jueves, junio 19, 2025

Corazón Txuri Urdin, el podcast. Bingen Erdozia, el hombre que no pudo ser Griezmann

Es sobradamente conocida la historia de Antonio Griezmann y cómo llegó a hacerse un hueco en el equipo con el que Martín Lasarte devolvió a la Real Sociedad a Primera División en la temporada 2009-10, pero el nombre del jugador que iba a ir convocado antes que el francés a aquel amistoso que cambio su carrera es algo más desconocido. Se trata de Bingen Erdozia, un futbolista al que aquella lesión privó de la posibilidad de jugar con el primer equipo, aunque fuera en un amistoso y que jamás llegó a debutar con los mayores antes de tener que dejar el club.

La historia de Erdozia centra el episodio de esta semana de Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad, que podéis escuchar en este enlace.

Como cada semana, os recordamos que el podcast se puede escuchar también en Spotify, en este enlace. Y el segundo recordatorio habitual, si tenéis cualquier sugerencia para este podcast, estaremos encantados de escucharla.

jueves, junio 12, 2025

Corazón Txuri Urdin, el podcast. La Real, el primer máximo goleador de la Liga

Es poco conocido que en la primera Liga que se disputó, la correspondiente a la temporada 1928-29, fue la Real Sociedad el equipo que más goles marcó. No solo tuvo al jugador que más veces perforó la portería rival, Paco Bienzobas, sino que fue el que más tantos celebró, también en su propio campo, Atotxa, que fue con diferencia el recinto que más veces cantó gol de cualquiera de los dos equipos que formaron parte de aquel campeonato original.

Todas las cifras y lo que significaron centran el episodio de esta semana de Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad, que podéis escuchar en este enlace.

Una vez más os lo decimos, recordad que el podcast se puede escuchar también en Spotify, en este enlace. Y también os recordamos que estamos abiertos a sugerencias.

jueves, junio 05, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-25 (y 9) Detalles

· Fuera de Europa, cinco años después

Hay que remontarse a la temporada 2018-19, cuando la Real fue novena, para ver al último equipo txuri urdin que no se clasificó para una competición europea, algo que siempre ha hecho desde 1987 a través de su posición liguera. La Real llevaba 30 años sin ocupar la undécima posición final que ha alcanzado en la temporada recién finalizada, algo que hizo por última vez en la temporada 1994-95, repitiendo el puesto que había ocupado también en la anterior, la 1993-94.

· Solo siete jornadas en posiciones europeas

A diferencia de lo que ha sucedido en años anteriores, en los que la Real de Imanol nos acostumbró a estar en posiciones de privilegio durante casi toda la temporada, en la 2024-25 solo ocupó puesto europeo, uno de los ocho primeros, en siete jornadas. Se colocó en esa octava posición por primera vez en la decimosexta jornada, con su victoria por 0-3 en el campo del Leganés, y se mantuvo ahí hasta la 22ª, cuando perdió 2-1 en El Sadar ante Osasuna. Su mejor puesto, séptimo, lo ocupó en dos jornadas consecutivas, la 19ª con la victoria por 1-0 ante el Villarreal y la 20ª a pesar de la derrota en Mestalla ante el Valencia por 1-0. Después de esa racha solo volvió a colocarse entre los ocho primeros en el 30º encuentro, el triunfo por 1-3 ante Las Palmas.

· Sin goles en la mitad de los partidos de Liga

El dato más escalofriante de esta Real es que cerró la Liga sin marcar un solo gol en la mitad de los encuentros, en 19. Solo hay una temporada en la que sumó más encuentros sin ver la portería contraria, un total de 20, y fue la fatídica 2006-07, en la que bajó a Segunda División. El equipo txuri urdin solo anotó 35 goles en Liga, menos de uno por partido de media, y solo el Getafe (34) y el Valladolid (26) celebraron menos tantos. La paradoja está en que la Real marcó al menos un gol en sus doce partidos europeos para un total de 22 (1,8 por partido de media) y en la Copa solo dejó de anotar en el único partido que perdió en esa competición, el 0-1 del Real Madrid en la ida de las semifinales. En el resto de partidos, 17 goles, una media de 2,4 por partido que se reduce a un muy buen registro de 2,2 si tenemos en cuanta solo las eliminatorias ante equipos de Primera División. Si esa hubiera sido la media en la Liga, para trazar una comparación, la Real habría llegado a unos impensables 85 goles.

· Dos semifinales de Copa seguidas casi 40 años después

La Real no llegaba a la semifinal de la Copa del Rey en dos temporadas consecutivas desde que lo hizo en las temporadas 1986-87 y 1987-88. En estas dos últimas campañas se ha tenido que conformar con esa ronda, hace un año eliminado por el Mallorca en los penaltis y en esta campaña por el Real Madrid en la prórroga, mientras que en los años 80 acabó llegando a las dos finales, ganando la primera en los penaltis al Atlético de Madrid tras el 2-2 registrado en los 120 minutos de juego y cayendo derrotado en la segunda por 1-0 ante el Barcelona. La Real no perdía dos semifinales coperas seguidas desde comienzos de los años 80. En la temporada 1981-82 caía ante el Real Madrid por penaltis y en la 1982-83 ante el Barcelona.

· Primera eliminatoria europea superada más allá de la fase de grupos

Se repite como un mantra que la Real llevaba sin superar una eliminatoria europea desde 1998, desde que superara al Dinamo de Moscú en los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA de la campaña 1998-99 (2-3 en tierras soviéticas y 3-0 en Anoeta), y no es cierto. El matiz está en el momento de las eliminatorias. La Real superó en la ronda previa de la Champions 2013-14 al Olympique de Lyon (por un doble 2-0) y al Aberdeen en la de la Europa League de la temporada 2014-15 (2-0 y 2-3). Más allá de la fase de grupos no había conseguido superar a ningún equipo europeo en un duelo a doble partido hasta que superó al Midtjylland en el play of de dieciseisavos de final de esta recién finalizada Europa League, con un 1-2 como visitante y un 5-2 en casa.

· Primera vez que el campo de la Real ve cinco goles europeos

Aunque se le haya restado valor por el flojo nivel que demostró el Midtjylland, el partido de vuelta de aquella eliminatoria trajo un registro histórico: nunca antes había marcado la Real cinco goles en un partido de competición europea disputado en su campo, ni en Atotxa ni en Anoeta. Brais, Sucic en dos ocasiones, Oyarzabal de penalti y Oskarsson firmaron este hito. El partido en el que la Real marcó más goles en Europa fue fuera de casa, el 0-6 en el campo del Vardar que logró el equipo en la Europa League de la temporada 2017-18 con cuatro goles de Willian José.

·El once tipo

Según los minutos que han estado en el terreno de juego, el once tipo de esta temporada lo formarían Remiro en la portería; Zubeldia y Aguerd de centrales; Jon Aramburu y Javi López como laterales; Zubimendi, Brais Méndez y Sucic en el centro del campo; y Sergio Gómez, Kubo y Oyarzabal como atacantes. Ellos son, de hecho, los once jugadores que más minutos acumular en todo el curso. Este once, curiosamente, no se ha visto de inicio en ningún partido de la presente temporada.

· 57 partidos, nunca ha jugado más la Real

La Real ha jugado un total de 57 partidos oficiales en esta campaña, desde que abrió la temporada en Anoeta ante el Rayo Vallecano el 18 de agosto de 2024 y la cerró en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid el 24 de mayo de 2025. Nunca había jugado tantos en una misma temporada. Se desglosan en 38 de Liga, 12 de Europa League y siete de Copa del Rey. Si la Real hubiera avanzado hasta el final en estas dos competiciones habría podido sumar seis más. Cuando eliminó a Osasuna en los cuartos de final de la Copa ya se garantizó este récord, superando los 54 partidos que había sumado en dos ocasiones, en la temporada 1982-83, en la que a los partidos de Liga sumó la Supercopa y una Copa de Europa en la que llegó a las semifinales, y en la 1986-87, en la que además del infame play of liguero alcanzó la final de la Copa del Rey.

· Los dos récords de Oyarzabal

Mikel Oyarzabal ha establecido dos récords esta temporada. El primero ha sido el de convertirse en el jugador realista que más partidos ha jugado con la camiseta de la Real en una misma temporada, un total de 53, igualando a dos leyendas como Luis Arconada y Roberto López Ufarte, que lograron ese hito en la campaña 1982-83. El segundo, su mejor marca goleadora en el primer equipo. Entre todas las competiciones hizo 18 goles, superando los 15 que hizo en la temporada 2021-22. Sobra decir que ha sido el máximo goleador del equipo en total y en todas las competiciones, con 9 en Liga, 5 en Europa League y cuatro en la Copa, aunque aquí comparte la primera posición del ránking con Barrenetxea.

· 17 goleadores distintos

Tras la marca de Oyarzabal, los goles se han repartido de la siguiente manera: Barrenetxea y Brais Méndez hicieron ocho; Kubo y Oskarsson, siete; cinco sumó Sergio Gómez; tres celebraron tanto Sucic como Becker; Olasagasti, Marín, Zubimendi y Mariezkurrena lograron dos; y en uno se quedaron Aramburu, Pacheco, Magunazelaia, Zakharyan y Goti. Quitando a los porteros, de la primera plantilla se quedaron sin marcar un total de diez jugadores: Javi López, Turrientes, Aihen, Aritz, Zubeldia, Aguerd, Odriozola, Sadiq, Traoré y González de Zárate. Y puestos a destacar curiosidades, es asombroso que la línea defensiva solo aportara dos goles en toda la temporada.

· Oyarzabal, también el máximo asistente

El capitán no solo ha sido el máximo goleador de la temporada, sino también el mejor asistente. Suyos fueron ocho pases de gol en todo el curso, por encima de los siete que dio Sergio Gómez, los seis de Barrenetxea y los cinco de Brais. Si tenemos en cuanta solo los partidos de Liga, Sergio sí es el mejor asistente del equipo con cinco pases de gol. En la Europa League, la primera posición se la queda Brais, con tres. Y en la Copa sí ocupa el lugar de privilegio Oyarzabal, con cuatro.

· Remiro, el jugador con más minutos

Aunque Oyarzabal estuvo en más partidos, también Take Kubo, que sumó 52, el jugador que más minutos ha estado sobre el césped en partido oficial ha sido Alex Remiro una temporada más. El guardameta fue titular en 49 partidos y los jugó íntegros, un total de 4.440 minutos. Remiro no se ha perdido ningún partido por lesión o sanción, todos aquellos en los que se sentó en el banquillo fueron por decisión de Imanol. Si hubiera sumado los 750 minutos en los que la portería txuri urdin la ocupó Marrero, habría llegado a una descomunal cifra de 5.190 minutos.

· 34 jugadores utilizados

Imanol llegó a alinear a lo largo de la temporada a 34 jugadores distintos. Solo Remiro superó los 4.000 minutos, y hubo seis futbolistas que disputaron más de 3.000: Zubimendi (3.955), Kubo (3.491), Oyarzabal (3.447), Zubeldia (3.400), Aramburu (3.352) y Sergio Gómez (3.301). De la primera plantilla, los que menos jugaron fueron Zakharyan (78), Magunazelaia (191), González de Zárate (303), Odriozola (418) y Sadiq (482), de los cuales solo el ruso y el jugador recuperado desde el Real Madrid estuvieron en la disciplina txuri urdin toda la temporada.

· Cuarto equipo con menos tiempo efectivo de juego

Que el juego de la Real no ha sido fluido este año está claro y una de las razones o una de las consecuencias es esta: el equipo txuri urdin ha sido el cuarto que menos tiempo efectivo de fútbol ha registrado en los partidos de la Liga 2024-25. con 53 minutos y 44 segundos de medio, un 55 por ciento del total a disputar. Por debajo del equipo txuri urdin solo se han situado el Rayo Vallecano (52:37), Alavés (50:30) y Getafe (49:36). En el otro extremo de la clasificación está en el Real Madrid, en cuyos partidos se jugaron más de seis minutos por encima de los que protagonizaron los realistas, una media de 59:40.

· Kubo, el jugador que más faltas sufrió en Liga

Desde hace tiempo parece evidente que hay barra libre para derribar a Take Kubo y los datos refrendan esa sensación. El japonés ha sido el jugador que más faltas ha sufrido en las 38 jornadas de Liga, un total de 73. Por detrás de él se sitúan el Vinicius (70), Yangel Herrera y Uche (68) y Aimar Oroz (64). Y la sensación es la de que no le han pitado todas las faltas que le han hecho y, sobre todo, que no han recibido el castigo debido en forma de amonestaciones que pudieran frenar esta estrategia que encontró su punto climático en el derbi contra el Athletic en Anoeta, cuando los jugadores rojiblancos le hicieron nada menos que siete faltas. 

· La Real ganó al campeón en Anoeta tras ocho temporadas sin hacerlo

El Barcelona, campeón de Liga, cayó en Anoeta por 1-0, con un solitario gol de Sheraldo Becker. En aquel momento, en la decimotercera jornada de Liga, solo era una muy importante victoria ante el líder de la competición, pero al llegar al conjunto blaugrana hasta el título ese partido ha cobrado una mayor relevancia histórica para la Real. Después de ocho temporadas sin hacerlo, el conjunto txuri urdin ha batido en su estadio al equipo que acabaría llevándose el título, algo que no hacía desde la temporada 2015-16. ¿El rival de aquella temporada? El Barcelona. ¿El resultado? También un 1-0, aunque aquel día el gol lo hiciera de cabeza un jovencísimo Mikel Oyarzabal tras un sensacional pase de Xabi Prieto.

· Seis potrillos debutantes

Esta temporada han sido seis los potrillos que han disputado sus primeros minutos en el primer equipo, y casi todos ellos debutaron en el mismo partido, el primero de la Copa de este curso, ante el Jove Español. Así sucedió con Arkaitz Mariezkurrena, que al final ha sido el que más recorrido ha tenido con doce partidos, Jon Balda, Luken Beitia, Iñaki Rupérez y Mikel Goti. El único potrillo que no debutó aquel día y sí lo hizo más adelante fue Dani Díaz, que jugó los minutos finales en Liga contra el Valladolid. Cinco potrillos más se colaron en alguna convocatoria del primer equipo, pero no llegaron a debutar. Estos fueron los porteros Aitor Fraga y Egoitz Arana, Alex Marchal, Mikel Rodríguez y Ekain Orobengoa.

· Apenas un punto en los derbis

Pocas veces habrá tenido la Real un bagaje tan pobre en los derbis disputados en una misma temporada. Si exceptuamos la victoria ante Osasuna en la Copa, la Real no ha ganado ninguno de los que ha disputado. Seis duelos tuvo en la Liga, contra el Athletic, el propio Osasuna y el Alavés, y solo pudo rascar un empate en el último de ellos, en la visita de los rojiblancos a Anoeta de la 34ª jornada. Empate a cero, como no podía ser de otra manera. En San Mamés, la derrota fue por 1-0; en El Sadar, por 2-1; y en Mendizorroza por 1.0. Osasuna ganó 0-2 en Anoeta y el Alavés lo hizo por 1-2.

· Seis expulsiones

La Real ha sufrido un total de seis expulsiones y todas ellas tuvieron como consecuencia la derrota del equipo. Cinco fueron rojas directas. Oyarzabal fue expulsado ante el Alavés en la tercera jornada de Liga; Zubeldia en la 24ª jornada, en el partido del Benito Villamarín; el mismo en el que fue expulsado Becker; y Aritz en la visita al Barcelona de la 26ª. En la Europa League fueron dos las expulsiones, la de Aihen Muñoz ante la Lazio fue la única del curso por doble amarilla y la de Aramburu fue en Old Trafford. La única de estas expulsiones que se puede considerar justa y clara fue la de Becker en Sevilla. El resto, parte de la nefasta historia arbitral de este curso.

miércoles, junio 04, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-25 (8) Baja media de espectadores en Anoeta

Tenía que llegar el año en el que la asistencia a Anoeta se resintiera y que se abrieran debates que, por necesarios que puedan parecer y sean efectivamente, amenazan con resquebrajar esa famosa unidad a la que Martín Lasarte hizo alusión cuando todos éramos felices en el regreso a Primera División de 2010. La cuestión es que tendríamos que aprender a entrar en estas cuestiones sin necesidad de causar heridas. Repartir carnets de realista en función de opiniones y comportamientos no es solamente algo inútil, sino además innecesario. El objetivo, evidente, es llenar Anoeta y desde el principio hay que tener claro que no hay una fórmula perfecta que vaya a contentar a todo el mundo. Cuando la asistencia supera habitualmente los 33.000 o 35.000 espectadores, no tiene sentido abrir este melón, pero cuando se baja de los 30.000, situándose con demasiada frecuencia en números que podría haber asumido el viejo estadio sin su reforma, es cuanto toca hablar y, sobre todo, pensar.

Los dos partidos de mayor afluencia de público a Anoeta fueron las dos visitas del Real Madrid. En el tercer partido como local de la Liga, se reunieron en el estadio donostiarra 37.370 espectadores. Y en la visita del equipo blanco en las semifinales de la Copa fueron 37.373. En el otro lado, las asistencias más bajas fueron los 22.533 espectadores que vieron al Leganés y los 20.855 que se acercaron a Anoeta para presenciar el encuentro frente al Villarreal. A nadie le sorprenderá si decimos que estos dos partidos se jugaron a las 21.00 horas, el del equipo madrileño un domingo y el del castellonense un lunes. La Real ha jugado nada menos que la mitad de sus partidos ligueros en Anoeta a las 21.00 horas, nueve de 18, y solo uno de ellos fue en sábado, la mencionada visita del Real Madrid. A eso hay que sumar otro a las 21.30 en miércoles, cuatro de los seis de Europa League a las 21.00, todos ellos en jueves, y el de las 21.30 horas del Real Madrid en la Copa.

Ha sido precisamente la Copa el torneo que ha dejado la mejor media de espectadores en el estadio donostiarra. A los tres partidos que acogió, las rondas a partido único de octavos y cuartos y el partido de ida de las semifinales, acudió una media de 33.282 espectadores. La media en Liga se quedó en los 29.867 espectadores, mientras que en la Europa League se quedó en 29.369. La media total de asistentes a Anoeta durante la temporada 2024-25 es de 30.839 espectadores. Casi diez mil butacas vacías por partido y no pocos encuentros en los que el estadio daba incluso la sensación de estar menos ocupado de lo que indican las cifras oficiales de asistencia. Con esos datos en la mano, se abren muchos debates que parece necesario abordar si se quiere recuperar el ambiente que tenía Anoeta en los primeros cursos tras la reforma.

El primero de esos debates, en todo caso, tiene trampa y conviene zanjarlo de raíz. ¿Necesitaba la Real un estadio de 40.000 personas con la media de espectadores que reúne en una temporada. en el que en la Liga no se consiguen los resultados deseados? Sí, sin ninguna duda. La ausencia de espectadores en muchos partidos tiene una de sus causas en el desánimo, desde luego, pero no parece la principal. Los horarios han sido uno de los mayores quebraderos de cabeza. De la temporada y no es fácil llenar el estadio cuando se juegan tantos partidos a las 21.00 horas entre semana o en domingo. La Real tiene una importante masa social en la provincia y la vida no está pensada para facilitar sacrificios futboleros. La Liga ha sido muy poco empática con la Real y eso, hay que decirlo, ha afectado también a su rendimiento, que se resiente en un fútbol en el que los estadios llenos también suman. El horizonte no parece demasiado halagüeño, y hay que esperar que los viernes y los lunes sean días habituales para una Real fuera de Europa. La Real, en todo caso, necesita este Anoeta de 40.000 espectadores porque tiene masa social para rondar el lleno de manera continua.

El segundo debate, el más importante, está claro. ¿Qué hay que hacer para llenar Anoeta? Los horarios ayudarían, también la mejora de las condiciones de llegada a Anoeta, que es algo que no depende de la Real pero donde parece imprescindible que haya presión sobre los organismos público. ¿Y qué hacemos con los socios que no usan su abono en cada partido? Partamos de los datos. La última cifra oficial de socios, aportada por el propio Jokin Aperribay, es de 37.936. Cuando la dio, también explicó que hay 6.000 personas en lista de espera. Si vemos la asistencia media, hay 7.000 socios de media que no han empleado su carnet en la temporada recién finalizada. No se trata de entrar en las razones personales de cada uno ni de señalar a nadie por su comportamiento, pero parece lógico pensar que el club está en la obligación de hacer algo para que esos 7.000 carnets respondan a la demanda actual, aunque sea de manera puntual.

Las grandes noches se venden solas, las visitas del Real Madrid o el Manchester United siempre llevan aparejados grandes datos de asistencia, pero el reto es hacer que ver cualquier partido de la Real sea lo suficientemente atractivo como para que el socio acuda, ceda su tarjeta de manera personal o bien a través de los canales que pueda habilitar el club. Si Anoeta tiene que ser un fortín, lo tiene que parecer también, pero para eso hace falta la colaboración de todos y la mayor presencia de público posible. Eso, esta temporada recién finalizada, no se ha producido.

martes, junio 03, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA (7) Qué difícil es arbitrar

Uno de esos tópicos que cansan hasta la saciedad es aquel de qué difícil es arbitrar. Cualquier profesión es difícil, mucho más si no se domina o si no hay unas normas claras que aplicar. Da igual en qué profesión estéis pensando, todo es difícil si se hace mal o si no se sabe hacer. Y sí, se arbitra mal porque el fútbol es el único deporte que presume de sus desigualdades, dicen algo así como que es la salsa del fútbol. Pero es que el fútbol es también el único deporte que no es capaz de explicar esas jugadas y el único en el que un mismo reglamento sirve para justificar una decisión y la contraria en situaciones prácticamente idénticas. Qué difícil es arbitrar, sí, lo cuando cuando se hace de manera honesta y justa y el error, esto sí, se entiende como parte del juego, pero qué fácil podría ser en muchas situaciones con autocrítica y colaboración con quienes, por mucho que a veces parezca que les molesta, son los auténticos protagonistas del juego.

La temporada de la Real quedó marcada para siempre con una triste noche, la del 13 de marzo. Aquel día, Old Trafford vivió el que parece uno de los mayores escándalos arbitrales de la historia de la Europa League... sin que pasara absolutamente nada. El francés Benoît Bastien tuvo que decidir sobre cuatro jugadas de penalti y una expulsión. Se equivocó en todas y en todas decidió a favor del Manchester United. Otros sabrán mucho más de estadística, pero es algo que parece improbable que sucede si se está aplicando justicia correctamente. Una semana después de aquello, Bastien estaba arbitrando el partido entre Bulgaria e Irlanda de la Liga de Naciones, torneo organizado por la misma UEFA que le envió a arbitrar el Manchester United - Real Sociedad. Será que, como dicen por ahí, el equipo txuri urdin no tiene repercusión mundial.

Aquel día sirvió para certificar que lo del arbitraje europeo no existe, es una leyenda que se aplica solo a algunos que visten otras camisetas, como también quedó claro cuando el arbitraje del belga Lawrence Visser decidió desnivelar al Lazio - Real Sociedad expulsando a Aihen antes de la media hora de juego con dos faltas que a esos otros equipos que todos tenemos en mente jamás se las sacarían. ¿Eran justas con el reglamento en la mano? Igual sí, aunque ahora sea francamente difícil saber qué es cada cosa según un manoseado reglamento que ya no aclara nada, pero el problema está en el agravio comparativo. Y ahí los arbitrajes europeos conectan con los españoles, que son expertos en esa injusta aplicación de las normas, algo que han convertido en un arte que incluso retuerce las voluntades de los propios aficionados de los equipos que en realidad han sido perjudicados.

Un ejemplo claro. O, mejor dicho, dos. Las expulsiones de Zubeldia en el Benito Villamarín y de Aritz en Montjuic contra Betis y Barcelona respectivamente fueron muy parecidas, aunque el propio Imanol quiso diferenciarlas. Dos faltas en el centro del campo cometidas por un supuesto último defensor a cuarenta metros de la portería de Remito. Ambas fueron sancionadas con roja directa. Ni VAR, ni nada. Si se buscan hay muchas jugadas idénticas juzgadas con distinto rasero, pero el culmen de este disparate fue ver en un Barcelona - Real Madrid, cómo no, una falta de un último defensor, no a cuarenta metros de la portería sino en el mismo borde del área, que se castigó con tarjeta amarilla. Por mucho que quieran negarlo, no se pita igual a equipos de distinta camiseta o con distintos objetivos en la Liga, y eso, se mire como se mire, se llama adulterar la competición.

Podemos pensar en otras muchas jugadas que han rozado el absurdo. La roja a Oyarzabal en una jugada que en vivo fue sancionada con falta del Alavés y que no deja de ser un incidente de juego sin maldad ni intención ahora por lo visto hay que asumirla como algo no solo normal, sino incluso lógico. La mano que, VAR mediante, no se quiso pitar en el área del Celta en su visita a Anoeta, siendo además el partido que sentencia de una manera evidente las opciones de la Real de pelear hasta el final por la Europa League, cuando una igual de accidente se entiende como un penalti clarísimo en su ya intrascendente visita al Bernabéu de la última jornada. O el famoso penalti residual, como lo llaman ahora, que Martínez Munuera pitó a Aramburu sobre Vinicius, cuando tantos otros han dejado de señalarse a favor de la Real. Han sido tantas las situaciones absurdas e injustas que sería imposible recopilarlas todas, y lo que a veces resulta agotador es que, sin análisis, la única vía que parece quedar para alzar la voz sea la ironía en las redes sociales oficiales del club.

Con todo, podemos seguir mirando a situaciones de lo más llamativo. Juntar dos datos como que Kubo ha sido el jugador que más faltas ha recibido con el hecho de que la Real ha sido un equipo que no ha jugado ni un solo minuto en superioridad numérica por expulsión del rival es una llamada a la reflexión evidente. Da la sensación de que con la Real el arbitraje ha sido en general muy quisquilloso a la hora de castigar sus faltas en la presión alta y muy permisivo a la hora de castigar las infracciones sufridas. Si con el evidente bajón en muchas facetas del juego experimentado por el equipo txuri urdin se le elimina una de las armas que sí ha sabido aplicar en distintas fases de la temporada (¿recordamos cómo llegó al gol de la temporada 2023-24 al Inter hoy campeón de Europa y alimentamos la duda de si hoy o en la Liga se hubiera pitado falta...?). el resultado lógicamente supone una piedra más en el camino que la Real no supo culminar con la sexta clasificación consecutiva para competiciones continentales.

Gil Manzano fue uno de los árbitros que se significó, sobre todo con una actuación en Sevilla contra el Betis ya mencionada, pero que incluso hizo que el siempre comedido Imanol levantara la voz. ""i lo ha pitado lo habrá visto claro, aunque creo que lo podía haber revisado, era evitable y teniendo el VAR además. Había muchas ganas de pitarlo, igual que el penalti", dijo tanto de la referida expulsión de Zubeldia como de la pena máxima que le señaló a Aihen, elementos clave para que el Betis ganara aquel día con un claro 3-0 que le permitió al equipo txuri urdin en la tabla y dispararse a un final de Liga extraordinario que le permitió clasificarse para la Europa League e incluso soñar en algún momento con disputar alguna plaza Champions. Cómo debió ver el Comité Técnico de Árbitros estas jugadas para no interponer una denuncia contra Imanol por sus palabras, algo que han hecho con tantos y tantos protagonistas de la Liga que se han quejado en términos parecidos.

¿Se ha quedado la Real fuera de Europa por los arbitraje? No, aunque no hay que olvidar que el claro fuera de juego de Mbappé en una jugada clave para que la Real no mantuviera en el Santiago Bernabéu el 1-3 que le habría llevado a la final de Copa podría haber cambiado la historia de esta temporada de una manera evidente. No, la Real ha sumado muchos deméritos que, sobre todo en la Liga, han hecho que esté muy lejos del nivel que tendría que haber demostrado. Pero tampoco parece razonable escudarse de manera continua en un mal juego o unos escasos resultados para eliminar de la ecuación la influencia del arbitraje, sus enormes desigualdades y su nivel por momentos bajísimo. Ni el propio colectivo arbitral parece estar dispuesto a manejar, con lo cual todo esto se convierte en una queja anual que no sirve para nada, pero es imprescindible que este grito no decaiga. Si el fútbol no encuentra justicia por esta vía, está en serio peligro de convertirse en algo mucho más feo de lo que ha sido siempre. Y urge ponernos ya manos a la obra.

lunes, junio 02, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-25 (6) El silencioso adiós de Olabe

Hay muchos elementos, muchas decisiones, que no han tenido este año la eficacia deseada en el seno de la Real Sociedad, pero quizás la más inexplicable por el fondo y por la forma sea la marcha de Roberto Olabe. Que el director deportivo anunciara en noviembre de 2024 que dejaría su puesto al finalizar la temporada es un movimiento que no se ha explicado convenientemente. De hecho, no se ha explicado de ninguna manera y el propio Olabe se ha acabado marchando sin rendir cuentas del trabajo realizado, ni en la confección de la plantilla, ni en las decisiones tomadas en el mercado de invierno, ni siquiera en aclarar cuál ha sido la función de un director deportivo cuando ya se sabe que no va a tener papel alguno en la creación de la plantilla que está por venir, decisiones de especial calado además por la salida del otro gran pilar deportivo del primer equipo, el entrenador. Una simple carta, más de recuerdos y agradecimientos que de explicaciones, parece algo insuficiente, frío y casi injusto con la intensidad de la labor realizado durante los últimos años.

Como sucede con Imanol, es evidente que de Olabe se puede juzgar la etapa completa con tanto o más sentido que el devenir de la última temporada. En probable que el director deportivo haya tenido más detractores que el técnico desde que dio sus primeros pasos en el primer equipo, pero evaluar su legado implica ir más allá de una temporada de aciertos o errores. Y sí parece evidente que Olabe es parte esencial de un proceso de transformación notable en la Real, proceso que ha llevado a estar en la cumbre durante mucho tiempo y de manera prolongada. Si miramos la procedencia de los fichajes realizados en estos tiempos y la forma en la que se trabajado en ellos hay muchos casos en los que hay que quitarse el sombrero. Ahora todo el mundo ve hasta donde han llegado o puede seguir progresando jugadores como Odegaard, Isak, Kubo o Merino, pero en su momento fueron apuestas arriesgadas que generaron no pocas críticas. Convencer a gente como Monreal o Silva de que culminen aquí sus carreras es algo brillante. La Real se mueve ahora en un mundo distinto al que lo hacía antes de Olabe, no solo por Olabe, pero sería injusto sacarle de esa dimensión.

Precisamente por eso se antoja más complicado asumir que el ya ex director deportivo no haya rendido cuentas de su curso final, máxime cuando quien se queda al mando es su número dos, un Erik Bretos que tiene que hacer frente a unas cuantas patatas calientes, fallos personales en la política que ha seguido la Real en los últimos tiempos de los que, sí, no hay explicaciones. Es evidente que las decisiones estratégicas tomadas en el verano y en el invierno no han dado el resultado buscado. Los fichajes de la Real han estado muy lejos de marcar las diferencias. Y el que ha jugado un rol máss importante durante más tiempo, Aguerd, dio la sensación de ser un movimiento apresurado y casi desesperado antes de que se cerrara el mercado veraniego. Eso habla de un fallo de planificación, pero también, todo hay que decirlo, de un trabajo de seguimiento notable para encontrar una operación rentable de último minuto. Que la dirección deportiva esté así de atenta al mercado es un evidente punto a favor, por mucho que la causa sea una falta de previsión o un exceso de confianza.

No ha sido acertado, en cambio, todo lo que se ha decidido para la delantera. Solo los protagonistas sabrán lo que ha pasado realmente, pero la Real ha vivido toda la temporada sin un delantero centro titular, dándole ese papel en exclusiva a Oyarzabal, dicen los críticos que por cabezonería de Imanol. En el mismo equipo que desde que se acometieron fichajes extranjeros por primera vez se ha depositado esa confianza anotadora en colosos como Aldridge, Kodro o Kovacevic, no parece lógico el fracaso de dos fichajes millonarios consecutivos de perfiles tan diametralmente opuestos como los de Sadiq y Oskarsson, como si no se supiera si su juego tiene encaje o no en el sistema de Imanol. Ambos tienen todavía opciones de redención, más Oskarsson que Sadiq, pero parece que no haya habido la debida comunicación entre la planta noble de Anoeta y el banquillo para cubrir esa posición. Incluso sacar de la ecuación a los dos potrillos que podrían haber supuesto un alivio en la carga de minutos, Karrikaburu en verano y Magunazelaia en invierno, no parece la mejor de las decisiones cuando la Real iba a afrontar esa temida etapa de 19 partidos con dos o tres días de descanso. ¿Por qué se hizo así? No lo sabemos, no se ha explicado.

Ese es solo un ejemplo de cómo ha transcurrido la temporada, en la que han entrado y salido futbolistas sin que entendamos las razones, sencillamente porque no se han dado desde donde parecía lógico y necesario. La Real, aunque no fuera cierto, que eso lo tendrán que decir quienes hayan vivido la historia desde dentro, se ha presentado en cierta manera como un barco a la deriva en el que no había consonancia entre los comandantes y donde Imanol se enfrentaba al juicio mediático y social en solitario, abandonado en ocasiones a su suerte y viéndose obligado a lanzar mensajes que han generado todavía más polémica y desasosiego donde antes había paz y una sensación de mucha más unidad, aunque también pudiera ser ficticia si es cierto que en su momento Olabe habría apostado por dar el equipo al hoy ya entrenador del Real Madrid, Xabi Alonso.

Son demasiadas las incógnitas con las que acaba una etapa que, como la de Imanol y de su mano, se tiene que considerar exitosa. Obviamente, no todos los fichajes han dado lo que Olabe, o cualquier aficionado, podía esperar. Nunca se acierta siempre y pensar lo contrario no es que sea utópico, que también, es sencillamente situarse fuera de la realidad. Olabe también se ha colocado ahí por la forma en la que ha puesto un triste y silencioso punto final a este viaje. Es la hora de Bretos y todo lo que se dice de él es tremendamente positivo. No va a tener un trabajo fácil, pero la menor decisión que podría tomar es la que le lleve a aprender de los errores. No es los fichajes, no en los nombres, sino en la forma de entender lo que tiene que ser la Real y lo que necesitan sus aficionados. Casi nada.