jueves, junio 19, 2025

Corazón Txuri Urdin, el podcast. Bingen Erdozia, el hombre que no pudo ser Griezmann

Es sobradamente conocida la historia de Antonio Griezmann y cómo llegó a hacerse un hueco en el equipo con el que Martín Lasarte devolvió a la Real Sociedad a Primera División en la temporada 2009-10, pero el nombre del jugador que iba a ir convocado antes que el francés a aquel amistoso que cambio su carrera es algo más desconocido. Se trata de Bingen Erdozia, un futbolista al que aquella lesión privó de la posibilidad de jugar con el primer equipo, aunque fuera en un amistoso y que jamás llegó a debutar con los mayores antes de tener que dejar el club.

La historia de Erdozia centra el episodio de esta semana de Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad, que podéis escuchar en este enlace.

Como cada semana, os recordamos que el podcast se puede escuchar también en Spotify, en este enlace. Y el segundo recordatorio habitual, si tenéis cualquier sugerencia para este podcast, estaremos encantados de escucharla.

jueves, junio 12, 2025

Corazón Txuri Urdin, el podcast. La Real, el primer máximo goleador de la Liga

Es poco conocido que en la primera Liga que se disputó, la correspondiente a la temporada 1928-29, fue la Real Sociedad el equipo que más goles marcó. No solo tuvo al jugador que más veces perforó la portería rival, Paco Bienzobas, sino que fue el que más tantos celebró, también en su propio campo, Atotxa, que fue con diferencia el recinto que más veces cantó gol de cualquiera de los dos equipos que formaron parte de aquel campeonato original.

Todas las cifras y lo que significaron centran el episodio de esta semana de Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad, que podéis escuchar en este enlace.

Una vez más os lo decimos, recordad que el podcast se puede escuchar también en Spotify, en este enlace. Y también os recordamos que estamos abiertos a sugerencias.

jueves, junio 05, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-25 (y 9) Detalles

· Fuera de Europa, cinco años después

Hay que remontarse a la temporada 2018-19, cuando la Real fue novena, para ver al último equipo txuri urdin que no se clasificó para una competición europea, algo que siempre ha hecho desde 1987 a través de su posición liguera. La Real llevaba 30 años sin ocupar la undécima posición final que ha alcanzado en la temporada recién finalizada, algo que hizo por última vez en la temporada 1994-95, repitiendo el puesto que había ocupado también en la anterior, la 1993-94.

· Solo siete jornadas en posiciones europeas

A diferencia de lo que ha sucedido en años anteriores, en los que la Real de Imanol nos acostumbró a estar en posiciones de privilegio durante casi toda la temporada, en la 2024-25 solo ocupó puesto europeo, uno de los ocho primeros, en siete jornadas. Se colocó en esa octava posición por primera vez en la decimosexta jornada, con su victoria por 0-3 en el campo del Leganés, y se mantuvo ahí hasta la 22ª, cuando perdió 2-1 en El Sadar ante Osasuna. Su mejor puesto, séptimo, lo ocupó en dos jornadas consecutivas, la 19ª con la victoria por 1-0 ante el Villarreal y la 20ª a pesar de la derrota en Mestalla ante el Valencia por 1-0. Después de esa racha solo volvió a colocarse entre los ocho primeros en el 30º encuentro, el triunfo por 1-3 ante Las Palmas.

· Sin goles en la mitad de los partidos de Liga

El dato más escalofriante de esta Real es que cerró la Liga sin marcar un solo gol en la mitad de los encuentros, en 19. Solo hay una temporada en la que sumó más encuentros sin ver la portería contraria, un total de 20, y fue la fatídica 2006-07, en la que bajó a Segunda División. El equipo txuri urdin solo anotó 35 goles en Liga, menos de uno por partido de media, y solo el Getafe (34) y el Valladolid (26) celebraron menos tantos. La paradoja está en que la Real marcó al menos un gol en sus doce partidos europeos para un total de 22 (1,8 por partido de media) y en la Copa solo dejó de anotar en el único partido que perdió en esa competición, el 0-1 del Real Madrid en la ida de las semifinales. En el resto de partidos, 17 goles, una media de 2,4 por partido que se reduce a un muy buen registro de 2,2 si tenemos en cuanta solo las eliminatorias ante equipos de Primera División. Si esa hubiera sido la media en la Liga, para trazar una comparación, la Real habría llegado a unos impensables 85 goles.

· Dos semifinales de Copa seguidas casi 40 años después

La Real no llegaba a la semifinal de la Copa del Rey en dos temporadas consecutivas desde que lo hizo en las temporadas 1986-87 y 1987-88. En estas dos últimas campañas se ha tenido que conformar con esa ronda, hace un año eliminado por el Mallorca en los penaltis y en esta campaña por el Real Madrid en la prórroga, mientras que en los años 80 acabó llegando a las dos finales, ganando la primera en los penaltis al Atlético de Madrid tras el 2-2 registrado en los 120 minutos de juego y cayendo derrotado en la segunda por 1-0 ante el Barcelona. La Real no perdía dos semifinales coperas seguidas desde comienzos de los años 80. En la temporada 1981-82 caía ante el Real Madrid por penaltis y en la 1982-83 ante el Barcelona.

· Primera eliminatoria europea superada más allá de la fase de grupos

Se repite como un mantra que la Real llevaba sin superar una eliminatoria europea desde 1998, desde que superara al Dinamo de Moscú en los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA de la campaña 1998-99 (2-3 en tierras soviéticas y 3-0 en Anoeta), y no es cierto. El matiz está en el momento de las eliminatorias. La Real superó en la ronda previa de la Champions 2013-14 al Olympique de Lyon (por un doble 2-0) y al Aberdeen en la de la Europa League de la temporada 2014-15 (2-0 y 2-3). Más allá de la fase de grupos no había conseguido superar a ningún equipo europeo en un duelo a doble partido hasta que superó al Midtjylland en el play of de dieciseisavos de final de esta recién finalizada Europa League, con un 1-2 como visitante y un 5-2 en casa.

· Primera vez que el campo de la Real ve cinco goles europeos

Aunque se le haya restado valor por el flojo nivel que demostró el Midtjylland, el partido de vuelta de aquella eliminatoria trajo un registro histórico: nunca antes había marcado la Real cinco goles en un partido de competición europea disputado en su campo, ni en Atotxa ni en Anoeta. Brais, Sucic en dos ocasiones, Oyarzabal de penalti y Oskarsson firmaron este hito. El partido en el que la Real marcó más goles en Europa fue fuera de casa, el 0-6 en el campo del Vardar que logró el equipo en la Europa League de la temporada 2017-18 con cuatro goles de Willian José.

·El once tipo

Según los minutos que han estado en el terreno de juego, el once tipo de esta temporada lo formarían Remiro en la portería; Zubeldia y Aguerd de centrales; Jon Aramburu y Javi López como laterales; Zubimendi, Brais Méndez y Sucic en el centro del campo; y Sergio Gómez, Kubo y Oyarzabal como atacantes. Ellos son, de hecho, los once jugadores que más minutos acumular en todo el curso. Este once, curiosamente, no se ha visto de inicio en ningún partido de la presente temporada.

· 57 partidos, nunca ha jugado más la Real

La Real ha jugado un total de 57 partidos oficiales en esta campaña, desde que abrió la temporada en Anoeta ante el Rayo Vallecano el 18 de agosto de 2024 y la cerró en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid el 24 de mayo de 2025. Nunca había jugado tantos en una misma temporada. Se desglosan en 38 de Liga, 12 de Europa League y siete de Copa del Rey. Si la Real hubiera avanzado hasta el final en estas dos competiciones habría podido sumar seis más. Cuando eliminó a Osasuna en los cuartos de final de la Copa ya se garantizó este récord, superando los 54 partidos que había sumado en dos ocasiones, en la temporada 1982-83, en la que a los partidos de Liga sumó la Supercopa y una Copa de Europa en la que llegó a las semifinales, y en la 1986-87, en la que además del infame play of liguero alcanzó la final de la Copa del Rey.

· Los dos récords de Oyarzabal

Mikel Oyarzabal ha establecido dos récords esta temporada. El primero ha sido el de convertirse en el jugador realista que más partidos ha jugado con la camiseta de la Real en una misma temporada, un total de 53, igualando a dos leyendas como Luis Arconada y Roberto López Ufarte, que lograron ese hito en la campaña 1982-83. El segundo, su mejor marca goleadora en el primer equipo. Entre todas las competiciones hizo 18 goles, superando los 15 que hizo en la temporada 2021-22. Sobra decir que ha sido el máximo goleador del equipo en total y en todas las competiciones, con 9 en Liga, 5 en Europa League y cuatro en la Copa, aunque aquí comparte la primera posición del ránking con Barrenetxea.

· 17 goleadores distintos

Tras la marca de Oyarzabal, los goles se han repartido de la siguiente manera: Barrenetxea y Brais Méndez hicieron ocho; Kubo y Oskarsson, siete; cinco sumó Sergio Gómez; tres celebraron tanto Sucic como Becker; Olasagasti, Marín, Zubimendi y Mariezkurrena lograron dos; y en uno se quedaron Aramburu, Pacheco, Magunazelaia, Zakharyan y Goti. Quitando a los porteros, de la primera plantilla se quedaron sin marcar un total de diez jugadores: Javi López, Turrientes, Aihen, Aritz, Zubeldia, Aguerd, Odriozola, Sadiq, Traoré y González de Zárate. Y puestos a destacar curiosidades, es asombroso que la línea defensiva solo aportara dos goles en toda la temporada.

· Oyarzabal, también el máximo asistente

El capitán no solo ha sido el máximo goleador de la temporada, sino también el mejor asistente. Suyos fueron ocho pases de gol en todo el curso, por encima de los siete que dio Sergio Gómez, los seis de Barrenetxea y los cinco de Brais. Si tenemos en cuanta solo los partidos de Liga, Sergio sí es el mejor asistente del equipo con cinco pases de gol. En la Europa League, la primera posición se la queda Brais, con tres. Y en la Copa sí ocupa el lugar de privilegio Oyarzabal, con cuatro.

· Remiro, el jugador con más minutos

Aunque Oyarzabal estuvo en más partidos, también Take Kubo, que sumó 52, el jugador que más minutos ha estado sobre el césped en partido oficial ha sido Alex Remiro una temporada más. El guardameta fue titular en 49 partidos y los jugó íntegros, un total de 4.440 minutos. Remiro no se ha perdido ningún partido por lesión o sanción, todos aquellos en los que se sentó en el banquillo fueron por decisión de Imanol. Si hubiera sumado los 750 minutos en los que la portería txuri urdin la ocupó Marrero, habría llegado a una descomunal cifra de 5.190 minutos.

· 34 jugadores utilizados

Imanol llegó a alinear a lo largo de la temporada a 34 jugadores distintos. Solo Remiro superó los 4.000 minutos, y hubo seis futbolistas que disputaron más de 3.000: Zubimendi (3.955), Kubo (3.491), Oyarzabal (3.447), Zubeldia (3.400), Aramburu (3.352) y Sergio Gómez (3.301). De la primera plantilla, los que menos jugaron fueron Zakharyan (78), Magunazelaia (191), González de Zárate (303), Odriozola (418) y Sadiq (482), de los cuales solo el ruso y el jugador recuperado desde el Real Madrid estuvieron en la disciplina txuri urdin toda la temporada.

· Cuarto equipo con menos tiempo efectivo de juego

Que el juego de la Real no ha sido fluido este año está claro y una de las razones o una de las consecuencias es esta: el equipo txuri urdin ha sido el cuarto que menos tiempo efectivo de fútbol ha registrado en los partidos de la Liga 2024-25. con 53 minutos y 44 segundos de medio, un 55 por ciento del total a disputar. Por debajo del equipo txuri urdin solo se han situado el Rayo Vallecano (52:37), Alavés (50:30) y Getafe (49:36). En el otro extremo de la clasificación está en el Real Madrid, en cuyos partidos se jugaron más de seis minutos por encima de los que protagonizaron los realistas, una media de 59:40.

· Kubo, el jugador que más faltas sufrió en Liga

Desde hace tiempo parece evidente que hay barra libre para derribar a Take Kubo y los datos refrendan esa sensación. El japonés ha sido el jugador que más faltas ha sufrido en las 38 jornadas de Liga, un total de 73. Por detrás de él se sitúan el Vinicius (70), Yangel Herrera y Uche (68) y Aimar Oroz (64). Y la sensación es la de que no le han pitado todas las faltas que le han hecho y, sobre todo, que no han recibido el castigo debido en forma de amonestaciones que pudieran frenar esta estrategia que encontró su punto climático en el derbi contra el Athletic en Anoeta, cuando los jugadores rojiblancos le hicieron nada menos que siete faltas. 

· La Real ganó al campeón en Anoeta tras ocho temporadas sin hacerlo

El Barcelona, campeón de Liga, cayó en Anoeta por 1-0, con un solitario gol de Sheraldo Becker. En aquel momento, en la decimotercera jornada de Liga, solo era una muy importante victoria ante el líder de la competición, pero al llegar al conjunto blaugrana hasta el título ese partido ha cobrado una mayor relevancia histórica para la Real. Después de ocho temporadas sin hacerlo, el conjunto txuri urdin ha batido en su estadio al equipo que acabaría llevándose el título, algo que no hacía desde la temporada 2015-16. ¿El rival de aquella temporada? El Barcelona. ¿El resultado? También un 1-0, aunque aquel día el gol lo hiciera de cabeza un jovencísimo Mikel Oyarzabal tras un sensacional pase de Xabi Prieto.

· Seis potrillos debutantes

Esta temporada han sido seis los potrillos que han disputado sus primeros minutos en el primer equipo, y casi todos ellos debutaron en el mismo partido, el primero de la Copa de este curso, ante el Jove Español. Así sucedió con Arkaitz Mariezkurrena, que al final ha sido el que más recorrido ha tenido con doce partidos, Jon Balda, Luken Beitia, Iñaki Rupérez y Mikel Goti. El único potrillo que no debutó aquel día y sí lo hizo más adelante fue Dani Díaz, que jugó los minutos finales en Liga contra el Valladolid. Cinco potrillos más se colaron en alguna convocatoria del primer equipo, pero no llegaron a debutar. Estos fueron los porteros Aitor Fraga y Egoitz Arana, Alex Marchal, Mikel Rodríguez y Ekain Orobengoa.

· Apenas un punto en los derbis

Pocas veces habrá tenido la Real un bagaje tan pobre en los derbis disputados en una misma temporada. Si exceptuamos la victoria ante Osasuna en la Copa, la Real no ha ganado ninguno de los que ha disputado. Seis duelos tuvo en la Liga, contra el Athletic, el propio Osasuna y el Alavés, y solo pudo rascar un empate en el último de ellos, en la visita de los rojiblancos a Anoeta de la 34ª jornada. Empate a cero, como no podía ser de otra manera. En San Mamés, la derrota fue por 1-0; en El Sadar, por 2-1; y en Mendizorroza por 1.0. Osasuna ganó 0-2 en Anoeta y el Alavés lo hizo por 1-2.

· Seis expulsiones

La Real ha sufrido un total de seis expulsiones y todas ellas tuvieron como consecuencia la derrota del equipo. Cinco fueron rojas directas. Oyarzabal fue expulsado ante el Alavés en la tercera jornada de Liga; Zubeldia en la 24ª jornada, en el partido del Benito Villamarín; el mismo en el que fue expulsado Becker; y Aritz en la visita al Barcelona de la 26ª. En la Europa League fueron dos las expulsiones, la de Aihen Muñoz ante la Lazio fue la única del curso por doble amarilla y la de Aramburu fue en Old Trafford. La única de estas expulsiones que se puede considerar justa y clara fue la de Becker en Sevilla. El resto, parte de la nefasta historia arbitral de este curso.

miércoles, junio 04, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-25 (8) Baja media de espectadores en Anoeta

Tenía que llegar el año en el que la asistencia a Anoeta se resintiera y que se abrieran debates que, por necesarios que puedan parecer y sean efectivamente, amenazan con resquebrajar esa famosa unidad a la que Martín Lasarte hizo alusión cuando todos éramos felices en el regreso a Primera División de 2010. La cuestión es que tendríamos que aprender a entrar en estas cuestiones sin necesidad de causar heridas. Repartir carnets de realista en función de opiniones y comportamientos no es solamente algo inútil, sino además innecesario. El objetivo, evidente, es llenar Anoeta y desde el principio hay que tener claro que no hay una fórmula perfecta que vaya a contentar a todo el mundo. Cuando la asistencia supera habitualmente los 33.000 o 35.000 espectadores, no tiene sentido abrir este melón, pero cuando se baja de los 30.000, situándose con demasiada frecuencia en números que podría haber asumido el viejo estadio sin su reforma, es cuanto toca hablar y, sobre todo, pensar.

Los dos partidos de mayor afluencia de público a Anoeta fueron las dos visitas del Real Madrid. En el tercer partido como local de la Liga, se reunieron en el estadio donostiarra 37.370 espectadores. Y en la visita del equipo blanco en las semifinales de la Copa fueron 37.373. En el otro lado, las asistencias más bajas fueron los 22.533 espectadores que vieron al Leganés y los 20.855 que se acercaron a Anoeta para presenciar el encuentro frente al Villarreal. A nadie le sorprenderá si decimos que estos dos partidos se jugaron a las 21.00 horas, el del equipo madrileño un domingo y el del castellonense un lunes. La Real ha jugado nada menos que la mitad de sus partidos ligueros en Anoeta a las 21.00 horas, nueve de 18, y solo uno de ellos fue en sábado, la mencionada visita del Real Madrid. A eso hay que sumar otro a las 21.30 en miércoles, cuatro de los seis de Europa League a las 21.00, todos ellos en jueves, y el de las 21.30 horas del Real Madrid en la Copa.

Ha sido precisamente la Copa el torneo que ha dejado la mejor media de espectadores en el estadio donostiarra. A los tres partidos que acogió, las rondas a partido único de octavos y cuartos y el partido de ida de las semifinales, acudió una media de 33.282 espectadores. La media en Liga se quedó en los 29.867 espectadores, mientras que en la Europa League se quedó en 29.369. La media total de asistentes a Anoeta durante la temporada 2024-25 es de 30.839 espectadores. Casi diez mil butacas vacías por partido y no pocos encuentros en los que el estadio daba incluso la sensación de estar menos ocupado de lo que indican las cifras oficiales de asistencia. Con esos datos en la mano, se abren muchos debates que parece necesario abordar si se quiere recuperar el ambiente que tenía Anoeta en los primeros cursos tras la reforma.

El primero de esos debates, en todo caso, tiene trampa y conviene zanjarlo de raíz. ¿Necesitaba la Real un estadio de 40.000 personas con la media de espectadores que reúne en una temporada. en el que en la Liga no se consiguen los resultados deseados? Sí, sin ninguna duda. La ausencia de espectadores en muchos partidos tiene una de sus causas en el desánimo, desde luego, pero no parece la principal. Los horarios han sido uno de los mayores quebraderos de cabeza. De la temporada y no es fácil llenar el estadio cuando se juegan tantos partidos a las 21.00 horas entre semana o en domingo. La Real tiene una importante masa social en la provincia y la vida no está pensada para facilitar sacrificios futboleros. La Liga ha sido muy poco empática con la Real y eso, hay que decirlo, ha afectado también a su rendimiento, que se resiente en un fútbol en el que los estadios llenos también suman. El horizonte no parece demasiado halagüeño, y hay que esperar que los viernes y los lunes sean días habituales para una Real fuera de Europa. La Real, en todo caso, necesita este Anoeta de 40.000 espectadores porque tiene masa social para rondar el lleno de manera continua.

El segundo debate, el más importante, está claro. ¿Qué hay que hacer para llenar Anoeta? Los horarios ayudarían, también la mejora de las condiciones de llegada a Anoeta, que es algo que no depende de la Real pero donde parece imprescindible que haya presión sobre los organismos público. ¿Y qué hacemos con los socios que no usan su abono en cada partido? Partamos de los datos. La última cifra oficial de socios, aportada por el propio Jokin Aperribay, es de 37.936. Cuando la dio, también explicó que hay 6.000 personas en lista de espera. Si vemos la asistencia media, hay 7.000 socios de media que no han empleado su carnet en la temporada recién finalizada. No se trata de entrar en las razones personales de cada uno ni de señalar a nadie por su comportamiento, pero parece lógico pensar que el club está en la obligación de hacer algo para que esos 7.000 carnets respondan a la demanda actual, aunque sea de manera puntual.

Las grandes noches se venden solas, las visitas del Real Madrid o el Manchester United siempre llevan aparejados grandes datos de asistencia, pero el reto es hacer que ver cualquier partido de la Real sea lo suficientemente atractivo como para que el socio acuda, ceda su tarjeta de manera personal o bien a través de los canales que pueda habilitar el club. Si Anoeta tiene que ser un fortín, lo tiene que parecer también, pero para eso hace falta la colaboración de todos y la mayor presencia de público posible. Eso, esta temporada recién finalizada, no se ha producido.

martes, junio 03, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA (7) Qué difícil es arbitrar

Uno de esos tópicos que cansan hasta la saciedad es aquel de qué difícil es arbitrar. Cualquier profesión es difícil, mucho más si no se domina o si no hay unas normas claras que aplicar. Da igual en qué profesión estéis pensando, todo es difícil si se hace mal o si no se sabe hacer. Y sí, se arbitra mal porque el fútbol es el único deporte que presume de sus desigualdades, dicen algo así como que es la salsa del fútbol. Pero es que el fútbol es también el único deporte que no es capaz de explicar esas jugadas y el único en el que un mismo reglamento sirve para justificar una decisión y la contraria en situaciones prácticamente idénticas. Qué difícil es arbitrar, sí, lo cuando cuando se hace de manera honesta y justa y el error, esto sí, se entiende como parte del juego, pero qué fácil podría ser en muchas situaciones con autocrítica y colaboración con quienes, por mucho que a veces parezca que les molesta, son los auténticos protagonistas del juego.

La temporada de la Real quedó marcada para siempre con una triste noche, la del 13 de marzo. Aquel día, Old Trafford vivió el que parece uno de los mayores escándalos arbitrales de la historia de la Europa League... sin que pasara absolutamente nada. El francés Benoît Bastien tuvo que decidir sobre cuatro jugadas de penalti y una expulsión. Se equivocó en todas y en todas decidió a favor del Manchester United. Otros sabrán mucho más de estadística, pero es algo que parece improbable que sucede si se está aplicando justicia correctamente. Una semana después de aquello, Bastien estaba arbitrando el partido entre Bulgaria e Irlanda de la Liga de Naciones, torneo organizado por la misma UEFA que le envió a arbitrar el Manchester United - Real Sociedad. Será que, como dicen por ahí, el equipo txuri urdin no tiene repercusión mundial.

Aquel día sirvió para certificar que lo del arbitraje europeo no existe, es una leyenda que se aplica solo a algunos que visten otras camisetas, como también quedó claro cuando el arbitraje del belga Lawrence Visser decidió desnivelar al Lazio - Real Sociedad expulsando a Aihen antes de la media hora de juego con dos faltas que a esos otros equipos que todos tenemos en mente jamás se las sacarían. ¿Eran justas con el reglamento en la mano? Igual sí, aunque ahora sea francamente difícil saber qué es cada cosa según un manoseado reglamento que ya no aclara nada, pero el problema está en el agravio comparativo. Y ahí los arbitrajes europeos conectan con los españoles, que son expertos en esa injusta aplicación de las normas, algo que han convertido en un arte que incluso retuerce las voluntades de los propios aficionados de los equipos que en realidad han sido perjudicados.

Un ejemplo claro. O, mejor dicho, dos. Las expulsiones de Zubeldia en el Benito Villamarín y de Aritz en Montjuic contra Betis y Barcelona respectivamente fueron muy parecidas, aunque el propio Imanol quiso diferenciarlas. Dos faltas en el centro del campo cometidas por un supuesto último defensor a cuarenta metros de la portería de Remito. Ambas fueron sancionadas con roja directa. Ni VAR, ni nada. Si se buscan hay muchas jugadas idénticas juzgadas con distinto rasero, pero el culmen de este disparate fue ver en un Barcelona - Real Madrid, cómo no, una falta de un último defensor, no a cuarenta metros de la portería sino en el mismo borde del área, que se castigó con tarjeta amarilla. Por mucho que quieran negarlo, no se pita igual a equipos de distinta camiseta o con distintos objetivos en la Liga, y eso, se mire como se mire, se llama adulterar la competición.

Podemos pensar en otras muchas jugadas que han rozado el absurdo. La roja a Oyarzabal en una jugada que en vivo fue sancionada con falta del Alavés y que no deja de ser un incidente de juego sin maldad ni intención ahora por lo visto hay que asumirla como algo no solo normal, sino incluso lógico. La mano que, VAR mediante, no se quiso pitar en el área del Celta en su visita a Anoeta, siendo además el partido que sentencia de una manera evidente las opciones de la Real de pelear hasta el final por la Europa League, cuando una igual de accidente se entiende como un penalti clarísimo en su ya intrascendente visita al Bernabéu de la última jornada. O el famoso penalti residual, como lo llaman ahora, que Martínez Munuera pitó a Aramburu sobre Vinicius, cuando tantos otros han dejado de señalarse a favor de la Real. Han sido tantas las situaciones absurdas e injustas que sería imposible recopilarlas todas, y lo que a veces resulta agotador es que, sin análisis, la única vía que parece quedar para alzar la voz sea la ironía en las redes sociales oficiales del club.

Con todo, podemos seguir mirando a situaciones de lo más llamativo. Juntar dos datos como que Kubo ha sido el jugador que más faltas ha recibido con el hecho de que la Real ha sido un equipo que no ha jugado ni un solo minuto en superioridad numérica por expulsión del rival es una llamada a la reflexión evidente. Da la sensación de que con la Real el arbitraje ha sido en general muy quisquilloso a la hora de castigar sus faltas en la presión alta y muy permisivo a la hora de castigar las infracciones sufridas. Si con el evidente bajón en muchas facetas del juego experimentado por el equipo txuri urdin se le elimina una de las armas que sí ha sabido aplicar en distintas fases de la temporada (¿recordamos cómo llegó al gol de la temporada 2023-24 al Inter hoy campeón de Europa y alimentamos la duda de si hoy o en la Liga se hubiera pitado falta...?). el resultado lógicamente supone una piedra más en el camino que la Real no supo culminar con la sexta clasificación consecutiva para competiciones continentales.

Gil Manzano fue uno de los árbitros que se significó, sobre todo con una actuación en Sevilla contra el Betis ya mencionada, pero que incluso hizo que el siempre comedido Imanol levantara la voz. ""i lo ha pitado lo habrá visto claro, aunque creo que lo podía haber revisado, era evitable y teniendo el VAR además. Había muchas ganas de pitarlo, igual que el penalti", dijo tanto de la referida expulsión de Zubeldia como de la pena máxima que le señaló a Aihen, elementos clave para que el Betis ganara aquel día con un claro 3-0 que le permitió al equipo txuri urdin en la tabla y dispararse a un final de Liga extraordinario que le permitió clasificarse para la Europa League e incluso soñar en algún momento con disputar alguna plaza Champions. Cómo debió ver el Comité Técnico de Árbitros estas jugadas para no interponer una denuncia contra Imanol por sus palabras, algo que han hecho con tantos y tantos protagonistas de la Liga que se han quejado en términos parecidos.

¿Se ha quedado la Real fuera de Europa por los arbitraje? No, aunque no hay que olvidar que el claro fuera de juego de Mbappé en una jugada clave para que la Real no mantuviera en el Santiago Bernabéu el 1-3 que le habría llevado a la final de Copa podría haber cambiado la historia de esta temporada de una manera evidente. No, la Real ha sumado muchos deméritos que, sobre todo en la Liga, han hecho que esté muy lejos del nivel que tendría que haber demostrado. Pero tampoco parece razonable escudarse de manera continua en un mal juego o unos escasos resultados para eliminar de la ecuación la influencia del arbitraje, sus enormes desigualdades y su nivel por momentos bajísimo. Ni el propio colectivo arbitral parece estar dispuesto a manejar, con lo cual todo esto se convierte en una queja anual que no sirve para nada, pero es imprescindible que este grito no decaiga. Si el fútbol no encuentra justicia por esta vía, está en serio peligro de convertirse en algo mucho más feo de lo que ha sido siempre. Y urge ponernos ya manos a la obra.

lunes, junio 02, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-25 (6) El silencioso adiós de Olabe

Hay muchos elementos, muchas decisiones, que no han tenido este año la eficacia deseada en el seno de la Real Sociedad, pero quizás la más inexplicable por el fondo y por la forma sea la marcha de Roberto Olabe. Que el director deportivo anunciara en noviembre de 2024 que dejaría su puesto al finalizar la temporada es un movimiento que no se ha explicado convenientemente. De hecho, no se ha explicado de ninguna manera y el propio Olabe se ha acabado marchando sin rendir cuentas del trabajo realizado, ni en la confección de la plantilla, ni en las decisiones tomadas en el mercado de invierno, ni siquiera en aclarar cuál ha sido la función de un director deportivo cuando ya se sabe que no va a tener papel alguno en la creación de la plantilla que está por venir, decisiones de especial calado además por la salida del otro gran pilar deportivo del primer equipo, el entrenador. Una simple carta, más de recuerdos y agradecimientos que de explicaciones, parece algo insuficiente, frío y casi injusto con la intensidad de la labor realizado durante los últimos años.

Como sucede con Imanol, es evidente que de Olabe se puede juzgar la etapa completa con tanto o más sentido que el devenir de la última temporada. En probable que el director deportivo haya tenido más detractores que el técnico desde que dio sus primeros pasos en el primer equipo, pero evaluar su legado implica ir más allá de una temporada de aciertos o errores. Y sí parece evidente que Olabe es parte esencial de un proceso de transformación notable en la Real, proceso que ha llevado a estar en la cumbre durante mucho tiempo y de manera prolongada. Si miramos la procedencia de los fichajes realizados en estos tiempos y la forma en la que se trabajado en ellos hay muchos casos en los que hay que quitarse el sombrero. Ahora todo el mundo ve hasta donde han llegado o puede seguir progresando jugadores como Odegaard, Isak, Kubo o Merino, pero en su momento fueron apuestas arriesgadas que generaron no pocas críticas. Convencer a gente como Monreal o Silva de que culminen aquí sus carreras es algo brillante. La Real se mueve ahora en un mundo distinto al que lo hacía antes de Olabe, no solo por Olabe, pero sería injusto sacarle de esa dimensión.

Precisamente por eso se antoja más complicado asumir que el ya ex director deportivo no haya rendido cuentas de su curso final, máxime cuando quien se queda al mando es su número dos, un Erik Bretos que tiene que hacer frente a unas cuantas patatas calientes, fallos personales en la política que ha seguido la Real en los últimos tiempos de los que, sí, no hay explicaciones. Es evidente que las decisiones estratégicas tomadas en el verano y en el invierno no han dado el resultado buscado. Los fichajes de la Real han estado muy lejos de marcar las diferencias. Y el que ha jugado un rol máss importante durante más tiempo, Aguerd, dio la sensación de ser un movimiento apresurado y casi desesperado antes de que se cerrara el mercado veraniego. Eso habla de un fallo de planificación, pero también, todo hay que decirlo, de un trabajo de seguimiento notable para encontrar una operación rentable de último minuto. Que la dirección deportiva esté así de atenta al mercado es un evidente punto a favor, por mucho que la causa sea una falta de previsión o un exceso de confianza.

No ha sido acertado, en cambio, todo lo que se ha decidido para la delantera. Solo los protagonistas sabrán lo que ha pasado realmente, pero la Real ha vivido toda la temporada sin un delantero centro titular, dándole ese papel en exclusiva a Oyarzabal, dicen los críticos que por cabezonería de Imanol. En el mismo equipo que desde que se acometieron fichajes extranjeros por primera vez se ha depositado esa confianza anotadora en colosos como Aldridge, Kodro o Kovacevic, no parece lógico el fracaso de dos fichajes millonarios consecutivos de perfiles tan diametralmente opuestos como los de Sadiq y Oskarsson, como si no se supiera si su juego tiene encaje o no en el sistema de Imanol. Ambos tienen todavía opciones de redención, más Oskarsson que Sadiq, pero parece que no haya habido la debida comunicación entre la planta noble de Anoeta y el banquillo para cubrir esa posición. Incluso sacar de la ecuación a los dos potrillos que podrían haber supuesto un alivio en la carga de minutos, Karrikaburu en verano y Magunazelaia en invierno, no parece la mejor de las decisiones cuando la Real iba a afrontar esa temida etapa de 19 partidos con dos o tres días de descanso. ¿Por qué se hizo así? No lo sabemos, no se ha explicado.

Ese es solo un ejemplo de cómo ha transcurrido la temporada, en la que han entrado y salido futbolistas sin que entendamos las razones, sencillamente porque no se han dado desde donde parecía lógico y necesario. La Real, aunque no fuera cierto, que eso lo tendrán que decir quienes hayan vivido la historia desde dentro, se ha presentado en cierta manera como un barco a la deriva en el que no había consonancia entre los comandantes y donde Imanol se enfrentaba al juicio mediático y social en solitario, abandonado en ocasiones a su suerte y viéndose obligado a lanzar mensajes que han generado todavía más polémica y desasosiego donde antes había paz y una sensación de mucha más unidad, aunque también pudiera ser ficticia si es cierto que en su momento Olabe habría apostado por dar el equipo al hoy ya entrenador del Real Madrid, Xabi Alonso.

Son demasiadas las incógnitas con las que acaba una etapa que, como la de Imanol y de su mano, se tiene que considerar exitosa. Obviamente, no todos los fichajes han dado lo que Olabe, o cualquier aficionado, podía esperar. Nunca se acierta siempre y pensar lo contrario no es que sea utópico, que también, es sencillamente situarse fuera de la realidad. Olabe también se ha colocado ahí por la forma en la que ha puesto un triste y silencioso punto final a este viaje. Es la hora de Bretos y todo lo que se dice de él es tremendamente positivo. No va a tener un trabajo fácil, pero la menor decisión que podría tomar es la que le lleve a aprender de los errores. No es los fichajes, no en los nombres, sino en la forma de entender lo que tiene que ser la Real y lo que necesitan sus aficionados. Casi nada.

viernes, mayo 30, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-25 (5) Imanol, legado intachable en una despedida triste

Cuesta creer que Imanol Alguacil ya haya dejado de ejercer su trabajo como entrenador de la Real Sociedad. Cuesta porque su nombre estaba asociado a los triunfos más recientes del equipo, a las cinco clasificaciones europeas consecutivas y a la Copa lograda en la final de finales. Cuesta porque había dado una estabilidad sin precedentes desde que John Toshack siempre parecía estar dispuesto a rescatar al equipo. Pero cueste más o menos, la era Imanol ha llegado a su fin. Él mismo, en su preciosa despedida en Anoeta, dejó claro que se va porque ha dejado de ganar lo suficiente para seguir en el cargo. Le honra ese reconocimiento de que la temporada no ha sido la que él esperaba, por mucha polvareda en redes sociales que levantara en su momento el uso que hizo de la palabra "temporadón" para evaluar el rendimiento de los suyos. El temporadón es a nivel de implicación, de sufrimiento y de entrega, obviamente no de resultados. Y seguramente los resultados no han llegado porque a Imanol le ha faltado aquello que mejor hizo en todas las temporadas anteriores, encontrar la mejor versión de sus jugadores y hacer con eso un colectivo admirable, al principio más vistoso y después más rocoso, cogiendo primero lo mejor de una Real propia de Toshack y asimilando después la fortaleza defensiva que caracterizaba al aguerrido grupo de Ormaetxea. Pero eso está temporada ha saltado por los aires y el de Orio no ha logrado encontrar el camino correcto para solventarlo.

¿Que deberíamos juzgar en Imanol? ¿Su trayectoria, el legado que dejado en el club después de un lustro, o la temporada recién finalizada? ¿El discurso de una rueda de prensa de abril o mayo o el que ha implantado como parte del ADN de su Real durante el tiempo que se ha sentado en su banquillo? Quizás el debate más trascendente esté justo ahí, aunque por lo general nos resistamos a enfocarlo de esa manera. ¿Tiene lógica basar el adiós de un entrenador de la Real en un mal año, el último, de un ciclo de seis? ¿Entendemos por tanto que el fútbol es una ciencia lineal en la que una curva a la baja es imposible de remontar? ¿Hay tanta seguridad en las voces que entienden el cese de Imanol como algo necesario como para saber que el próximo curso, con las novedades que correspondan, habrían prolongado esa caída manteniendo al mismo entrenador? Haya más o menos resquemor en este momento hacia Imanol, se puede admitir el debate como lícito e incluso como necesario. No es tan fácil encontrar un entrenador capaz de llegar a un ciclo ganador y de mantenerlo durante tanto tiempo como para prescindir de él a la ligera. El tiempo, desde luego, dará y quitará razones a quienes defienden ambas posturas, que al final dependen de la Estrategia global del club.

Es indudable que el legado de Imanol es intocable. El de Orio ha dado al club una dimensión inesperada cuando aterrizó en su banquillo. Pocos, casi nadie, veían en el un técnico a largo plazo cuando se sentó por primera vez en el banquillo del primer equipo, en Ipurua en el primer y breve tramo, que venía a confirmar esa teoría cuando volvió al Sanse, y en el Santiago Bernabéu después, en el arranque de sus exitosos seis años y medio. De su mano, la Real ha sido un equipo siempre de la mitad alta de la tabla. Siempre. Incluso hubo algunos lunes que amanecimos con un periódico que ponía al equipo txuri urdin como primero en la clasificación. La pandemia cortó su período de mayor esplendor, de juego y de resultados, pero no impidió que el equipo se coronara en la final más inolvidable de todas, una en la que el rival fichó a un entrenador que nunca perdía con la Real con el firme propósito de ganar el partido de sus vidas y que sucumbió ante las artes tácticas de un Imanol que hizo que sus jugadores llevaran el partido hacia donde querían. Luchar siempre por Europa, jugar cada partido para ganarlo, sumar buenos resultados en ir creciendo en un gen competitivo que siempre salía en los finales de cada temporada, aunque se echará en falta, por unas razones o por otras, en el momento decisivo de las competiciones europeas.

Pero si el legado es innegable, también lo es que su despedida ha dejado un peor sabor de boca. Quién sabe lo que podría haber sido de haber logrado el merecido premio de la final de Copa o si hubiera podido competir en igualdad de condiciones en la eliminatoria que puso fin al sueño europeo, pero a Imanol le ha pasado factura justo eso. La Real se le cayó en muchos momentos, pero sobre todo en ese tramo final en el que siempre resurgía. Sabiendo que no estaba siendo la mejor de las temporadas, el equipo sí llegó a abril en disposición de lograr sus objetivos, pero tras caer en las copas, en la doméstica y en la europea, el equipo bajó los brazos. No en entrega, pero sí física y anímicamente, como si ya hubiera dado todo lo que tenía para este curso. Es lo que más se puede achacar a Imanol, eso que él mismo hace tras las derrotas de asumir la culpabilidad para exonerar a los jugadores, cuando él mismo sabe que muchos puntos han volado por errores que difícilmente se pueden achacar a movimientos tácticos o entrenamientos técnicos.

Sí ha costado entender algunas decisiones, y las explicaciones dadas no han terminado de satisfacer. Si el equipo estaba tan justo en lo físico, ¿por qué el entrenador insistió en decir que no había pedido refuerzos tras despoblar la delantera en el mercado invernal? Si la apuesta por Zubieta ha sido tan contundente en casos como los de Aramburu o Pablo Marín, ¿por qué parecía tan reacio a darle titularidades a Jon Martín cuando la defensa comenzó a ver sus fisuras? Si Oyarzabal era su opción preferente en la punta de ataque, ¿por qué se acometió una inversión tan fuerte en un delantero extranjero que no iba a venir con la etiqueta de titular? ¿Por qué jugadores como Turrientes u Olasagasti han parecido estar fuera de la dinámica durante tramos bastantes largos con un Zubimendi sobreexplotado? Hay, evidentemente, decisiones en todas estas cuestiones en las que la dirección deportiva también tiene mucho que decir, pero con temas que desgastan la figura del entrenador, que al final es el único que ha dado la cara públicamente.

Se ha popularizado el mantra de que Imanol se ha comportado con inmovilismo en lo táctico, y no es del todo cierto. Es verdad que sus cambios, en los que ha insistido siempre en mantener un sistema base, han eliminado el factor sorpresa del equipo en las segundas partes y es complicado no relacionar eso con el hecho de que el equipo no ha remontado ni un solo partido esta temporada. Que ponerse por debajo en el marcador sea un síntoma evidente de que el equipo ya no va a ganar es algo que merma mucho. Y no, Imanol no ha sabido tampoco dar al equipo los revulsivos que necesitaba para romper esas marcas. Pero sería injusto no apreciar que el técnico sí cambia. Detalles, formas de defender, impulsos por las bandas, extremos que buscan cosas diferentes en función del rival. ¿Ha funcionado? Muchos días no, y eso, obvio, forma parte del trabajo del responsable del equipo, pero su labor ha sido menos inmovilista de lo que se ha venido a decir, aunque este año ha explotado menos la diversidad de dibujos visibles que sí se apreció en otras temporadas.

Imanol es consciente de lo que ha conseguido en la Real, también de lo que se le ha escapado este año. Si no, probablemente habría firmado la oferta de renovación que el club le puso sobre la mesa muchos meses atrás. No parece que haya sido un acierto dilatar la decisión de su continuidad hasta el tramo final del campeonato, aunque no puede ser tan perjudicial en un equipo profesional, que ha de estar preparado para cualquier contingencia. Puede que nunca sepamos buena parte de la intrahistoria de este proceso que separa los caminos de Imanol y la Real, pero esa sensación de que nos falta información es inevitable. Si esto fuera un examen, sería difícil que Imanol llegara al aprobado en este curso, pero no parece que su trabajo sea lo único que ha conducido a que los resultados no hayan sido los satisfactorios en el grupo. Mucha suerte allá donde vayas, patrón, Anoeta supo despedir de la manera correcta a un entrenador que ha escuchado mucho ruido en redes sociales, pero que siempre ha tenido el apoyo del público donde tiene que tenerlo, en las gradas.

jueves, mayo 29, 2025

RESUMEN LA TEMPORADA 2024-25 (4) Los jugadores

1. Remiro (7)
Partidos jugados: 49. Titular: 49. Minutos: 4.440.
Amarillas: -.
Es prácticamente indiscutible que la línea mejor protegida del equipo ha sido la portería. No ha sido la mejor temporada de Remiro, pero no hay que olvidar que al final de la primera vuelta estaba en los puestos de cabeza del Trofeo Zamora. El estado general del juego de la Real ha hecho que su desempeño con los pies luzca menos y falle más. Ha hecho grandes paradas, algunas de las mejores de su carrera y ha encajado algunos goles evitables. Es un gran portero.

2. Odriozola (1)
Partidos jugados: 8. Titular: 5. Minutos: 418.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 4.
Odrizola ha tocado fondo y ahora mismo solo él sabe si está en condiciones de volver a sentirse futbolista. Ha estado fuera del equipo la mitad de la temporada y ha jugado menos en su posición que un compañero que tuvo una grave lesión de rodilla, eso lo dice todo. Solo ha jugado dos partidos de Liga. Cuando ha pisado el verde, lo ha hecho de manera intrascendente, sin influencia real en el juego, lejísimos de aquel chaval que deslumbró en su debut y que llamó la atención del Real Madrid.
 
3. Aihen (5)
Partidos jugados: 35. Titular: 25. Minutos: 2.165.
Goles: 0. Asistencias: 2. Amarillas: 7. Doble amarilla: 1.
Puede haber sido la peor temporada de Aihen en el primer equipo, otro síntoma del bajón generalizado del grupo. Le ha costado mucho más de lo habitual en defensa y en ataque se ha prodigado menos de lo que le habría gustado. Y ha protagonizado momentos de los que señalan, como su expulsión en Roma. Con todo, y aunque llegó en verano otro lateral izquierdo llamó a jugar por delante de él, no perdió la etiqueta de titular.

4. Zubimendi (6)
Partidos jugados: 48. Titular: 44. Minutos: 3.955.
Goles: 2. Asistencias: 2. Amarillas: 11.
Si la Real no ha jugado como sabe, hay que encontrar una clara explicación en lo que ha sufrido Zubimendi, quizá quien más ha notado no tener a Merino a su lado. Ha llegado fundido al final de la temporada, sin que Imanol supiera encontrar un recambio de garantías en su posición. Su aportación ha sido menor en todos los aspectos del juego y se le ha notado muy desesperado en algunos momentos de la temporada. Sin despedirse sobre el campo, renuncia a ser leyenda en la Real.

5. Zubeldia (4)
Partidos jugados: 41. Titular: 40. Minutos: 3.400.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 9. Roja directa: 1.
Escasísima su temporada. Si Zubimendi ha añorado a Merino, qué decir de lo que ha pasado con Zubeldia tras la salida de Le Normand, y eso que ha jugado junto a un jugador solvente como Aguerd. Fallón en todos los sentidos, no ha sido tan contundente en el corte, no ha mandado como lo venía haciendo, no ha sido capaz de ser el líder que fue en otras campañas y, además, ni siquiera ha visto puerta. Mala temporada en todos los sentidos.

6. Aritz (5)
Partidos jugados: 35. Titular: 24. Minutos: 2.267.
Goles: 0 Asistencias: 1. Amarillas: 4.
Que jugara menos de la tercera parte de los partidos que ha sumado en 2024, habla de cómo ha cambiado el papel de Aritz esta temporada. Partía como el cuarto central y el tercer lateral derecho, y sin embargo ha jugado más de lo que se esperaba. Su nivel, bastante correcto, aunque lejísimos de sus picos en el primer equipo, logrados ya hace unos años. Es uno de esos jugadores de club que nunca sobra, pero con él en el campo los resultados no han sido los mejores.

7. Barrenetxea (6)
Partidos jugados: 47. Titular: 24. Minutos: 2.123.
Goles: 8. Asistencias: 6. Amarillas: 7.
No se puede obviar que, con solo 65 minutos más que en la anterior temporada, Barrene ha sumado tres goles y cuatro asistencias más que la pasada campaña. Pero tampoco se puede eludir que no ha jugado ni un solo partido completo en el curso. Esos dos aspectos resumen bien su aportación, jugador importante cuando está, pero que no puede estar demasiado tiempo en el campo (su media de minutos por partido es solo de 45). Son muchos años esperando, pero tiene calidad para despuntar más.

8. Zakharyan (-)
Partidos jugados: 4. Titular: 1. Minutos: 78.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 0.
Temporada prácticamente en blanco para el jugador ruso, que solo puso asomarse a cuatro partidos, y sin embargo dejó motivos para la esperanza en la primera mitad que jugó ante el Leganés, en la que anotó un gol, y con la asistencia que dio a Oskarsson en su efímera aparición en la Europa League ante el Midtylland. Con la oportunidad que le brindó la salida de Merino para asumir su rol y la mala suerte que ha tenido con las lesiones. La próxima temporada tiene que ser la suya.

9. Oskarsson (4)
Partidos jugados: 37. Titular: 14. Minutos: 1.456.
Goles: 7. Asistencias: 0. Amarillas: 2.
Un misterio todavía por desentrañar el de Oskarsson. Ha jugado mucho menos de lo que cabe esperar de un fichaje millonario porque Imanol no ha sabido darle confianza. Jugando de 9 puro, su puesto, ha demostrado ser un killer de área que sabe embocar de primeras, pero es verdad que no se le ha visto mucho más, ni crearse goles ni ayudar en demasía fuera del área. Apenas tres goles en Liga, solo vio puerta en dos partidos y en casi 1.000 minutos, parece un bagaje escaso.

10. Oyarzabal (7)
Partidos jugados: 53. Titular: 42. Minutos: 3.447.
Goles: 18. Asistencias: 8. Amarillas: 8.
Todos sabemos que no ha sido la mejor temporada de Oyarzabal, que sigue sin recuperar la mejor versión de antes de su grave lesión y que el debate sobre su posición de 9 tampoco le ha beneficiado. Y sin embargo, ha batido su récord goleador, ha hecho 18 goles (aunque ocho de ellos de penalti) y se ha convertido en el jugador de la Real que más partidos ha disputado en una temporada. Es un capitán extraordinario y, juegue bien o mal, su presencia parece imprescindible.

11. Becker (5)
Partidos jugados: 36. Titular: 17. Minutos: 1.607.
Goles: 3. Asistencias: 3. Amarillas: 1.
Sensaciones encontradas. Lejos, lejísimos de ser un jugador titular o parecerlo, es cierto que es de los pocos que mete centros desde la banda y su conexión con Oskarsson parecía positiva. Pero sus números, al final, son bastante escasos. Protagonista del gran triunfo del año, el que se logró ante el Barcelona en Anoeta. Claro papel decreciente, en los dos últimos meses de competición, entre lesiones y retrasos en su incorporación, solo ha sumado 22 minutos. Su futuro, una incógnita.

12. Javi López (3)
Partidos jugados: 38. Titular: 25. Minutos: 2.420.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 5.
Muy decepcionante la temporada de Javi López, el enésimo lateral izquierdo que viene para sentar a Aihen Muñoz y no lo consigue. No se le ha visto fino ni en defensa ni en ataque, y no parece que el problema sea la falta de implicación porque se le ha visto sufrir de lo lindo sobre el césped. Se esperaba un avión en ataque y no ha sumado goles ni asistencias. Atrás, muy inseguro, aunque con algunas luces. Hay que confiar en ver al Javi López del Alavés y que el año de rodaje le ayude de cara al próximo año.

13. Marrero (7)
Partidos jugados: 8.Titular: 8. Minutos: 750.
Amarillas: 0.
Si hemos dicho que la portería ha sido la línea mejor cubierta no ha sido solo por Remiro. Cada aparición de Marrero ha sido brillante y, lo más importante, ha demostrado que se puede confiar en él y que sus minutos no han sido un regalo. Acabar la temporada con el partido que hizo en el Bernabéu, incluso parando un penalti a Mbappé que el francés marcó en el rechace, es una muestra de que hay portero de garantías en Unai.

14. Kubo (6)
Partidos jugados: 52. Titular: 40. Minutos: 3.491.
Goles: 7.  Asistencias: 4. Amarillas: 6.
Un jugador de su talla, que solo ha dejado de jugar cinco partidos en todo el curso, tiene que aspirar a más. Le han cosido a faltas, le han pitado pocas y ha provocado menos tarjetas de las lógicas, pero un gol en toda la segunda vuelta y otro en las dos eliminatorias de Europa League es un bagaje insuficiente. Si continúa en la Real, y no tendría por qué no hacerlo, debe recuperar galones de estrella. En muchos tramos ha dado la sensación de hacer la guerra por su cuenta, pero tiene calidad para aburrir.

15. González de Zárate (5)
Partidos jugados: 4. Titular: 4. Minutos: 303.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Ha tenido que salir cedido al Espanyol para demostrar que es un jugador con posibilidades. Ha sido muy importante para la salvación del equipo. Imanol no dio con la tecla, no le dio la confianza necesaria, no le dio minutos y no pensó en él como uno de los encargados de liberar a Zubimendi de la barbaridad de minutos y partidos que ha tenido que asumir, cuando seguramente era uno de los llamados a cumplir ese rol. Si este sale, está ante una oportunidad de oro.

16. Olasagasti (5)
Partidos jugados: 34. Titular: 14. Minutos: 1.428.
Goles: 2. Asistencias: 2. Amarillas: 5.
Prácticamente invisible en la primera mitad del curso, en la que solo fue titular en la Copa y ante rivales de menor entidad, le dio la vuelta a su situación con trabajo, ganándose la renovación cuando parecía que apuntaba a dejar la Real en junio. Con sus escasos números ofensivos, colaboró en dos victorias ligueras y el pase a a cuartos de la Copa en el tramo en el que mejor impresión dejó. Debe asumir más protagonismo y mirar más a puerta. Cuanto más adelantado en el centro del campo, mejor.

17. Sergio Gómez (5)
Partidos jugados: 49. Titular: 35. Minutos: 3.301.
Goles: 5. Asistencias: 7. Amarillas: 4.
Cuesta valorar de manera negativa a un jugador que, en un equipo con tan poco gol, ha hecho cinco tantos y ha dado siete asistencias, pero es cierto que a Sergio le ha pesado su propia versatilidad. Comenzó la temporada a gran nivel, siendo incluso el mejor jugador del equipo, pero después se ha desdibujado un poco, sin saber exactamente en qué posición podría ser titular indiscutible. Jugador muy válido para el balón parado, hay que rentabilizar mucho más su clase.

18. Traoré (5)
Partidos jugados: 13. Titular: 9. Minutos: 759.
Goles: 0. Asistencias: 1 Amarillas: 2.
Impresiona que un jugador veterano se rompa el cruzado a mediados de septiembre y a comienzos de marzo esté ya a disposición del entrenador. Es un líder dentro del vestuario y tiene mucho carisma, pero es verdad que no ha recuperado el nivel que es capaz de dar y eso se notó, por ejemplo, en la semifinal de Copa. Renovado por un año, tiene que servir de apoyo para que se asienten los laterales jóvenes del primer equipo y del Sanse.

19. Sadiq (2)
Partidos jugados: 36. Titular: 15.  Minutos: 503.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 1.
Un absoluto expediente X. ¿Dónde está el jugador que fichó la Real y que no tardó más que unos minutos en hacer su primer gol con la Real ante todo un Atlético de Madrid? En Donostia, desde luego, no. En Valencia sí le han visto marcar unos goles en la cesión con la que la Real trató de sacarle partido. Lo ha hecho en lo económico, pero la patata caliente sigue ahí. ¿Es un delantero válido para la Real ahora que Imanol se ha ido? Sergio Francisco y Bretos dirán.

20. Pacheco (4)
Partidos jugados: 22. Titular: 16. Minutos: 1.440.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 4.
Paso atrás importante, y ojalá no sea de los que rompen la confianza del propio jugador. La salida de Le Normand le abría las puertas de la titularidad y cuando se vio en el once la Real trajo a Aguerd. Al final Imanol pareció confiar más para un puesto de central tanto en Aritz como en Jon Martín antes que en Pacheco, que solo ha jugado en el tramo final cuando no ha quedado más remedio. Curiosamente, suyo fue el único gol de un central, ante el Maccabi.

21. Aguerd (6)
Partidos jugados: 36. Titular: 34. Minutos: 2.928.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 7.
Durante la primera mitad de la temporada, un central espléndido que sobresalía en todo y que, además, entró muy bien en la forma de sacar el balón desde atrás de los equipos de Imanol. Se convirtió en un auténtico líder. En la segunda mitad, sin embargo, su nivel bajó, cometió algunos errores importantes y las lesiones acabaron por sacarle por completo del once en los dos últimos meses de competición. Forzó para jugar la Copa en el Bernabéu y lo pagó.

22. Turrientes (5)
Partidos jugados: 31. Titular: 15. Minutos: 1.422.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 4.
Turrientes comenzó la temporada siendo importante, continuando el papel de relevancia que ocupó en el tramo final de la pasada campaña, pero poco a poco Imanol perdió la confianza en él, hasta el punto de quedarse fuera de algunas convocatorias en el segundo cuarto de la temporada. Cuando ha jugado, ha cumplido, pero sin alardes, sin hacer que nos preguntemos por qué no jugaba salvo por la necesidad de dar descanso a Zubimendi. Necesita más confianza y, sobre todo, volver a dar un paso adelante. 

23. Brais Méndez (6)
Partidos jugados: 44. Titular: 33. Minutos: 2.714.
Goles: 8. Asistencias: 5. Amarillas: 6.
El juicio sobre Brais es terriblemente parecido al que se puede emitir sobre Oyarzabal o Barrenetxea. ¿Ha sido su mejor temporada en la Real? No, es evidente que no. ¿Pero sus números? Más que decentes. Ocho goles y cinco asistencias en el caso del gallego, y habiéndose perdido además un mes decisivo. Cuando él ha estado bien, la Real lo ha notado muy positivamente, pero es cierto que se le ha visto muy lejos de su mejor nivel, como a casi todos,

24. Sucic (6)
Partidos jugados: 40. Titular: 29. Minutos: 2.488.
Goles: 3. Asistencias: 2. Amarillas: 5.
Temporada irregular la del croata, que ha demostrado tener mucha calidad, pero también una frialdad que le aleja de la intensidad que necesitan los partidos. De menos a más, hasta que se aclimató a la Liga y a la Real, y de más a menos, perdiendo protagonismo en el tramo final de la temporada. Unos cuantos palos impidieron que sus números fueron mejores, su golazo al Atlético y la asistencia a Becker contra el Barcelona fueron sus momentos de mayor influencia.

25. Magunazelaia (5)
Partidos jugados: 5. Titular: 2. Minutos: 191
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 1.
Presencia testimonial la de un Magunazelaia al que honra la voluntad de quedarse en la Real para buscar unos minutos que no obtuvo. Su única contribución de la temporada fue servir de desahogo a los titulares en las dos primeras eliminatorias de Copa, marcando además un gol en la goleada al Jove Español, antes de salir cedido al Córdoba sin demasiado éxito. En tierras andaluzas no ha marcado y apenas ha jugado una media de 26 minutos por partido. Su futuro en la Real no parece nada despejado, aunque habrá que ver qué deciden Sergio Francisco y Bretos.

28. Marín (6)
Partidos jugados: 38. Titular: 23. Minutos: 2.161.
Goles: 2. Asistencias: 4. Amarillas: 4.
No se le puede pedir más. Después de un año en blanco en la élite tras haber debutado en el primer equipo, con trabajo y tesón se ha hecho un hueco hasta el punto de que Imanol le ha dado la titularidad en los tres últimos meses. Dos goles, uno en Europa y otro en Liga, adornan sus estadísticas, y fue uno de los destacados en la casi hazaña del Bernabéu. No será un prodigio de clase, pero desde luego su entrega es un valor a respetar y valorar.

28. Goti (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 23.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Sorprende que Goti no haya tenido más oportunidades esta temporada en el primer equipo más que su testimonial debut en Copa ante el Jove Español, debut por cierto con gol, viendo los problemas ofensivos que ha tenido Imanol durante todo el curso. Convocado ante el Mallorca en Liga, no llegó a jugar. Con 13 goles y cuatro asistencias en el Sanse, en solo 31 partidos además, podría haber sido un jugador muy válido en las rotaciones.

31. Martín (6)
Partidos jugados: 17. Titular: 9. Minutos: 1.245.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 0.
Viendo el resultado que ha dado Martín cuando ha jugado, es difícil entender que Imanol no haya tirado más de él, sobre todo cuando más fácil parecía hacer gol a la Real. Quizá en el futuro lo entendamos como un aprendizaje necesario, que es como él mismo lo ha visto, en declaraciones sensatas e inteligentes, casi impropias de un chaval de su edad. Le faltan cosas en lo técnico, aunque se le ven maneras y hechuras de gran central, pero por arriba es un coloso insuperable.

33. Balda (5)
Partidos jugados: 2. Titular: 2. Minutos: 91.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Cuando se habla del daño que hacen los arbitrajes, el caso de Balda es formidable para explicarlo. La facilidad con la que un colegiado saca tarjeta a un jugador con dorsal del filial a la espalda le cercenó su primera gran oportunidad, ante el Midtjylland, cuando Imanol le tuvo que retirar antes de la media hora para no ser expulsado como Aihen en Roma. En el rato que jugó aquí y en Copa ante el Jove, su debut, dejó buenas sensaciones. No lo tiene fácil con Javi López y Aihen en el primer equipo.

34. Rupérez (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 6.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Es inevitable ver la renovación de Traoré, además de como un premio a su entrega, como una salvaguarda mientras Rupérez termina de hacerse. Es uno de los destacados del Sanse en una muy buena temporada. Sus escasos minutos ante el Jove suponen un premio y también un aviso: está llegando. Con mucha competencia, tiene ahora mismo tres laterales derechos en el primer equipo, pero seguro que tendrá oportunidades.

37. Beitia (-)
Partidos jugados: 2. Titular: 1. Minutos: 91.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Beitia es el otro jugador que hizo del partido ante el Jove Español el mayor campo de pruebas de cantera que ha empleado Imanol esta temporada. Aquel día jugó en el centro de la zaga junto a Pacheco y no sufrió nada, como es lógico. En Liga, apenas siete minutos testimoniales ante el Leganés. No parece la posición de central la más sencilla para evolucionar ahora mismo en este equipo, pero teniendo a Sergio Francisco al mando puede tener su oportunidad.

40. Mariezkurrena (6)
Partidos jugados: 12. Titular: 1. Minutos: 310.
Goles: 2. Asistencias: 0. Amarillas: 1.
Es imposible rentabilizar mejor los primeros minutos en la élite. Mariezkurrena se asomó, como casi todos los debutantes este año, en el partido de Copa contra el Jove Español, pero en el tramo final de la temporada tuvo unas interesantes presencias y anotó dos goles que sirvieron para sumar cuatro puntos, el empate en Vallecas y la victoria ante el Girona. Le queda mucho recorrido, pero ilusiona el empuje con el que se ha colado en el primer equipo.

43. Díaz (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 9.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Con 18 años, Dani Díaz ya se ha asomado al primer equipo. Lo ha hecho solo para debutar, unos escasos minutos ante el Valladolid, pero se habla muy bien del chaval en el entorno txuri urdin. Fue recibido en Anoeta con una sonora ovación que será inolvidable para este jugador cántabro. Tiene más fuerza de lo que parece al ver su estatura y no parece arredrarse ante nadie por ello. Hay muchas ganas de verle con los mayores.

miércoles, mayo 28, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-2025 (3) Una Copa de orgullo

Con todo lo que complicado que es evaluar la temporada de la Real Sociedad, la Copa del Rey se convirtió en la mejor manera de entender lo que sucedido en este curso 2024-25. Mucho sufrimiento, sí, buena parte del mismo innecesario y, a la vez, actuaciones contadas de un equipo capaz de dar la cara en las grandes ocasiones. Si esto último se hubiera dado con más frecuencia en la temporada, seguramente el resultado del curso habría sido distinto, pero es cierto que el Santiago Bernabéu, en el último partido de la competición del KO, fue el único escenario que vio con claridad a una Real que creía en sus posibilidades, incluso aunque nadie fuera del vestuario tuviera esa confianza.

La Real alcanzó las semifinales de Copa. Entender eso como un mal resultado es un juicio bastante injusto con el equipo. Cierto es que prolonga la frustración de la temporada 2023-24, donde también se alcanzó la última ronda eliminatoria, y eso hace que la afición haya rozado con los dedos vivir esa final con público que tanto merece una hinchada como la txuri urdin y que nos fue esquiva en 2020 y 2021, cuando se logró el título ante el Athletic. Las sensaciones, no obstante, no fueron las mismas, porque hace un año con el Mallorca como rival la expectativa de pasar era evidente y hasta lógica, mientras que con el Real Madrid nunca se puede plantear un triunfo como algo fácil.

Es indudable que la Copa ha cambiado para la Real en la era Imanol, pese a quien pese. Dos semifinales y una final en un plazo de seis años es algo que no solo no es frecuente en la historia del club. Quizá lo más parecido puedan ser las dos finales consecutivas de 1987 y 1988, aunque flanqueadas por eliminaciones anterior y posterior ante equipos de Segunda, Oviedo y Deportivo; o las dos semifinales consecutivas de las temporadas 1982-83 y 1983-84, aunque el precedente eran los octavos ante el Sevilla y la continuación esa misma ronda ante el Athletic. Imanol ha transformado la Copa del calvario que vivió el club desde 1993 hasta que alcanzó las semifinales con Jagoba Arrasate en la campaña 2013-14 en una oportunidad, casi una exigencia, de pelear por lo más alto.

Cierto es que el recorrido de esta temporada ha sido mucho más sufrido de lo necesario. En primera ronda no, porque se superó al Jove Español por un claro 0-5 que además se logró por la vía rápida, con cuatro goles antes del descanso y con un equipo inicial plagado de suplentes y con tres jugadores con número del filial, pero sí en la segunda, donde hizo falta una prórroga para superar al Conquense. Eso sí, la agonía no fue demasiado dura puesto que el gol de Brais Méndez que dio la clasificación con ese exiguo 0-1 se logró en el minuto 92. La Real disfrutó de una eliminatoria más ante un equipo de inferior categoría, en este caso la Ponferradina, a la que se ganó 0-2, sí, pero con dos goles, de Oyarzabal y de nuevo Brais, que llegaron en la segunda mitad.

A partir de ahí, el equipo txuri urdin sí jugó una Copa notable. En octavos, a partido único, la Real superó con solvencia, buen juego y los goles que se esperaban, a un Rayo Vallecano que, no lo olvidemos, en Liga quedó por encima del equipo de Imanol. Oyarzabal marcó un gol de 9 tras pase de la muerte de Kubo para certificar la superioridad y Olasagasti, con un buen gol desde fuera del área y en el descuento, parecía alumbrar una eliminatoria sencilla. Pero el árbitro, Hernández Maeso, el mismo que no quiso señalar un claro empujón a Kubo dentro del área, sí quiso pitar el enésimo penaltito en contra de la Real, en este caso por infracción de Zubeldia. Trejo lo marcó y dio la emoción justa, hasta que Sergio Gómez selló la clasificación en el minuto 79, con una falta muy lejana que nadie acertó a rematar y que se coló directamente en la portería rayista, en la misma jugada en que los visitantes, además, se quedaron con diez jugadores por un claro plantillazo de Espino sobre Oyarzabal.

En cuartos de final, el rival fue Osasuna, y de nuevo sonrió la suerte en el sorteo, jugándose ese partido único otra vez en Anoeta. El partido se jugó pocos días después de que ambos equipos se vieran en El Sadar, y entonces ganó Osasuna por 2-1, pero en la Copa la historia fue bien distinta. La Real jugó una muy buena primera parte, que fue cuando sentenció la eliminatoria. Barrenetxea marcó uno de los mejores goles de la temporada tras una gran asistencia de Oyarzabal batallando en el área. Poco después, un error de Sergio que permitió a Marín robar el balón en la presión alta de la Real lo convirtió Brais, tras asistencia de Oyarzabal, en el 2-0 que acabó resultando definitivo. Aunque quedaban 60 minutos, la Real minimizó la capacidad de reacción de Osasuna, que quedó en poca cosa después de que Brais recibiera una salvaje patada en la espalda por parte de Catena que el árbitro, Melero López, dejó sorprendentemente en manos del VAR. La segunda parte fue un trámite para llegar a las semifinales.

Ahí es cuando se evidenció que, pese a la buena fortuna en sorteos anteriores, esta no era la edición de Copa más propia para llegar lejos. Los otros tres semifinales, Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid. Y tocó el primero de ellos, jugando primero en Anoeta. Ahí es donde, en realidad, se fue la eliminatoria. Sucedió lo que peor le venía la Real, que el Real Madrid se adelantara, en el minuto 19 por medio de Endrick. Fue un duro golpe después de una buena salida del equipo. El gol pareció evitable, por el centro, por la defensa y por un Remiro que no encontró un balón nada esquinado. Aun así, en un mal partido, la Real tuvo opciones de empatar, convirtiendo a Lunin en el mejor jugador visitante. Sufrió el equipo en defensa con las contras del Real Madrid y Remiro también paró lo suyo, pero consiguió dejar la eliminatoria, al menos, con un solo gol de desventaja. En el último instante, un penalti a Kubo levemente revisado pudo haber cambiado las tornas.

La vuelta fue un partido del que sentirse orgullosos, sí, a pesar de que también se haya usado esa sensación, manifestada por Imanol, como un motivo más de mofa. La Real estuvo muy cerca de hacer una gesta. Nadie daba un duro por la Real, y sin embargo se adelantó en el marcador con un gol de Barrene. Nadie creía en el equipo cuando el Real Madrid empató a la media hora y, sin embargo, en el minuto 80 tenía un 1-3 a su favor que daba el pase a la final. Nadie pensaba que los de Imanol se levantarían después de que el influjo del Santiago Bernabéu llevara al Real Madrid a empatar a tres en el minuto 86, y sin embargo Oyarzabal logró en el 93 el gol que mandaba la eliminatoria a la prórroga. Pero la Real, que siempre dio la impresión de estar haciendo un esfuerzo que estaba por encima de sus posibilidades en ese momento de la temporada, y las razones se habrán analizado de puertas hacia dentro, acabó sucumbiendo en la prórroga.

La Real cayó con honor en un escenario en el que ha sido goleada tantas veces y en el que un 4-4 no le valía para superar la ronda. Ahí se fue la eliminatoria. Ahí y, en la facilidad con la que el Real Madrid supo llevar al partido al empate a tres que provocó la heroica y tener que jugar media hora más sin gasolina en el depósito. Del honor no se come, cierto y nadie se acuerda de quien ni siquiera llega a la final, pero es indudable que la Copa en la Real de Imanol se ha encarado siempre con la intención de levantar el trofeo. Y no, no hay muchos precedentes de que este club jugara la Copa de esta manera. Veremos si el legado se mantiene.