Tenía que llegar el año en el que la asistencia a Anoeta se resintiera y que se abrieran debates que, por necesarios que puedan parecer y sean efectivamente, amenazan con resquebrajar esa famosa unidad a la que Martín Lasarte hizo alusión cuando todos éramos felices en el regreso a Primera División de 2010. La cuestión es que tendríamos que aprender a entrar en estas cuestiones sin necesidad de causar heridas. Repartir carnets de realista en función de opiniones y comportamientos no es solamente algo inútil, sino además innecesario. El objetivo, evidente, es llenar Anoeta y desde el principio hay que tener claro que no hay una fórmula perfecta que vaya a contentar a todo el mundo. Cuando la asistencia supera habitualmente los 33.000 o 35.000 espectadores, no tiene sentido abrir este melón, pero cuando se baja de los 30.000, situándose con demasiada frecuencia en números que podría haber asumido el viejo estadio sin su reforma, es cuanto toca hablar y, sobre todo, pensar.
Los dos partidos de mayor afluencia de público a Anoeta fueron las dos visitas del Real Madrid. En el tercer partido como local de la Liga, se reunieron en el estadio donostiarra 37.370 espectadores. Y en la visita del equipo blanco en las semifinales de la Copa fueron 37.373. En el otro lado, las asistencias más bajas fueron los 22.533 espectadores que vieron al Leganés y los 20.855 que se acercaron a Anoeta para presenciar el encuentro frente al Villarreal. A nadie le sorprenderá si decimos que estos dos partidos se jugaron a las 21.00 horas, el del equipo madrileño un domingo y el del castellonense un lunes. La Real ha jugado nada menos que la mitad de sus partidos ligueros en Anoeta a las 21.00 horas, nueve de 18, y solo uno de ellos fue en sábado, la mencionada visita del Real Madrid. A eso hay que sumar otro a las 21.30 en miércoles, cuatro de los seis de Europa League a las 21.00, todos ellos en jueves, y el de las 21.30 horas del Real Madrid en la Copa.
Ha sido precisamente la Copa el torneo que ha dejado la mejor media de espectadores en el estadio donostiarra. A los tres partidos que acogió, las rondas a partido único de octavos y cuartos y el partido de ida de las semifinales, acudió una media de 33.282 espectadores. La media en Liga se quedó en los 29.867 espectadores, mientras que en la Europa League se quedó en 29.369. La media total de asistentes a Anoeta durante la temporada 2024-25 es de 30.839 espectadores. Casi diez mil butacas vacías por partido y no pocos encuentros en los que el estadio daba incluso la sensación de estar menos ocupado de lo que indican las cifras oficiales de asistencia. Con esos datos en la mano, se abren muchos debates que parece necesario abordar si se quiere recuperar el ambiente que tenía Anoeta en los primeros cursos tras la reforma.
El primero de esos debates, en todo caso, tiene trampa y conviene zanjarlo de raíz. ¿Necesitaba la Real un estadio de 40.000 personas con la media de espectadores que reúne en una temporada. en el que en la Liga no se consiguen los resultados deseados? Sí, sin ninguna duda. La ausencia de espectadores en muchos partidos tiene una de sus causas en el desánimo, desde luego, pero no parece la principal. Los horarios han sido uno de los mayores quebraderos de cabeza. De la temporada y no es fácil llenar el estadio cuando se juegan tantos partidos a las 21.00 horas entre semana o en domingo. La Real tiene una importante masa social en la provincia y la vida no está pensada para facilitar sacrificios futboleros. La Liga ha sido muy poco empática con la Real y eso, hay que decirlo, ha afectado también a su rendimiento, que se resiente en un fútbol en el que los estadios llenos también suman. El horizonte no parece demasiado halagüeño, y hay que esperar que los viernes y los lunes sean días habituales para una Real fuera de Europa. La Real, en todo caso, necesita este Anoeta de 40.000 espectadores porque tiene masa social para rondar el lleno de manera continua.El segundo debate, el más importante, está claro. ¿Qué hay que hacer para llenar Anoeta? Los horarios ayudarían, también la mejora de las condiciones de llegada a Anoeta, que es algo que no depende de la Real pero donde parece imprescindible que haya presión sobre los organismos público. ¿Y qué hacemos con los socios que no usan su abono en cada partido? Partamos de los datos. La última cifra oficial de socios, aportada por el propio Jokin Aperribay, es de 37.936. Cuando la dio, también explicó que hay 6.000 personas en lista de espera. Si vemos la asistencia media, hay 7.000 socios de media que no han empleado su carnet en la temporada recién finalizada. No se trata de entrar en las razones personales de cada uno ni de señalar a nadie por su comportamiento, pero parece lógico pensar que el club está en la obligación de hacer algo para que esos 7.000 carnets respondan a la demanda actual, aunque sea de manera puntual.
Las grandes noches se venden solas, las visitas del Real Madrid o el Manchester United siempre llevan aparejados grandes datos de asistencia, pero el reto es hacer que ver cualquier partido de la Real sea lo suficientemente atractivo como para que el socio acuda, ceda su tarjeta de manera personal o bien a través de los canales que pueda habilitar el club. Si Anoeta tiene que ser un fortín, lo tiene que parecer también, pero para eso hace falta la colaboración de todos y la mayor presencia de público posible. Eso, esta temporada recién finalizada, no se ha producido.
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