito a Zubeldia, y Bruno Fernandes devolvió la igualada al marcador. El partido se mantuvo tenso hasta que el árbitro lo decidió. Si el primer penalti fue muy, muy discutible, el segundo fue denunciable, una infracción de Aritz que nunca se produjo. Y si la Real tenía esperanzas después del segundo gol de Bruno Fernandes, Bastien expulsó a Aramburu por una jugada en el centro del campo en el minuto 63. El United no conseguía cerrar la eliminatoria y el árbitro quiso darles una oportunidad más, maquinando otro penalti inverosímil. Tanto, que el propio jugador del United acabó diciéndole a Bastien que no había infracción de Traoré. En el 87 Fernandes hizo el tercero y en el 90 Dalot el cuarto, convirtiendo en goleada una noche vergonzosa para el fútbol.

El Manchester United solo perdió un partido en esta Europa League, la final. Seguro que el aficionado txuri urdin lo celebró. Para la Real ya nada importaba, pero para la justicia del fútbol es importante que no haya triunfadores tan manchados como lo estaba el United en esta competición. Al equipo txuri urdin le queda el pírrico consuelo de haber pasado una eliminatoria más allá de la fase de grupos, pírrico porque su rival no era de entidad, y haberse sentido un poco más cerca de competir en grandes momentos, pero el sabor de la desilusión y el dolor de la herida europea siguen muy presentes.

No hay comentarios: