viernes, mayo 30, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-25 (5) Imanol, legado intachable en una despedida triste

Cuesta creer que Imanol Alguacil ya haya dejado de ejercer su trabajo como entrenador de la Real Sociedad. Cuesta porque su nombre estaba asociado a los triunfos más recientes del equipo, a las cinco clasificaciones europeas consecutivas y a la Copa lograda en la final de finales. Cuesta porque había dado una estabilidad sin precedentes desde que John Toshack siempre parecía estar dispuesto a rescatar al equipo. Pero cueste más o menos, la era Imanol ha llegado a su fin. Él mismo, en su preciosa despedida en Anoeta, dejó claro que se va porque ha dejado de ganar lo suficiente para seguir en el cargo. Le honra ese reconocimiento de que la temporada no ha sido la que él esperaba, por mucha polvareda en redes sociales que levantara en su momento el uso que hizo de la palabra "temporadón" para evaluar el rendimiento de los suyos. El temporadón es a nivel de implicación, de sufrimiento y de entrega, obviamente no de resultados. Y seguramente los resultados no han llegado porque a Imanol le ha faltado aquello que mejor hizo en todas las temporadas anteriores, encontrar la mejor versión de sus jugadores y hacer con eso un colectivo admirable, al principio más vistoso y después más rocoso, cogiendo primero lo mejor de una Real propia de Toshack y asimilando después la fortaleza defensiva que caracterizaba al aguerrido grupo de Ormaetxea. Pero eso está temporada ha saltado por los aires y el de Orio no ha logrado encontrar el camino correcto para solventarlo.

¿Que deberíamos juzgar en Imanol? ¿Su trayectoria, el legado que dejado en el club después de un lustro, o la temporada recién finalizada? ¿El discurso de una rueda de prensa de abril o mayo o el que ha implantado como parte del ADN de su Real durante el tiempo que se ha sentado en su banquillo? Quizás el debate más trascendente esté justo ahí, aunque por lo general nos resistamos a enfocarlo de esa manera. ¿Tiene lógica basar el adiós de un entrenador de la Real en un mal año, el último, de un ciclo de seis? ¿Entendemos por tanto que el fútbol es una ciencia lineal en la que una curva a la baja es imposible de remontar? ¿Hay tanta seguridad en las voces que entienden el cese de Imanol como algo necesario como para saber que el próximo curso, con las novedades que correspondan, habrían prolongado esa caída manteniendo al mismo entrenador? Haya más o menos resquemor en este momento hacia Imanol, se puede admitir el debate como lícito e incluso como necesario. No es tan fácil encontrar un entrenador capaz de llegar a un ciclo ganador y de mantenerlo durante tanto tiempo como para prescindir de él a la ligera. El tiempo, desde luego, dará y quitará razones a quienes defienden ambas posturas, que al final dependen de la Estrategia global del club.

Es indudable que el legado de Imanol es intocable. El de Orio ha dado al club una dimensión inesperada cuando aterrizó en su banquillo. Pocos, casi nadie, veían en el un técnico a largo plazo cuando se sentó por primera vez en el banquillo del primer equipo, en Ipurua en el primer y breve tramo, que venía a confirmar esa teoría cuando volvió al Sanse, y en el Santiago Bernabéu después, en el arranque de sus exitosos seis años y medio. De su mano, la Real ha sido un equipo siempre de la mitad alta de la tabla. Siempre. Incluso hubo algunos lunes que amanecimos con un periódico que ponía al equipo txuri urdin como primero en la clasificación. La pandemia cortó su período de mayor esplendor, de juego y de resultados, pero no impidió que el equipo se coronara en la final más inolvidable de todas, una en la que el rival fichó a un entrenador que nunca perdía con la Real con el firme propósito de ganar el partido de sus vidas y que sucumbió ante las artes tácticas de un Imanol que hizo que sus jugadores llevaran el partido hacia donde querían. Luchar siempre por Europa, jugar cada partido para ganarlo, sumar buenos resultados en ir creciendo en un gen competitivo que siempre salía en los finales de cada temporada, aunque se echará en falta, por unas razones o por otras, en el momento decisivo de las competiciones europeas.

Pero si el legado es innegable, también lo es que su despedida ha dejado un peor sabor de boca. Quién sabe lo que podría haber sido de haber logrado el merecido premio de la final de Copa o si hubiera podido competir en igualdad de condiciones en la eliminatoria que puso fin al sueño europeo, pero a Imanol le ha pasado factura justo eso. La Real se le cayó en muchos momentos, pero sobre todo en ese tramo final en el que siempre resurgía. Sabiendo que no estaba siendo la mejor de las temporadas, el equipo sí llegó a abril en disposición de lograr sus objetivos, pero tras caer en las copas, en la doméstica y en la europea, el equipo bajó los brazos. No en entrega, pero sí física y anímicamente, como si ya hubiera dado todo lo que tenía para este curso. Es lo que más se puede achacar a Imanol, eso que él mismo hace tras las derrotas de asumir la culpabilidad para exonerar a los jugadores, cuando él mismo sabe que muchos puntos han volado por errores que difícilmente se pueden achacar a movimientos tácticos o entrenamientos técnicos.

Sí ha costado entender algunas decisiones, y las explicaciones dadas no han terminado de satisfacer. Si el equipo estaba tan justo en lo físico, ¿por qué el entrenador insistió en decir que no había pedido refuerzos tras despoblar la delantera en el mercado invernal? Si la apuesta por Zubieta ha sido tan contundente en casos como los de Aramburu o Pablo Marín, ¿por qué parecía tan reacio a darle titularidades a Jon Martín cuando la defensa comenzó a ver sus fisuras? Si Oyarzabal era su opción preferente en la punta de ataque, ¿por qué se acometió una inversión tan fuerte en un delantero extranjero que no iba a venir con la etiqueta de titular? ¿Por qué jugadores como Turrientes u Olasagasti han parecido estar fuera de la dinámica durante tramos bastantes largos con un Zubimendi sobreexplotado? Hay, evidentemente, decisiones en todas estas cuestiones en las que la dirección deportiva también tiene mucho que decir, pero con temas que desgastan la figura del entrenador, que al final es el único que ha dado la cara públicamente.

Se ha popularizado el mantra de que Imanol se ha comportado con inmovilismo en lo táctico, y no es del todo cierto. Es verdad que sus cambios, en los que ha insistido siempre en mantener un sistema base, han eliminado el factor sorpresa del equipo en las segundas partes y es complicado no relacionar eso con el hecho de que el equipo no ha remontado ni un solo partido esta temporada. Que ponerse por debajo en el marcador sea un síntoma evidente de que el equipo ya no va a ganar es algo que merma mucho. Y no, Imanol no ha sabido tampoco dar al equipo los revulsivos que necesitaba para romper esas marcas. Pero sería injusto no apreciar que el técnico sí cambia. Detalles, formas de defender, impulsos por las bandas, extremos que buscan cosas diferentes en función del rival. ¿Ha funcionado? Muchos días no, y eso, obvio, forma parte del trabajo del responsable del equipo, pero su labor ha sido menos inmovilista de lo que se ha venido a decir, aunque este año ha explotado menos la diversidad de dibujos visibles que sí se apreció en otras temporadas.

Imanol es consciente de lo que ha conseguido en la Real, también de lo que se le ha escapado este año. Si no, probablemente habría firmado la oferta de renovación que el club le puso sobre la mesa muchos meses atrás. No parece que haya sido un acierto dilatar la decisión de su continuidad hasta el tramo final del campeonato, aunque no puede ser tan perjudicial en un equipo profesional, que ha de estar preparado para cualquier contingencia. Puede que nunca sepamos buena parte de la intrahistoria de este proceso que separa los caminos de Imanol y la Real, pero esa sensación de que nos falta información es inevitable. Si esto fuera un examen, sería difícil que Imanol llegara al aprobado en este curso, pero no parece que su trabajo sea lo único que ha conducido a que los resultados no hayan sido los satisfactorios en el grupo. Mucha suerte allá donde vayas, patrón, Anoeta supo despedir de la manera correcta a un entrenador que ha escuchado mucho ruido en redes sociales, pero que siempre ha tenido el apoyo del público donde tiene que tenerlo, en las gradas.

jueves, mayo 29, 2025

RESUMEN LA TEMPORADA 2024-25 (4) Los jugadores

1. Remiro (7)
Partidos jugados: 49. Titular: 49. Minutos: 4.440.
Amarillas: -.
Es prácticamente indiscutible que la línea mejor protegida del equipo ha sido la portería. No ha sido la mejor temporada de Remiro, pero no hay que olvidar que al final de la primera vuelta estaba en los puestos de cabeza del Trofeo Zamora. El estado general del juego de la Real ha hecho que su desempeño con los pies luzca menos y falle más. Ha hecho grandes paradas, algunas de las mejores de su carrera y ha encajado algunos goles evitables. Es un gran portero.

2. Odriozola (1)
Partidos jugados: 8. Titular: 5. Minutos: 418.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 4.
Odrizola ha tocado fondo y ahora mismo solo él sabe si está en condiciones de volver a sentirse futbolista. Ha estado fuera del equipo la mitad de la temporada y ha jugado menos en su posición que un compañero que tuvo una grave lesión de rodilla, eso lo dice todo. Solo ha jugado dos partidos de Liga. Cuando ha pisado el verde, lo ha hecho de manera intrascendente, sin influencia real en el juego, lejísimos de aquel chaval que deslumbró en su debut y que llamó la atención del Real Madrid.
 
3. Aihen (5)
Partidos jugados: 35. Titular: 25. Minutos: 2.165.
Goles: 0. Asistencias: 2. Amarillas: 7. Doble amarilla: 1.
Puede haber sido la peor temporada de Aihen en el primer equipo, otro síntoma del bajón generalizado del grupo. Le ha costado mucho más de lo habitual en defensa y en ataque se ha prodigado menos de lo que le habría gustado. Y ha protagonizado momentos de los que señalan, como su expulsión en Roma. Con todo, y aunque llegó en verano otro lateral izquierdo llamó a jugar por delante de él, no perdió la etiqueta de titular.

4. Zubimendi (6)
Partidos jugados: 48. Titular: 44. Minutos: 3.955.
Goles: 2. Asistencias: 2. Amarillas: 11.
Si la Real no ha jugado como sabe, hay que encontrar una clara explicación en lo que ha sufrido Zubimendi, quizá quien más ha notado no tener a Merino a su lado. Ha llegado fundido al final de la temporada, sin que Imanol supiera encontrar un recambio de garantías en su posición. Su aportación ha sido menor en todos los aspectos del juego y se le ha notado muy desesperado en algunos momentos de la temporada. Sin despedirse sobre el campo, renuncia a ser leyenda en la Real.

5. Zubeldia (4)
Partidos jugados: 41. Titular: 40. Minutos: 3.400.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 9. Roja directa: 1.
Escasísima su temporada. Si Zubimendi ha añorado a Merino, qué decir de lo que ha pasado con Zubeldia tras la salida de Le Normand, y eso que ha jugado junto a un jugador solvente como Aguerd. Fallón en todos los sentidos, no ha sido tan contundente en el corte, no ha mandado como lo venía haciendo, no ha sido capaz de ser el líder que fue en otras campañas y, además, ni siquiera ha visto puerta. Mala temporada en todos los sentidos.

6. Aritz (5)
Partidos jugados: 35. Titular: 24. Minutos: 2.267.
Goles: 0 Asistencias: 1. Amarillas: 4.
Que jugara menos de la tercera parte de los partidos que ha sumado en 2024, habla de cómo ha cambiado el papel de Aritz esta temporada. Partía como el cuarto central y el tercer lateral derecho, y sin embargo ha jugado más de lo que se esperaba. Su nivel, bastante correcto, aunque lejísimos de sus picos en el primer equipo, logrados ya hace unos años. Es uno de esos jugadores de club que nunca sobra, pero con él en el campo los resultados no han sido los mejores.

7. Barrenetxea (6)
Partidos jugados: 47. Titular: 24. Minutos: 2.123.
Goles: 8. Asistencias: 6. Amarillas: 7.
No se puede obviar que, con solo 65 minutos más que en la anterior temporada, Barrene ha sumado tres goles y cuatro asistencias más que la pasada campaña. Pero tampoco se puede eludir que no ha jugado ni un solo partido completo en el curso. Esos dos aspectos resumen bien su aportación, jugador importante cuando está, pero que no puede estar demasiado tiempo en el campo (su media de minutos por partido es solo de 45). Son muchos años esperando, pero tiene calidad para despuntar más.

8. Zakharyan (-)
Partidos jugados: 4. Titular: 1. Minutos: 78.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 0.
Temporada prácticamente en blanco para el jugador ruso, que solo puso asomarse a cuatro partidos, y sin embargo dejó motivos para la esperanza en la primera mitad que jugó ante el Leganés, en la que anotó un gol, y con la asistencia que dio a Oskarsson en su efímera aparición en la Europa League ante el Midtylland. Con la oportunidad que le brindó la salida de Merino para asumir su rol y la mala suerte que ha tenido con las lesiones. La próxima temporada tiene que ser la suya.

9. Oskarsson (4)
Partidos jugados: 37. Titular: 14. Minutos: 1.456.
Goles: 7. Asistencias: 0. Amarillas: 2.
Un misterio todavía por desentrañar el de Oskarsson. Ha jugado mucho menos de lo que cabe esperar de un fichaje millonario porque Imanol no ha sabido darle confianza. Jugando de 9 puro, su puesto, ha demostrado ser un killer de área que sabe embocar de primeras, pero es verdad que no se le ha visto mucho más, ni crearse goles ni ayudar en demasía fuera del área. Apenas tres goles en Liga, solo vio puerta en dos partidos y en casi 1.000 minutos, parece un bagaje escaso.

10. Oyarzabal (7)
Partidos jugados: 53. Titular: 42. Minutos: 3.447.
Goles: 18. Asistencias: 8. Amarillas: 8.
Todos sabemos que no ha sido la mejor temporada de Oyarzabal, que sigue sin recuperar la mejor versión de antes de su grave lesión y que el debate sobre su posición de 9 tampoco le ha beneficiado. Y sin embargo, ha batido su récord goleador, ha hecho 18 goles (aunque ocho de ellos de penalti) y se ha convertido en el jugador de la Real que más partidos ha disputado en una temporada. Es un capitán extraordinario y, juegue bien o mal, su presencia parece imprescindible.

11. Becker (5)
Partidos jugados: 36. Titular: 17. Minutos: 1.607.
Goles: 3. Asistencias: 3. Amarillas: 1.
Sensaciones encontradas. Lejos, lejísimos de ser un jugador titular o parecerlo, es cierto que es de los pocos que mete centros desde la banda y su conexión con Oskarsson parecía positiva. Pero sus números, al final, son bastante escasos. Protagonista del gran triunfo del año, el que se logró ante el Barcelona en Anoeta. Claro papel decreciente, en los dos últimos meses de competición, entre lesiones y retrasos en su incorporación, solo ha sumado 22 minutos. Su futuro, una incógnita.

12. Javi López (3)
Partidos jugados: 38. Titular: 25. Minutos: 2.420.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 5.
Muy decepcionante la temporada de Javi López, el enésimo lateral izquierdo que viene para sentar a Aihen Muñoz y no lo consigue. No se le ha visto fino ni en defensa ni en ataque, y no parece que el problema sea la falta de implicación porque se le ha visto sufrir de lo lindo sobre el césped. Se esperaba un avión en ataque y no ha sumado goles ni asistencias. Atrás, muy inseguro, aunque con algunas luces. Hay que confiar en ver al Javi López del Alavés y que el año de rodaje le ayude de cara al próximo año.

13. Marrero (7)
Partidos jugados: 8.Titular: 8. Minutos: 750.
Amarillas: 0.
Si hemos dicho que la portería ha sido la línea mejor cubierta no ha sido solo por Remiro. Cada aparición de Marrero ha sido brillante y, lo más importante, ha demostrado que se puede confiar en él y que sus minutos no han sido un regalo. Acabar la temporada con el partido que hizo en el Bernabéu, incluso parando un penalti a Mbappé que el francés marcó en el rechace, es una muestra de que hay portero de garantías en Unai.

14. Kubo (6)
Partidos jugados: 52. Titular: 40. Minutos: 3.491.
Goles: 7.  Asistencias: 4. Amarillas: 6.
Un jugador de su talla, que solo ha dejado de jugar cinco partidos en todo el curso, tiene que aspirar a más. Le han cosido a faltas, le han pitado pocas y ha provocado menos tarjetas de las lógicas, pero un gol en toda la segunda vuelta y otro en las dos eliminatorias de Europa League es un bagaje insuficiente. Si continúa en la Real, y no tendría por qué no hacerlo, debe recuperar galones de estrella. En muchos tramos ha dado la sensación de hacer la guerra por su cuenta, pero tiene calidad para aburrir.

15. González de Zárate (5)
Partidos jugados: 4. Titular: 4. Minutos: 303.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Ha tenido que salir cedido al Espanyol para demostrar que es un jugador con posibilidades. Ha sido muy importante para la salvación del equipo. Imanol no dio con la tecla, no le dio la confianza necesaria, no le dio minutos y no pensó en él como uno de los encargados de liberar a Zubimendi de la barbaridad de minutos y partidos que ha tenido que asumir, cuando seguramente era uno de los llamados a cumplir ese rol. Si este sale, está ante una oportunidad de oro.

16. Olasagasti (5)
Partidos jugados: 34. Titular: 14. Minutos: 1.428.
Goles: 2. Asistencias: 2. Amarillas: 5.
Prácticamente invisible en la primera mitad del curso, en la que solo fue titular en la Copa y ante rivales de menor entidad, le dio la vuelta a su situación con trabajo, ganándose la renovación cuando parecía que apuntaba a dejar la Real en junio. Con sus escasos números ofensivos, colaboró en dos victorias ligueras y el pase a a cuartos de la Copa en el tramo en el que mejor impresión dejó. Debe asumir más protagonismo y mirar más a puerta. Cuanto más adelantado en el centro del campo, mejor.

17. Sergio Gómez (5)
Partidos jugados: 49. Titular: 35. Minutos: 3.301.
Goles: 5. Asistencias: 7. Amarillas: 4.
Cuesta valorar de manera negativa a un jugador que, en un equipo con tan poco gol, ha hecho cinco tantos y ha dado siete asistencias, pero es cierto que a Sergio le ha pesado su propia versatilidad. Comenzó la temporada a gran nivel, siendo incluso el mejor jugador del equipo, pero después se ha desdibujado un poco, sin saber exactamente en qué posición podría ser titular indiscutible. Jugador muy válido para el balón parado, hay que rentabilizar mucho más su clase.

18. Traoré (5)
Partidos jugados: 13. Titular: 9. Minutos: 759.
Goles: 0. Asistencias: 1 Amarillas: 2.
Impresiona que un jugador veterano se rompa el cruzado a mediados de septiembre y a comienzos de marzo esté ya a disposición del entrenador. Es un líder dentro del vestuario y tiene mucho carisma, pero es verdad que no ha recuperado el nivel que es capaz de dar y eso se notó, por ejemplo, en la semifinal de Copa. Renovado por un año, tiene que servir de apoyo para que se asienten los laterales jóvenes del primer equipo y del Sanse.

19. Sadiq (2)
Partidos jugados: 36. Titular: 15.  Minutos: 503.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 1.
Un absoluto expediente X. ¿Dónde está el jugador que fichó la Real y que no tardó más que unos minutos en hacer su primer gol con la Real ante todo un Atlético de Madrid? En Donostia, desde luego, no. En Valencia sí le han visto marcar unos goles en la cesión con la que la Real trató de sacarle partido. Lo ha hecho en lo económico, pero la patata caliente sigue ahí. ¿Es un delantero válido para la Real ahora que Imanol se ha ido? Sergio Francisco y Bretos dirán.

20. Pacheco (4)
Partidos jugados: 22. Titular: 16. Minutos: 1.440.
Goles: 1. Asistencias: 1. Amarillas: 4.
Paso atrás importante, y ojalá no sea de los que rompen la confianza del propio jugador. La salida de Le Normand le abría las puertas de la titularidad y cuando se vio en el once la Real trajo a Aguerd. Al final Imanol pareció confiar más para un puesto de central tanto en Aritz como en Jon Martín antes que en Pacheco, que solo ha jugado en el tramo final cuando no ha quedado más remedio. Curiosamente, suyo fue el único gol de un central, ante el Maccabi.

21. Aguerd (6)
Partidos jugados: 36. Titular: 34. Minutos: 2.928.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 7.
Durante la primera mitad de la temporada, un central espléndido que sobresalía en todo y que, además, entró muy bien en la forma de sacar el balón desde atrás de los equipos de Imanol. Se convirtió en un auténtico líder. En la segunda mitad, sin embargo, su nivel bajó, cometió algunos errores importantes y las lesiones acabaron por sacarle por completo del once en los dos últimos meses de competición. Forzó para jugar la Copa en el Bernabéu y lo pagó.

22. Turrientes (5)
Partidos jugados: 31. Titular: 15. Minutos: 1.422.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 4.
Turrientes comenzó la temporada siendo importante, continuando el papel de relevancia que ocupó en el tramo final de la pasada campaña, pero poco a poco Imanol perdió la confianza en él, hasta el punto de quedarse fuera de algunas convocatorias en el segundo cuarto de la temporada. Cuando ha jugado, ha cumplido, pero sin alardes, sin hacer que nos preguntemos por qué no jugaba salvo por la necesidad de dar descanso a Zubimendi. Necesita más confianza y, sobre todo, volver a dar un paso adelante. 

23. Brais Méndez (6)
Partidos jugados: 44. Titular: 33. Minutos: 2.714.
Goles: 8. Asistencias: 5. Amarillas: 6.
El juicio sobre Brais es terriblemente parecido al que se puede emitir sobre Oyarzabal o Barrenetxea. ¿Ha sido su mejor temporada en la Real? No, es evidente que no. ¿Pero sus números? Más que decentes. Ocho goles y cinco asistencias en el caso del gallego, y habiéndose perdido además un mes decisivo. Cuando él ha estado bien, la Real lo ha notado muy positivamente, pero es cierto que se le ha visto muy lejos de su mejor nivel, como a casi todos,

24. Sucic (6)
Partidos jugados: 40. Titular: 29. Minutos: 2.488.
Goles: 3. Asistencias: 2. Amarillas: 5.
Temporada irregular la del croata, que ha demostrado tener mucha calidad, pero también una frialdad que le aleja de la intensidad que necesitan los partidos. De menos a más, hasta que se aclimató a la Liga y a la Real, y de más a menos, perdiendo protagonismo en el tramo final de la temporada. Unos cuantos palos impidieron que sus números fueron mejores, su golazo al Atlético y la asistencia a Becker contra el Barcelona fueron sus momentos de mayor influencia.

25. Magunazelaia (5)
Partidos jugados: 5. Titular: 2. Minutos: 191
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 1.
Presencia testimonial la de un Magunazelaia al que honra la voluntad de quedarse en la Real para buscar unos minutos que no obtuvo. Su única contribución de la temporada fue servir de desahogo a los titulares en las dos primeras eliminatorias de Copa, marcando además un gol en la goleada al Jove Español, antes de salir cedido al Córdoba sin demasiado éxito. En tierras andaluzas no ha marcado y apenas ha jugado una media de 26 minutos por partido. Su futuro en la Real no parece nada despejado, aunque habrá que ver qué deciden Sergio Francisco y Bretos.

28. Marín (6)
Partidos jugados: 38. Titular: 23. Minutos: 2.161.
Goles: 2. Asistencias: 4. Amarillas: 4.
No se le puede pedir más. Después de un año en blanco en la élite tras haber debutado en el primer equipo, con trabajo y tesón se ha hecho un hueco hasta el punto de que Imanol le ha dado la titularidad en los tres últimos meses. Dos goles, uno en Europa y otro en Liga, adornan sus estadísticas, y fue uno de los destacados en la casi hazaña del Bernabéu. No será un prodigio de clase, pero desde luego su entrega es un valor a respetar y valorar.

28. Goti (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 23.
Goles: 1. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Sorprende que Goti no haya tenido más oportunidades esta temporada en el primer equipo más que su testimonial debut en Copa ante el Jove Español, debut por cierto con gol, viendo los problemas ofensivos que ha tenido Imanol durante todo el curso. Convocado ante el Mallorca en Liga, no llegó a jugar. Con 13 goles y cuatro asistencias en el Sanse, en solo 31 partidos además, podría haber sido un jugador muy válido en las rotaciones.

31. Martín (6)
Partidos jugados: 17. Titular: 9. Minutos: 1.245.
Goles: 0. Asistencias: 1. Amarillas: 0.
Viendo el resultado que ha dado Martín cuando ha jugado, es difícil entender que Imanol no haya tirado más de él, sobre todo cuando más fácil parecía hacer gol a la Real. Quizá en el futuro lo entendamos como un aprendizaje necesario, que es como él mismo lo ha visto, en declaraciones sensatas e inteligentes, casi impropias de un chaval de su edad. Le faltan cosas en lo técnico, aunque se le ven maneras y hechuras de gran central, pero por arriba es un coloso insuperable.

33. Balda (5)
Partidos jugados: 2. Titular: 2. Minutos: 91.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Cuando se habla del daño que hacen los arbitrajes, el caso de Balda es formidable para explicarlo. La facilidad con la que un colegiado saca tarjeta a un jugador con dorsal del filial a la espalda le cercenó su primera gran oportunidad, ante el Midtjylland, cuando Imanol le tuvo que retirar antes de la media hora para no ser expulsado como Aihen en Roma. En el rato que jugó aquí y en Copa ante el Jove, su debut, dejó buenas sensaciones. No lo tiene fácil con Javi López y Aihen en el primer equipo.

34. Rupérez (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 6.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Es inevitable ver la renovación de Traoré, además de como un premio a su entrega, como una salvaguarda mientras Rupérez termina de hacerse. Es uno de los destacados del Sanse en una muy buena temporada. Sus escasos minutos ante el Jove suponen un premio y también un aviso: está llegando. Con mucha competencia, tiene ahora mismo tres laterales derechos en el primer equipo, pero seguro que tendrá oportunidades.

37. Beitia (-)
Partidos jugados: 2. Titular: 1. Minutos: 91.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Beitia es el otro jugador que hizo del partido ante el Jove Español el mayor campo de pruebas de cantera que ha empleado Imanol esta temporada. Aquel día jugó en el centro de la zaga junto a Pacheco y no sufrió nada, como es lógico. En Liga, apenas siete minutos testimoniales ante el Leganés. No parece la posición de central la más sencilla para evolucionar ahora mismo en este equipo, pero teniendo a Sergio Francisco al mando puede tener su oportunidad.

40. Mariezkurrena (6)
Partidos jugados: 12. Titular: 1. Minutos: 310.
Goles: 2. Asistencias: 0. Amarillas: 1.
Es imposible rentabilizar mejor los primeros minutos en la élite. Mariezkurrena se asomó, como casi todos los debutantes este año, en el partido de Copa contra el Jove Español, pero en el tramo final de la temporada tuvo unas interesantes presencias y anotó dos goles que sirvieron para sumar cuatro puntos, el empate en Vallecas y la victoria ante el Girona. Le queda mucho recorrido, pero ilusiona el empuje con el que se ha colado en el primer equipo.

43. Díaz (-)
Partidos jugados: 1. Titular: 0. Minutos: 9.
Goles: 0. Asistencias: 0. Amarillas: 0.
Con 18 años, Dani Díaz ya se ha asomado al primer equipo. Lo ha hecho solo para debutar, unos escasos minutos ante el Valladolid, pero se habla muy bien del chaval en el entorno txuri urdin. Fue recibido en Anoeta con una sonora ovación que será inolvidable para este jugador cántabro. Tiene más fuerza de lo que parece al ver su estatura y no parece arredrarse ante nadie por ello. Hay muchas ganas de verle con los mayores.

miércoles, mayo 28, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-2025 (3) Una Copa de orgullo

Con todo lo que complicado que es evaluar la temporada de la Real Sociedad, la Copa del Rey se convirtió en la mejor manera de entender lo que sucedido en este curso 2024-25. Mucho sufrimiento, sí, buena parte del mismo innecesario y, a la vez, actuaciones contadas de un equipo capaz de dar la cara en las grandes ocasiones. Si esto último se hubiera dado con más frecuencia en la temporada, seguramente el resultado del curso habría sido distinto, pero es cierto que el Santiago Bernabéu, en el último partido de la competición del KO, fue el único escenario que vio con claridad a una Real que creía en sus posibilidades, incluso aunque nadie fuera del vestuario tuviera esa confianza.

La Real alcanzó las semifinales de Copa. Entender eso como un mal resultado es un juicio bastante injusto con el equipo. Cierto es que prolonga la frustración de la temporada 2023-24, donde también se alcanzó la última ronda eliminatoria, y eso hace que la afición haya rozado con los dedos vivir esa final con público que tanto merece una hinchada como la txuri urdin y que nos fue esquiva en 2020 y 2021, cuando se logró el título ante el Athletic. Las sensaciones, no obstante, no fueron las mismas, porque hace un año con el Mallorca como rival la expectativa de pasar era evidente y hasta lógica, mientras que con el Real Madrid nunca se puede plantear un triunfo como algo fácil.

Es indudable que la Copa ha cambiado para la Real en la era Imanol, pese a quien pese. Dos semifinales y una final en un plazo de seis años es algo que no solo no es frecuente en la historia del club. Quizá lo más parecido puedan ser las dos finales consecutivas de 1987 y 1988, aunque flanqueadas por eliminaciones anterior y posterior ante equipos de Segunda, Oviedo y Deportivo; o las dos semifinales consecutivas de las temporadas 1982-83 y 1983-84, aunque el precedente eran los octavos ante el Sevilla y la continuación esa misma ronda ante el Athletic. Imanol ha transformado la Copa del calvario que vivió el club desde 1993 hasta que alcanzó las semifinales con Jagoba Arrasate en la campaña 2013-14 en una oportunidad, casi una exigencia, de pelear por lo más alto.

Cierto es que el recorrido de esta temporada ha sido mucho más sufrido de lo necesario. En primera ronda no, porque se superó al Jove Español por un claro 0-5 que además se logró por la vía rápida, con cuatro goles antes del descanso y con un equipo inicial plagado de suplentes y con tres jugadores con número del filial, pero sí en la segunda, donde hizo falta una prórroga para superar al Conquense. Eso sí, la agonía no fue demasiado dura puesto que el gol de Brais Méndez que dio la clasificación con ese exiguo 0-1 se logró en el minuto 92. La Real disfrutó de una eliminatoria más ante un equipo de inferior categoría, en este caso la Ponferradina, a la que se ganó 0-2, sí, pero con dos goles, de Oyarzabal y de nuevo Brais, que llegaron en la segunda mitad.

A partir de ahí, el equipo txuri urdin sí jugó una Copa notable. En octavos, a partido único, la Real superó con solvencia, buen juego y los goles que se esperaban, a un Rayo Vallecano que, no lo olvidemos, en Liga quedó por encima del equipo de Imanol. Oyarzabal marcó un gol de 9 tras pase de la muerte de Kubo para certificar la superioridad y Olasagasti, con un buen gol desde fuera del área y en el descuento, parecía alumbrar una eliminatoria sencilla. Pero el árbitro, Hernández Maeso, el mismo que no quiso señalar un claro empujón a Kubo dentro del área, sí quiso pitar el enésimo penaltito en contra de la Real, en este caso por infracción de Zubeldia. Trejo lo marcó y dio la emoción justa, hasta que Sergio Gómez selló la clasificación en el minuto 79, con una falta muy lejana que nadie acertó a rematar y que se coló directamente en la portería rayista, en la misma jugada en que los visitantes, además, se quedaron con diez jugadores por un claro plantillazo de Espino sobre Oyarzabal.

En cuartos de final, el rival fue Osasuna, y de nuevo sonrió la suerte en el sorteo, jugándose ese partido único otra vez en Anoeta. El partido se jugó pocos días después de que ambos equipos se vieran en El Sadar, y entonces ganó Osasuna por 2-1, pero en la Copa la historia fue bien distinta. La Real jugó una muy buena primera parte, que fue cuando sentenció la eliminatoria. Barrenetxea marcó uno de los mejores goles de la temporada tras una gran asistencia de Oyarzabal batallando en el área. Poco después, un error de Sergio que permitió a Marín robar el balón en la presión alta de la Real lo convirtió Brais, tras asistencia de Oyarzabal, en el 2-0 que acabó resultando definitivo. Aunque quedaban 60 minutos, la Real minimizó la capacidad de reacción de Osasuna, que quedó en poca cosa después de que Brais recibiera una salvaje patada en la espalda por parte de Catena que el árbitro, Melero López, dejó sorprendentemente en manos del VAR. La segunda parte fue un trámite para llegar a las semifinales.

Ahí es cuando se evidenció que, pese a la buena fortuna en sorteos anteriores, esta no era la edición de Copa más propia para llegar lejos. Los otros tres semifinales, Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid. Y tocó el primero de ellos, jugando primero en Anoeta. Ahí es donde, en realidad, se fue la eliminatoria. Sucedió lo que peor le venía la Real, que el Real Madrid se adelantara, en el minuto 19 por medio de Endrick. Fue un duro golpe después de una buena salida del equipo. El gol pareció evitable, por el centro, por la defensa y por un Remiro que no encontró un balón nada esquinado. Aun así, en un mal partido, la Real tuvo opciones de empatar, convirtiendo a Lunin en el mejor jugador visitante. Sufrió el equipo en defensa con las contras del Real Madrid y Remiro también paró lo suyo, pero consiguió dejar la eliminatoria, al menos, con un solo gol de desventaja. En el último instante, un penalti a Kubo levemente revisado pudo haber cambiado las tornas.

La vuelta fue un partido del que sentirse orgullosos, sí, a pesar de que también se haya usado esa sensación, manifestada por Imanol, como un motivo más de mofa. La Real estuvo muy cerca de hacer una gesta. Nadie daba un duro por la Real, y sin embargo se adelantó en el marcador con un gol de Barrene. Nadie creía en el equipo cuando el Real Madrid empató a la media hora y, sin embargo, en el minuto 80 tenía un 1-3 a su favor que daba el pase a la final. Nadie pensaba que los de Imanol se levantarían después de que el influjo del Santiago Bernabéu llevara al Real Madrid a empatar a tres en el minuto 86, y sin embargo Oyarzabal logró en el 93 el gol que mandaba la eliminatoria a la prórroga. Pero la Real, que siempre dio la impresión de estar haciendo un esfuerzo que estaba por encima de sus posibilidades en ese momento de la temporada, y las razones se habrán analizado de puertas hacia dentro, acabó sucumbiendo en la prórroga.

La Real cayó con honor en un escenario en el que ha sido goleada tantas veces y en el que un 4-4 no le valía para superar la ronda. Ahí se fue la eliminatoria. Ahí y, en la facilidad con la que el Real Madrid supo llevar al partido al empate a tres que provocó la heroica y tener que jugar media hora más sin gasolina en el depósito. Del honor no se come, cierto y nadie se acuerda de quien ni siquiera llega a la final, pero es indudable que la Copa en la Real de Imanol se ha encarado siempre con la intención de levantar el trofeo. Y no, no hay muchos precedentes de que este club jugara la Copa de esta manera. Veremos si el legado se mantiene.

martes, mayo 27, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-2025 (2) Un atraco para reforzar la herida europea

La Real y Europa viven un continuo desencuentro, que duele más precisamente por lo habituados que nos ha dejado Imanol en su etapa en el equipo a viajar por el Viejo Continente. No será esta temporada 2024-25 una que recordemos con una sonrisa en la cara por lo que ha hecho el conjunto txuri urdin en la remozada Europa League. Al contrario, queda como una oportunidad perdida más y como el recordatorio más doloroso de que la Real está lejos de tener la influencia que le gustaría tener. El resumen más crudo habla de una clasificación para dieciseisavos de final con más penurias de las esperadas, de una eliminatoria superada (sin ser previa) por primera vez desde 1988 y por primera vez en la era Imanol y de una eliminación, se mire por donde se mire, provocada por un árbitro prevaricador que cedió al poder del Manchester United en lugar de juzgar con ecuanimidad lo que sucedió en Old Trafford.

Quien más, quien menos esperaba que la Real luchara por clasificarse en la fase de grupos como uno de los ocho primeros equipos y así esquivar la eliminatoria de dieciseisavos, y lo cierto es que el equipo de Imanol nunca estuvo cerca de lograrlo y estar cómodo en el desarrollo de este tramo de la Europa League. Es cierto también, y así hay que decirlo, que hay un punto de inflexión claro: el partido en Anoeta ante el Anderlecht. La Real perdió ese segundo partido de la liguilla, el primero en casa, después de lograr un buen empate en Niza, y perdió por la influencia, justificable o no, de la acción de los ultras del equipo belga. Pablo Marín marcó su primer gol con el primer equipo al poco de arrancar el partido, pero antes del descanso el Anderlecht remontó. Eso sucedió mientras la desbocada afición visitante destrozaba la zona habilitado para ellos y lanzaba objetos sobre el anillo inferior de Anoeta con un árbitro al que no le dio la gana detener el juego, a pesar de los requerimientos de unos jugadores realistas que estuvieron en esos minutos más pendientes de la grada que del terreno de juego.

Si la Real hubiera sumado aquel día los tres puntos que se llevó al Anderlecht, habría logrado al final de esta fase un total de 16 puntos, suficientes no solo para estar entre los cuatro primeros, sino incluso para empatar en la quinta posición con el Eintracht alemán. Tras ganar fuera al Maccabi Tel Aviv, en el partido del destierro israelí y sufrir una muy injusta derrota ante el Viktoria Plzen, un resultado que solo se puede interpretar como un accidente, el equipo vivió el mejor momento de la temporada con dos victorias consecutivas en Anoeta, 2-0 ante el Ajax y 3-0 ante el Dinamo de Kiev. En ese punto, a y pesar de las dos derrotas, el equipo de Imanol seguía en disposición de pelar por los ocho primeros puestos, pero el sueño de quitarle dos partidos al recargado calendario murió en Roma.

La Real vivió una media hora infernal en el Olímpico romano, encajando tres goles, que pudieron ser más, y con una expulsión por doble amarilla de Aihen que, siendo aceptable con el reglamento en la mano, resulta inverosímil por su nula aplicación, no ya con los famosos arbitrajes europeos, sino en general en el fútbol actual. El partido le sirvió a la Real para practicar ejercicios de supervivencia ante equipos en superioridad, cierto es que ante una Roma que levantó el pie, y al menos esa parte del partido acabó con un esperanzador 0-1. En el último partido de la fase de grupos, la Real ganó bien al Paok y se garantizó una decimotercera posición envenenada para el sorteo. Si bien su rival en dieciseisavos fue el Midtjylland danés, en octavos solo cabían dos posibilidades, las dos de equipos de la Premier, Manchester United y Totenham, casualidades del fútbol los dos equipos que se clasificaron para la final del torneo, en otra muestra más de que los sorteos europeos tampoco han sido del todo benévolos nunca con la Real.

La eliminatoria con el Midtylland se cerró con un 7-3 global para la Real, una victoria en tierras danesas por 1-2, mucho más corta de los merecimientos de uno y otro equipo, y el partido en Anoeta con un 5-2 que se convirtió en el primer partido europeo jugado en casa en el que el equipo txuri urdin marcaba cinco goles, lo cual lo manda directamente a los libros de historia, pero a la vez muestra de la fragilidad de un conjunto que, con 2-0 a favor en el minuto 18, llegó al descanso con un empate en el marcador que abría un escenario de incertidumbre en la eliminatoria que no se zanjó hasta que en el minuto 69 el equipo danés se quedó con un jugador menos y en el 73 Oyarzabal marcó de penalti el que entonces era el 4-2 del partido. En la quinta participación continental, siempre superando las fases de grupos con cierta brillantez además, Imanol lograba por fin superar una eliminatoria, una en la que en todo caso la Real era clara favorita.

Ese sorteo endiablado al que conducía esta eliminatoria devino en el único resultado posible: un nuevo enfrentamiento contra el Manchester United. La Real no lo encaró con optimismo y, sin embargo, estuvo más que viva hasta el minuto 170 del duelo a doble partido. Lo que el equipo txuri urdin sufrió en Old Trafford fue uno de los mayores escándalos arbitrales de la historia de la Europa League, no sería incluso descabellado hablar del más grande, porque fue el colegiado el que desniveló una eliminatoria que fue bastante pareja. Fue superior durante muchos minutos en Old Trafford en Anoeta, se adelantó en el minuto 57 por medio de Zirkzee y por momentos se temió que, como en la anterior eliminatoria que vivieron ambos equipos en la segunda competición continental, esta quedara sentenciada en el primer partido. Pera la Real tuvo un gol de suerte, VAR mediante, y Kruzliak señaló una mano dentro del área inglesa en un córner, mano que muy poca gente había advertido. Oyarzabal no falló y la Real, con ese 1-1, tuvo incluso ocasiones de darle la vuelta al marcador y viajar a Old Trafford con ventaja.

La consiguió a los diez minutos del partido de vuelta, también de penalti... y también impulsado por el VAR. Benoit Bastien había pitado falta en un ataque en un clamoroso penalti sobre Oyarzabal, y desde la sala del videoarbitraje le corrigieron. En la primera ocasión que pudo, en el minuto 16, pitó un penaltito a Zubeldia, y Bruno Fernandes devolvió la igualada al marcador. El partido se mantuvo tenso hasta que el árbitro lo decidió. Si el primer penalti fue muy, muy discutible, el segundo fue denunciable, una infracción de Aritz que nunca se produjo. Y si la Real tenía esperanzas después del segundo gol de Bruno Fernandes, Bastien expulsó a Aramburu por una jugada en el centro del campo en el minuto 63. El United no conseguía cerrar la eliminatoria y el árbitro quiso darles una oportunidad más, maquinando otro penalti inverosímil. Tanto, que el propio jugador del United acabó diciéndole a Bastien que no había infracción de Traoré. En el 87 Fernandes hizo el tercero y en el 90 Dalot el cuarto, convirtiendo en goleada una noche vergonzosa para el fútbol.

El Manchester United solo perdió un partido en esta Europa League, la final. Seguro que el aficionado txuri urdin lo celebró. Para la Real ya nada importaba, pero para la justicia del fútbol es importante que no haya triunfadores tan manchados como lo estaba el United en esta competición. Al equipo txuri urdin le queda el pírrico consuelo de haber pasado una eliminatoria más allá de la fase de grupos, pírrico porque su rival no era de entidad, y haberse sentido un poco más cerca de competir en grandes momentos, pero el sabor de la desilusión y el dolor de la herida europea siguen muy presentes.

lunes, mayo 26, 2025

RESUMEN DE LA TEMPORADA 2024-25 (1) Una Liga de sufrimiento

Se puede resumir la temporada de la Real de muchas maneras, pero seguramente en todas las que se nos puedan ocurrir hay una palabra que se repetirá: sufrimiento. El curso ha sido de todo menos placentero. Y eso es noticia en una Real que ha sufrido lo alargada que ha sido su propia sombra. Aunque es verdad que hubo cierta agonía en algunas de las cinco clasificaciones europeas que ha firmado la Real de la mano de Imanol, entonces contamos con la satisfacción del triunfo para mitigar la angustia. En este caso no, y eso se ha notado en el ánimo general con el que se ha desarrollado el curso. Hubo algunas advertencias en el primer tercio del campeonato, cuando Jokin Aperribay habló del nuevo libro o cuando Imanol valoró que el rendimiento óptimo de esta plantilla tardaría en verse dos o tres años, pero ha costado ver la realidad. Y esa realidad es que, después de cinco años, la Real no ha llegado a posiciones europeas, incluso se despidió de cualquier opción dos jornadas antes de acabar la Liga, ya finalizada su participación en las copas. Una valoración ecuánime pasa por decir que el equipo ha dado todo lo que tenía, con la excepción del inexplicable apagón del Metropolitano, pero a la vez la crítica, necesaria, obliga a destacar que lo que tenía el equipo (o lo que el equipo ha mostrado) no era suficiente.

La Real finalizó la Liga en undécima posición, la peor de la era Imanol (en temporadas que él empezó), la única en la que el equipo no no se ha clasificado para la Copa de la UEFA. Hay que retroceder la mirada hasta la campaña 2017-18, con Eusebio como entrenador, para encontrar a la Real en una peor posición, entonces la duodécima. Y las razones han sido múltiples. Habrá quien quiera buscar un culpable concreto, como si se tratara de rellenar una de esas encuestas en redes sociales o algunos medios que buscan fijar las miradas en un único punto, pero la realidad es que todo ha salido mal esta temporada, lo que tenía lógica y lo que no, lo que dependía del club y sus empleados y lo que no. No hay nada de lo vivido desde el mes de agosto de 2024 que se pueda extrapolar a una temporada de éxito. Y si nada rinde al máximo, es muy complicado lograr los objetivos. De esa manera, la Real se ha quedado fuera de Europa en una temporada en la que la Liga garantizó hasta ocho posiciones europeas.

Si miramos a los fríos datos, es imposible lograr cualquier objetivo mínimamente ambicioso cuando se han perdido casi la mitad de los partidos, 18. Por comparar, el Leganés, habiendo perdido 16, se ha ido a Segunda. Es todavía más complejo aspirar a algo grande cuando no se ha marcado un solo gol en la mitad de los encuentros, 19. Y todavía más cuando la cifra total de goles en Liga se queda en unos pírricos 35, ni siquiera una media de uno por partido. Solo dos equipos de Primera han marcado menos: el Getafe, decimotercero, se quedó en 34 y el colista Valladolid ha vuelto a Segunda haciendo solo 26. La mayor racha de puntos seguidos fue de apenas siete, la de victorias solo dos. Anoeta solo vio ocho triunfos, el mismo número de derrotas. Contra los diez primeros clasificados, solo logró el equipo txuri urdin un average a favor, con el Villarreal. Y solo ganó los dos partidos contra uno de los dos equipos descendidos. Muchos números malos que saltan a la vista de cualquiera.

Y sin embargo, la temporada podría haber acabado de otra forma con un tramo final distinto. La Real sumó en la segunda vuelta diez puntos menos que en la primera, 18 por 28, y solo ganó uno de los últimos ocho partidos de Liga, el último que se jugó en Anoeta, contra el Girona y ya sin nada más en juego que brindar a Imanol una despedida decente. Ese nefasto tramo de la competición comenzó cuando la Real había sumado ese récord de siete puntos consecutivos, un meritorio empate a dos en Vallecas que muchos despreciaron (y que viendo la clasificación europea del Rayo parece cobrar más valor) y dos victorias ante el Valladolid en casa y Las Palmas fuera, siete puntos que parecían recuperar la mejor versión de este equipo sin partidos entre semana. Sin embargo, las dos derrotas en casa ante Mallorca y Celta, dos rivales directos en la pelea por la zona europea, sepultaron cualquier opción de la Real de sellar una vez más el pasaporte para el Viejo Continente. Eso, independientemente de las sensaciones, es una realidad. Por muy mal que hiciera las cosas la Real antes de esos dos partidos, las jornadas 31 y 36, estaba metida en la pelea y en la jornada número 30 ocupaba la octava plaza, la que daba acceso a la Conference League.

Solo ahí y en el tramo intermedio de la temporada, entre las jornadas 16 a 21, el equipo de Imanol ha estado entre los ocho primeros, poco bagaje para un equipo acostumbrado a vivir en las alturas. El mal inicio condicionó buena parte del desarrollo de la temporada, eso es evidente. La Real solo ganó uno de los siete primeros partidos, 0-1 al Espanyol en la segunda jornada, y perdió sus tres primeras comparecencias en Anoeta, algo inverosímil para un equipo que aspira a buscar puestos de cabeza. Rayo y Alavés ganaron 1-2 y el Real Madrid lo hizo por 0-2. Hasta la visita del Valencia, un cómodo 3-0, no se vio a la Real que se esperaba, pero fue todo un espejismo con momentos de lucidez, como el golazo de Sucic que sirvió para empatar en Anoeta ante el Atlético de Madrid o el gol de Becker que sirvió para tumbar a un Barcelona ya entonces líder y al final campeón de Liga. Esa es la paradoja, en Anoeta solo ha perdido la Real ante un equipo Champions, el ya mencionado partido ante el Real Madrid, y sumó ocho puntos como local ante los cinco primeros clasificados finales.

Mucho sufrimiento para un equipo que había acostumbrado a su gente a cosas muy distintas. Muchas derrotas para una Real que había hecho de la fortaleza defensiva una de sus señas de identidad. Y muy pocos goles para hacer que su juego, más previsible este año que nunca, pudiera ser rentable. La Liga ha acabado, la era Imanol también y no tiene sentido ocultar que la despedida no ha sido la que todos, incluido él mismo, hubiéramos deseado. La derrota final en el Santiago Bernabéu, con decisiones arbitrales que otros días no se dan, fallando goles inverosímiles y sin demasiada tensión competitiva, aquí ya por la falta de objetivos, es el resumen perfecto de una Liga imperfecta.

jueves, mayo 22, 2025

Corazón Txuri Urdin, el podcast. Los récords de Etxeberria que borraron Barrenetxea y Oskitz

A la gran mayoría de los aficionados de la Real le hará poco gracia que alguien como Joseba Etxeberria, tuviera el más mínimo rincón en los libros de historia del club. Y los tuyo durante un tiempo, porque fue el goleador más joven de la historia tanto de la Real como del Sanse cuando apareció en la escena futbolísitca en la temporada 1994-95.

Afortunadamente, y aunque tuvieran que pasar unos años, dos potrillos acudieron al rescate. Oskitz Estefanía le arrebató la marca en el Sanse y, después, Ander Barrenetxea hizo lo propio en el primer equipo. Estos récords centran el episodio de esta semana de Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad, que podéis escuchar en este enlace.

Como todas las semanas, os recordamos que el podcast se puede escuchar también en Spotify, en este enlace. Y si tenéis alguna sugerencia para que sigamos alimentando este espacio, estamos a vuestra disposición.

jueves, mayo 15, 2025

Corazón Txuri Urdin, el podcast. Sorarrain, el portero que no llegó a jugar en Atotxa

La historia de Juan José Sorarrain es de lo más curiosa. Portero de la Real, no llegó a debutar con el equipo a la sombra de dos grandes como Bagur y Eizaguirre. Tuvo que buscarse la vida lejos de Atotxa después de haber conocido con frecuencia su banquillo, de haber estado convocado en una veintena de partidos con el equipo txuri urdin sin haber tenido la opción de jugar un solo minuto, y llegó a visitar el viejo campo de Duque de Mandas con dos equipos distintos... con los que también vio el partido desde el banquillo.

La peculiar historia de Sorarrain centra el episodio de esta semana de Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad, que podéis escuchar en este enlace.

Una vez más, os recordamos que podéis escuchar el podcast también en Spotify, en este enlace. Y que sigamos muy abiertos y agradecidos a las sugerencias que podáis hacernos para seguir ampliando este rincón.

jueves, mayo 08, 2025

Corazón Txuri Urdin, el podcast. El gol más tardío de la Real en Liga

En toda la historia de la Liga, o al menos desde que hay registros precisos sobre la duración de los partidos de la competición, nunca se había marcado un gol más tardío que en el que hizo Mikel Oyarzabal en Mestalla en la jornada inaugural de la temporada 2019-20. Luego lo han batido jugadores de otros equipos, pero este tanto del 10 se mantiene como el gol más tardío de la historia del conjunto txuri urdin.

Todo lo que aconteció en aquel partido contra el Valencia centra el episodio de esta semana de Corazón Txuri Urdin, el podcast de historias sobre la Historia de la Real Sociedad, que podéis escuchar en este enlace.

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